Pip~Pip~
Sonidos de alarma reverberaban por mi habitación. Levantándome lentamente de la cama, apago la alarma con la mano. Miro la hora en el reloj. 5:30 AM.
Usando pantuflas salgo de mi habitación en dirección al baño.
Ya en el baño uso el lavabo para limpiarme la cara, al sentir el agua en mi cara, mi somnolencia restante se retira.
Veo mi reflejo en el espejo, viendo una vista a la que estoy acostumbrada. Hermoso cabello negro despeinado por recién despertar, unos ojos negros que brillan como estrellas por la noche, una pequeña y linda nariz, perfectos labios carnosos o al menos así es como me describió el hombre de la habitación a la que me dirijo.
"Casi 2 meses..."-Murmullo.
Si, casi 2 meses de aquella noche. Van a cumplir 2 meses desde que me volví su esclava.
Es intrigante como una persona se puede acostumbrar a situaciones desfavorables, incluso llegando a considerarlo como algo ya normal.
Como incluso ahora, iré a la habitación de ese hombre para complacerlo con mi cuerpo, cosa que he estado haciendo a diario.
Ya he hecho muchas acciones que anteriormente consideraría asquerosas, como ejemplo chuparle su pene, pero incluso eso ya se me a vuelto un hábito, llegando al punto en solo pensarlo se me hace agua la boca y no puedo evitar sentirme excitada. Aunque esto es lo más suave.
Una vez me hizo ver a el y Yuna-san tener sexo, verla gemir y gritar de una manera tan agresiva me asusto, pero ver su rostro retorcido por el placer, no pude evitar que una pizca de curiosidad creciera en mi. Cuando terminaron y Yuna-san no pudo aguantar más y quedarse dormida, me hizo salir y me obligó a mamarle la vagina y tragarme todo el semen que le escurría, y darle una mamada ya que había quedado insatisfecho.
Las cosas no habían terminado ahí. También me llevaba a juntarse con otra mujeres con las que mantenía relaciones sexuales, a unas cuantas yo las conocía, una era una niña tímida que se quedaba en la biblioteca de la escuela como encargada, otra en una chica de primer año en el club de atletismo.
Aunque participaba en aquellos encuentros, solo quedaba relegada a dar caricias, besos y mamadas. El aún mantenía la promesa que hizo esa noche.
Al principio me había sorprendido el hecho de que se veía con otras mujeres ya teniendo a Yuna-san, incluso relacionarse con la misma hermana de ella, y verlo tratarla de maneras un tanto ásperas, y aun así tiernas, me dejaba desconcertada.
Pero después de pensarlo no era tan sorprendente, después de todo denigro a su propia hermana a una esclava. Antes pude sentirme culpable, no obstante ahora mi mente le resta importancia.
"Mmm"
Debido a un poco de incomodidad en el agujero de mi trasero mientras subía las escaleras, no pude evitar gemir. Estos últimos días él ha estado estimulando ese agujero, se sentía un poco raro en un inicio, pero últimamente he empezado a disfrutarlo.
"Jajaja..."- No puedo evitar reírme con ironía.
Antes me disgustaba, pero ahora lo disfruto.
Incluso si mantengo mi relación con Tanaka-kun para mostrarle mi resistencia, aun así en el fondo se que es solo simbólico. Lo deseo. Deseo el momento en que me viole. Disfruto como me toca, como me acaricia, como me habla, su aroma y la forma amable en que me trata cuando cumplo sus demandas.
Le muestro resistencia para proteger lo último de dignidad que me queda, saber que no soy la que da el último paso, me daría una excusa. Una excusa que me permita disfrutar del mismo placer que vi en todas esas mujeres.
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Recupere mis recuerdos, y me di cuenta que era un bastardo
FantasyDespués de despertar una mañana, recupere los recuerdos de mi vida pasada y me di cuenta de la persona en la que me había convertido, del daño que cause. Ahora que soy consiente, hare lo posible para remediarlo. Pero, ¿porque que parece que todo es...