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— ¿¡vos sos pelotuda!?, ¡mirá si te pasaba algo! — me gritó desesperado una vez más.
— podés dejar de gritarme adelante de la gente, me estás haciendo pasar vergüenza — le pedí en voz baja, viendo como Jorge, la china, Anabella y Sebastian miraban la situación con tristeza.
— no me interesa Julieta. ¡Entendeme vos a mí también! Te vivo cuidando de todo, para que no te pase nada y vos haces lo que se te canta el orto. ¿¡Qué estás buscando!? ¿¡Qué te agarren a tiros!? ¿Qué te maten? ¿Eso estás buscando? — me gritó otra vez.
Mí hermano estaba enojado por lo que había pasado anoche con el Jony y ahora me estaba re cagando a pedos mal, adelante de todos, el muy hijo de puta.
— y pero hermano, ¿¡de qué mierda me cuidas!? — le grité yo ahora — ¿vos no te das cuenta de que me estás cagando la vida a mí también? Te vivís drogando, no me das la atención que necesito, no puedo contar con vos para ciertas cosas, ¿¡de qué cuidado me estás hablando la puta que te parió!?
— sos una mal agradecida, porque yo siem...
— ¿yo mal agradecida? — lo interrumpí — andate a cagar cochi, de verdad que sos un cortito de mente. Yo no tengo la culpa de todo lo que pasó anoche, me fuí a ver a mis amigos jugar nomas, no pensé que me iba a pasar esto — señalé mi pierna herida, la cual estaba cubierta con gasa. Hubo segundos de silencio y volví a hablar — cuando se calmó todo, fueron la chila, segundo y el kiru los que me llevaron al hospital para que esto no se me infecte, ¿sabías? No fuiste ni a tratar de buscarme para ver cómo estaba.
— no podía llevarte yo nena, qué querés que haga — se pasó la mano por la cara con frustración, que hijo de puta que es.
— claro, para mí nunca podes — agaché la cabeza y me crucé de brazos. Lo escuché suspirar.
— te cuido como puedo, te cuido porque no quiero que te pase nada, porque quiero que crezcas bien, sin quilombos. Yo tampoco quiero esta vida de mierda, a mi tampoco me gusta lo que hago. ¿Te pensas que soy feliz vendiendo gilada para mantenernos? Es lo que nos tocó, y lastimosamente nos toca adaptarnos a esto. Yo no quise que esto sea así, a mí también me cuesta Julieta.
— bueno, podrías esforzarte en cuidarme mejor, o por lo menos hacerte cargo vos de lo que me pasa, porque nisiquiera me pagaste la consulta del médico, la tuvo que pagar el tío de Carlos, cuando sabes perfectamente que están en peores condiciones que nosotros, pero a él no le importó, lo pagó igual para que mi pierna esté bien — le reclamé con enojo.
— bueno, después te doy la plata y se la devolvés.
— ves, nisiquiera con eso colaboras la puta madre, ¿qué te cuesta ir hasta la casa de Carlos, darle la plata a segundo y decirle un simple gracias? — ya estaba re caliente, me hervía la sangre que este pelotudo no mueva un pelo por mí — yo me voy a la mierda. Ni mandes a tus locos a buscarme porque te juro que me voy de verdad y no me ves nunca más, dejame sola — quise irme pero me agarró del brazo y me miró desconcertado, como si se sintiera ajeno a la situación.
