Todo iba a ser distinto. En esa segunda mitad del año, todo cambiaría. Lo sabía, estaba segura.
Me dije a mi misma mientras me observaba en el espejo de mi casillero, alcancé con mi mano el libro de la primera materia que teníamos: Historia.
Cerré el casillero y cuando lo hice, una figura que conocía muy bien estaba apoyado al lado mío mirándome.
-Pensé que no ibas a despertar -admití.
-Te agradezco porque fue tu mensaje quien lo hizo-me dijo Cooper, mi mejor amigo. Y comenzamos camino hacia nuestra aula.
-¿Cómo has estado Coop? Siento que no te veo desde hace una eternidad.
-Nos vimos el sábado, hoy es lunes, soy un chico muy entrañable-bromeó colocando una mano en la frente-¿Cuál era tu pregunta cariño?
Entramos al aula y como siempre nos sentamos primeros, él a mi izquierda. Me acomodé en el banco. Debería ser ilegal que los estudiantes tengamos que estar a diario en esas sillas durísimas.
-Te pregunté cómo has estado.
Se hizo el que estaba pensando- He estado soltero, creo que virgen, aunque dudable, y con muchas ganas de hacer algo hoy a la noche.
-Recién es lunes.
-¿Y? El tiempo y los días son alusivos.
-¿Qué pasó con Evan?
-Evan, el pobre no besaba tan bien.
-¿Y...-me quedé un segundo pensando-...que tal Christian?
-¿Sabes cuál fue nuestra cita? -negó horrorizado-. Me sacó a caminar. A ca-mi-nar. - pronunció lentamente cada sílaba- Quiero que sepas el gran énfasis que hago en esta palabra.
Me eché para atrás de la silla, riendo.
- Si hay alguien que no le gusta el ejercicio...
-Eres tú -completé su frase tratando de controlar mi risa- Estoy segura que eso no te deja dormir por las noches.
Resonó el timbre que marcaba el comienzo de la hora.
-No es un asunto que me quite el sueño, en cambio a todos los chicos de allí afuera deberían, porque no tienen idea de quién se están perdiendo, querida-chasqueó su dedo.
Mi vista fue hacia la puerta donde comenzaron a entrar ELLOS, los más populares, muchos dicen que, del curso, yo digo que de toda la secundaria. Entraron y el tiempo pareció detenerse; solo quedaron ellos, moviéndose en cámara lenta, como si el mundo se hubiera ralentizado a su alrededor. Encabezando el grupo estaba Tyler, su presencia dominante seguida de cerca por Leah, una rubia alta con una remera negra y una pollera cuadrille. A su lado, Ryan, el apuesto capitán del equipo de fútbol, destacaba con su pelo marrón y estatura superior a la de Tyler. Aunque todos estaban enamorados de ellos, Tyler, a diferencia de Ryan, no era ningún capitán deportivo. Sin embargo, su reputación de fiestas y alcohol se confirmaba cada sábado por la noche, cuando las fiestas frenéticas frente a mi casa impedían que conciliara el sueño.
Pasaron al lado de nuestro banco y se dirigieron hacia atrás, por supuesto. Los más revoltosos, los que siempre se quieren copiar en los exámenes y se la pasan hablando, siempre se sientan allí.
Cooper y yo éramos la pareja estelar, los estudiantes modelo con un estatus de 10 que todos conocían. No es por ser arrogante, pero así parecía; siempre éramos los favoritos de los profesores. Cada vez que la tarea implicaba trabajos individuales o más de dos personas, ¿adivinen quiénes éramos la excepción? Siempre lo fuimos.
ESTÁS LEYENDO
Las Ganas De Serlo Todo
Novela Juvenil¿Qué sucede cuando el chico que has conocido durante años, aquel para quien eres invisible, de repente decide hablarte? Esta es la situación en la que se encuentra Rebecca Parker con Tyler Johnson. Ambos comparten el mismo año en la secundaria, pero...