El despertar (GIP)

Justicia

Narrador omnisciente:

Una sombra sobrevolaba la ciudad, podía ocultarse tranquilamente en la noche, su aliada en la oscuridad y el pánico porque eso era ella, terror en estado puro. Intentaba localizar a su objetivo, ese que le quito todo en segundos y no fue muy difícil encontrarlo, en un callejón acosando a una niña que se veía aterrorizada

¿Y tú eres el supuesto justiciero? yo te enseñare como se ve la justicia

Sin que él pudiera percatarse que lo estaban acechando se colocó tras su espalda, noqueándolo al instante. Cayó sobre el cuerpo aterrorizado de la niña, pero la oscuridad no permitió que la toque

No, ya no más sufrimiento para ella, ahora sería todo para él, se prometió a si misma. Lo cargó como si fuera una pluma, sin ninguna dificultad y se elevó, pero antes de volver a perderse la niña hablo

-Gracias por salvarme – susurró entre lágrimas, la observó detenidamente desde arriba, detallando esos ojos verdes que tan parecidos eran, pero no se detuvo a pensarlo, simplemente sonrió siniestra bajo su velo negro, ese que solo dejaba ver sus ojos, totalmente amarillos – eres un ángel

-En efecto lo soy – esa voz grave asusto a la niña – soy el ángel de la muerte que un día tocara tu puerta, pero por suerte para ti, ese día no es hoy – satisfecha consigo misma por el miedo que vio, desapareció con el pusilánime a cuestas

Había planeado su venganza desde que despertó hace tiempo, calculando sus objetivos para lograr su cometido, ser lo que era, la dueña del mundo, ese que debe inclinarse ante ella, porque no existía nadie mejor o bueno, casi nadie, pero no se dejaría llevar por esos pensamientos, no aun, todavía no era tiempo

Solo le basto revisar la cartera de ese que se llamaba justo para saber dónde vivía, lo guio hasta allí, ingresando a su casa que en pocas palabras se podía describir como desagradable, con suciedad por todos los sitios, envases del alcohol esparcidos y un olor putrefacto que pronto empeoraría

Dejo a su víctima en la cama y se ocultó en su fiel compañera, la sombra. Más pronto que tarde el hombre comenzó a despertar, la confusión en su rosto la hizo sonreír malévola, pero aún no se presentaría, no, dejaría que pensara que había llegado a su hogar tan ebrio que no lo recordaba, no se mostraría hasta que sea demasiado tarde para él

- ¿Cómo llegue hasta aquí? – el olor a alcohol llego hasta sus fosas nasales generándole asco, el ingenuo tomo su cabeza cerrando los ojos con fuerza – no debería haber bebido tanto – se levantó de la cama caminando hacia la sala – espero haber matado a esa niña o podría delatarme

Sin duda la muerte rondaba en este mundo, la muerte vestida de mujer

Su víctima llego a la cocina, tomó cuatro cervezas de la nevera y regreso a su habitación, al parecer ya no le importaba lo mucho que había bebido. Encendió el televisor y la sombra no se asombró al verlo disfrutar la pornografía grotesca que se reproducía

El hombre sonrió al momento en que la película mostro a una muchacha claramente sometida, aterrorizada, cuando el grotesco pedófilo disfrazado de justiciero desabrocho su pantalón, fue su momento de actuar

Abandono las sombras al instante en que su asqueroso miembro fue visible. Se lo cerceno tan rápido que el mortal tardo lo que el dolor en llegar a su cerebro para comprender que sucedió, emitiendo un profundo grito desgarrado

Lloró desahuciado cubriendo su entrepierna ahora vacía y ella rio siniestra, dejándose ver con el miembro en su mano, el cual quemo a fuego lento ante su horrorizada mirada. El pusilánime temblaba, no paraba de bramar ahogado en lágrimas