Anny se sentía muy nerviosa.
Ya había salido de la facultad, la última clase que tuvo ese día había sido interesante, mucha información nueva, la cual, tenía que procesar. Se sentía rara porque aunque había charlado con algunos de sus compañeros, ya habían pasado un par de semanas y aún no se sentía como parte de ningún grupo.
Por otro lado, ya había tenido varías clases y comenzó a dudar un poco de que si lo que había elegido para estudiar era a lo que realmente quería dedicarse como profesión toda su vida... aunque eran dudas pequeñas, le generó incomodidad tenerlas, ya que, siempre le gustó diseñar, le gustaba dibujar y desde pequeña imaginaba decorar su habitación de distintas maneras, siempre ayudaba a su madre a mover los muebles, porque creía que ser diseñadora de interiores era lo que siempre quiso hacer. Además, sus padres la apoyaron a seguir aquella carrera, porque sumándole de que era una buena, con un título con buenas salidas laborales, si la completaba sería un orgullo para ellos, ya que, no habían finalizaron sus estudios terciarios.
Por eso, decidió que esos pensamientos de duda repentina solo eran por causa de su inseguridad y que no eran algo para preocuparse. La verdad es que le estaba gustando mucho y tenía que ponerse a estudiar para los primeros parciales, le llamó la atención la antelación con la que algunas materias decían la fecha de examen, pero le agradaba porque se organizaría mejor de esa manera. Era cierto la gran diferencia que había de la secundaria a la facultad, pero Any creía que le estaba resultando fácil adaptarse.
En esos momentos se estaba dirigiendo a una entrevista de trabajo. Hacía meses que estaba buscando uno, su madre le había dicho que no se preocupara, pero desde chica experimentó que la situación en su casa no era muy fácil. Su padre era el único que trabajaba, su madre era ama de casa y siempre cuidó de ella y de su hermanita más pequeña, por lo que a veces tenían lo justo para la comida o la vestimenta. Nunca se sintió pobre, pero había aprendido a vivir con lo justo y necesario.
Por eso quería un trabajo, porque si tenía que comprarse algo para la facultad o por gusto no tenía que depender tanto de su padre, y si podría ayudar a su familia con más razón lo quería también. Ya había entregado varios curriculum con la esperanza de que en algún lugar la llamarían aunque no tuviera experiencia de trabajo, sabía que en algunos les daban la oportunidad a jóvenes como ella para poder intentar y adquirir esa experiencia. Confiaba en que su personalidad y ganas de trabajar sumarían chances para que en algún lugar la aceptaran.
Al lugar que estaba yendo, su madre ya había pasado por allí, vio el cartelito de que necesitaban empleados, se lo comentó a Any y ella aceptó gustosa. Le parecía divertido trabajar en una ludoteca, después de entregar el curriculum, unos días después el dueño la llamó para que se encontraran en el local a las 15 horas.
Paseó un rato por el pequeño centro y se metió en una de las calles que cortaban la peatonal. El local se encontraba a mitad de cuadra, era pequeño y tal vez pasaba desapercibido pero, para Any se veía perfecto el lugar, ya que, pensaba que los lugares que parecían invisibles son los mejores.
Ella había llegado a la hora acordada, entró y observó con atención el local. En el medio de la habitación había una pila de cajas de juegos de mesa que parecía que iban a caerse o que no estaba muy bien acomodada, le llamó tanto la atención esa pila que no notó que por donde estaba caminando había otra más pequeña, la cual, se chocó y las cajas se cayeron. Abrió grande los ojos, asustada. Intentó acomodarlos y en eso un hombre mayor se acercó.
-Tranquila, no te preocupes. olvidé sacar esas cajas de la entrada. Esta mañana trajeron nuevos juegos y no tuve tiempo de acomodarlos.- Dijo el hombre con un amable sonrisa y luego se presentó.- Soy Cristian, tu debes ser Ana Flores.
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Hasta que te encuentre
أدب المراهقينLa vida adolescente no es fácil. Es conocida como la etapa "más bella" o "más divertida" en la vida de cualquier persona. Sin embargo, a veces no es tan hermosa como suelen describirla; aparecen nuevas cosas que afrontar como la pubertad, nuevos sen...