Prólogo

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"El amor es misterioso ya que nunca se siente igual por la misma persona, para algunas es tan dulce como la fruta prohibida y otros es tan amargo como un trago de tequila"

Arranco la hoja con frustración y llevo las manos a mi cabeza, tengo que hacerlo excelente para mí tesis y no encuentro las palabras correctas para que se vea plasmado el amor, yo también que no sé nada sobre el tema y nunca he llegado a experimentarlo, quería sentir que podía hablar sobre todas las cosas que existen sin problemas porque estoy estudiando psicología, mi maldita y estúpida soberbia han llegado demasiado lejos.

Tomo un trago de soju y apoyo la cabeza en el vidrio de la ventana, tan delgado que siento que en cualquier momento puedo caer ocho pisos hacia abajo y acabar con mi vida, bajo lentamente la mirada y veo a los transeúntes, los autos pitando y los árboles moviéndose a la dirección del viento, me encantaría poder estar ahí siendo una de esas tantas personas con vidas que de seguro son mejores que la mía.

Tan estructurada que siento que vine al mundo a dar cátedra de cómo se debe ser perfecta cuando lo que tengo por dentro de un desastre a más no poder.

«Lo que más quiero en el mundo es poder amar y ser amada»

Suspiro y me muerdo el labio, eso fue lo que le dije a mi madre cuando era pequeña, nunca he llegado a amar a alguien como me ama a mí, tal vez porque soy demasiado cobarde para ceder ante el amor o porque en verdad si soy lo que muchos dicen.

"Demasiado narcisista para amar a alguien más que no seas tú". Digo y sonrío, eso me dijo el último chico que me estaba cortejando, supongo que los hombres no son lo mío, demasiado predecibles y poco creíbles, era obvio que solo quería engañarme para tener relaciones sexuales, el morbo de que no soy de corea llegó demasiado alto.

Abro un poco la ventana y saco los brazos, cierro los ojos en el momento cuando el viento choca contra mi piel y siento mariposas en el estómago, me encanta sentir que estoy viva de alguna manera que algo me haga saber que estoy yendo bien con todo y que estar vivo es lo más importante que hay en una sociedad como esta, aprender a valorar la vida que uno tiene sin importar lo mal que a uno le vaya.

Porque por algo seguimos aquí ¿No?

Buscando un propósito para seguir creyendo que lo mejor es respirar y sentir, antes que morir y pudrirse.

Justo ahí está mi vida, una chica de veinticuatro años a punto de terminar la carrera de sus sueños que pronto estará trabajando, siendo pagada por un jefe que de seguro será un hijo de puta y que nunca lograré ser lo suficientemente feliz como para comenzar una familia por más que el gobierno este loco porque comencemos a ser conejos.

Encontrar al hombre ideal, que sea alto, hombros anchos, nariz perfilada, ojos grandes y brillantes, tez blanca y sonrisa bonita.

¿Por qué al final nos convertimos en personas tan superficiales?

Siempre queriendo que lo que tenemos al lado brille tanto como un grano de oro en el río más concurrido por avariciosos.

¿Por qué no solo nos limitamos a sentir y amar?

Pero ¿Qué es realmente el amor?

Emociones poco creíbles que solo sienten los que están enamorados o el sentir que ya has encontrado al indicado para tu vida.

Ese indicado que se tiene que acoplar a lo que tú quieres y querrás en tu vida y nada más porque si no lo hace estarás metiéndote en serios problemas contigo misma llegando a la conclusión que todo lo que hiciste estuvo, escogiste mal.

¿Qué hay de las personas que aman a su mismo sexo pero lo ocultan por vergüenza o miedo a cómo reaccionará la sociedad?

Subo la mirada a las estrellas.

"Solo a ellas les puedo contar lo que siento". Susurro y agarro un cigarrillo. "No debería estar haciendo esto". Trastabilleo antes de llegar a la cocina y encenderlo. "Me va a matar el casero". Niego con la cabeza y exhalo el humo fuera de la ventana, aquí puedo sentir que estoy liberada y que tengo las decisiones de mi vida, claro es obvio que si me muevo un centímetro más caeré y mi historia acabará pero si mantengo el equilibrio exacto entonces no pasará nada.

Es curioso porque así es la vida misma.

"¿Qué haces fumando?". Me ahogo con el humo gracias a la voz de Jihyo, mi mejor amiga, detrás mío. "Está todo oscuro". Enciende las luces y cierro los ojos.

"Park Jihyo, siempre estás molestando". Presiono lo que queda del cigarrillo contra la madre de la ventana y lo lanzo a la basura, como puedo me acerco a ella y sonrío. "Hola mi cosita". Hago poquitos mientras le aprieto las mejillas.

"El alcohol te vuelve más cariñosa". Se sienta en el sofá y me ayuda a hacerlo.

"Los borrachos y los niños son los únicos que dicen la verdad". Digo la frase más usada del mundo. "Y actúan como verdaderamente son".

"¿Querías ser tú este día?". Asiento y sirvo un trago más de soju.

"A tu salud". Antes de poder ingerirlo, Jihyo me golpea la mano y hace que se caiga.

"¡No!". Grito y lanzo a la alfombra. "Lo has matado".

"Ya quédate quieta". Me jala del brazo y vuelve a sentarme. "Te vuelves insoportable al estar ebria". Se levanta y la miro atenta como va a buscar agua. "Yo que vine para pedirte un favor". Como si fuera un perro, levanto las cejas esperando respuesta.

"¿Un favor?". Me encanta hacerlo sobre todo si va a ser recíproco.

"Si". Suelta un suspiro y me pasa el agua. "Si lo haces bien entonces yo también te haré un favor". Eso sí que le gusta, empiezo a tomar agua sin quitarle la mirada de encima. "Veo que te gusta la idea". Me cubre con una manta la espalda y parte de las piernas.

"¿Qué es lo que debo hacer?". Pregunto y ella me mira, con las mejillas algo sonrojadas y la sonrisa mas dulce que alguien me ha brindado.

"Hay una chica de la cual me enamoré hace años pero perdimos contacto por no saber usar bien nuestros teléfonos, perdí su número y por lo que creo ella el mío". Me acurruco contra ella. "Quiero que me ayudes a encontrarla porque por todo lo que me has contado y te has referido a tus compañeros de clases". Acaricia mi cabello y cierro lentamente los ojos. "La conoces". Suspiro y acomodo mejor.

"¿Quién es?".

"Minatozaki Sana". Me quedo un momento procesando lo que dijo y me siento de golpe. "Quiero volver a hablar con ella, probablemente no para comenzar una historia de amor como la de antes porque esto no es una película de amor pero si quiero despedirme bien". Vuelve a jalarme para que me acueste sobre su regazo.

"Cuenta conmigo". Se enciende el foco en mi cabeza y el corazón me late con mucha rapidez.

Esto puede ayudarme con mi tesis y por fin llegaría a hacerla por completo.

"¿Que quieres a cambio?".

"Nada". Respondo con seguridad. "Esto me ayudará con algo, así que te haré preguntas según avance el tiempo y te aseguro que en menos tiempo del que crees volverás a ver a tu enamorada". Y es así como comienza todo.

mystery of love ; 𝘀𝗮𝘁𝘇𝘂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora