Y nada más

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He estado luchando contra mis malos pensamientos toda la vía, hasta el punto en el que siento que me he vuelto mi propia enemiga ya que nunca me dejó pensar con libertad sin darme cuenta de las consecuencias de mis pensamientos, cuando era adolescente lo tomaba como algo mas normal ya que la mayoría de las veces siempre estan en constante acercamiento con pensamientos que no estan bien oara su salud mental y tienden a contradecirse mucho a si mismos, pero ahora ya no considero que sea eso.

No estoy en mi adolescencia es más ya la pasé hace un largo rato, me encuentro en la adultez en lo más difícil porque tus responsabilidades pueden llegar a reventarte la cabeza y no está ni mamá ni papá para ayudarte mucho menos conmigo que estoy viviendo en otro país, lejos de donde nací y crecí solo porque quería experimentar sobre la vida, ver hasta donde  podía llegar sola, era una buena idea solo que ahora siento que es una completa estupidez sobre todo en la situación en la que me encuentro.

Llevo días cuidando un ramo de flores que siento que está ahí sin hacer absolutamente nada solo porque no quiero romperle el corazón a Sana y que se de cuenta de que no tiendo a cuidar las plantas, es desgastante tener que acordarme de echarle agua cada tanto para que no se mueran por lo menos no tan rápido, las dos veces que ha venido después de que me las dió se sorprende de que sigan ahi y yo solo sonrío como idiota queriendo decirle que lo hago por ella y para que se sienta bien.

Sin embargo, se ha convertido en todo un martirio para mí casi que no duermo por estar al pendiente de las flores, es como si se tratará de un gran recuerdo que tengo porque desde ese día siento que puedo ayudar a Sana de mejor manera además de que hemos estado hablando por teléfono de vez en cuando, todavía no me quiere decir quien es la chica así que no le he insistido.

Solo que ahora estoy que me como la mano entera porque ya no me quedan uñas para masticar, una muy mala costumbre por cierto.

El teléfono suena y abro un ojo, por fin que podía decir que estaba descansando y alguien me llama para no sé qué, atiendo sin ver el teléfono y lo único que se escucha es una pequeña pero constante respiración que hace que abra un ojo. "¿Sana?". Pregunto y su risa se escucha por lo bajo.

"¡Hola Tzuyu!". Aparto el teléfono y hago una mueca de dolor, hay veces en las que no sabe medir la fuerza que puede llegar a tener su voz. "¿Qué tal estás?". Baja un poco y suspiro aliviada, menos mal que se dio cuenta de que está gritando.

"Bien, ¿y tú?". Respondo y sonrío un poco al escucharla suspirar.

"Estoy aquí sin hacer nada". Ya es costumbre que actúe como que le está pasando la cosa más horrible del mundo cuando en realidad es solo que no está haciendo nada, algo que parece que le molesta o hace que se sienta frustrada y la entiendo porque en parte también soy igual. "Así que no sé si bien o nada". Rio por su ocurrencia. "¿Y que haces?".

"Estaba con los ojos cerrados en la habitación pensando en un poco de todo". Me gusta ser sincera con ella. "Las flores ya se están marchitando". Digo con pena, sinceramente les agarre cariño y me gustaba ver la felicidad de Sana al verlas cada vez que venía. "Hice todo lo posible por cuidarlas, es bastante agotador". Se ríe y yo hago lo mismo al poco tiempo.

"Hiciste un gran trabajo para tenerlas así por tanto tiempo". Me da ánimos y me siento feliz, sé que puedo estar segura de que hará todo lo posible por hacerme sentir bien. "Además seguimos en primavera".

"¿Eso significa?". Pregunto y todo queda en silencio por unos segundos.

"Que...". Su voz es dubitativa, de seguro es porque no está segura de lo que dirá.

"¿Pasó una chica por la ventana o por qué estás así?". Instintivamente miro la mia y pienso en que estará haciendo para quedarse en silencio por tanto tiempo.

mystery of love ; 𝘀𝗮𝘁𝘇𝘂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora