2-Hijo

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2-Hijo

**Byakuya**

El tiempo se ha detenido por completo. El día se sucede, la noche...y de la vieja y destartalada cabaña del distrito del Inuzuri, a orillas del río, sólo salen gemidos continuos, uno tras otro, igual que los balanceos de mi cuerpo, totalmente desnudo, brillante por el sudor, con restos de semen ajeno sobre la curvatura de mi espalda, restos que una lengua ajena lame al inclinarse mientras mis gemidos se hacen más oscuros y roncos.

-Ah, Byakuya...Byakuya...- el sonido de mi nombre gemido entre los labios de Ren me llega como un eco sonoro al igual que mis propios jadeos, acompañados de nuestra respiración jocosa y demasiado agitada, con el sonido del choque de sus caderas contra mis nalgas, que se estremecen con cada embestida en mi postura a cuatro patas sobre la cama del pelirrojo en la que llevamos horas follando sin parar. No puedo evitarlo...nunca he sentido un placer sin igual y sin faltar el respeto a mi esposa, sentirme yo penetrado en vez de ser yo el que penetra...es...una perspectiva tan diferente...y peligrosamente adictiva... ¿cómo se puede sentir tan bien tener un pene penetrándote el ano?

-Ren...ah, ah...Ren......- jadeo su nombre repetidas veces, fuera de mi propio control cuando siento que la vista se me emborrona al sentirme muy cerca de un nuevo orgasmo, que hace que Ren me embista mucho más rápido antes de quedarse clavado hasta el fondo, totalmente inmóvil abrazándome por la espalda mientras los dos jadeamos eyaculando. Yo mancho las sábanas de nuevo, con un par de pulsaciones automáticas de mi pene y me estremezco al sentir las pulsaciones de Ren volviendo a llenar mi ano con su pegajosa y caliente esencia, haciendo ruidos sonoros que me ruborizan avergonzado.

-Byakuya, bésame...- me derrito al oír esa petición y poso mis manos en el rostro sudoroso de Ren cuando me giro en la cama para poder abrazarnos de frente, uniendo nuestras bocas en besos húmedos y asfixiantes, que nos hacen separarnos muy brevemente para mirarnos, antes de volvernos a besar de forma demandante.

-Ren...- noto como la saliva escurre por mi barbilla cuando el pelirrojo se aparta y me abre las piernas, haciéndome jadear cuando mi ano da bocanadas expulsando su semen con un sonido que me hace sonrojarme y a Ren gruñir extasiado.

-Hay...mucho...ah...mi estómago...- me palpo mi vientre algo abultado tras todas las veces que Ren se ha corrido dentro de mí desde que empezamos a follar locamente y Ren me tira del pelo para darme un hambriento beso que me deja ido.

- ¿Quieres más? - Ren frota su dura polla de nuevo contra mi ano dilatado y expectante. –Byakuya ¿quieres que te siga follando el culo? – ladeo la cabeza molesto ante su descarada pregunto y me engancho a las sábanas gritando cuando Ren oprime su glande sin llegar a penetrarme.

-Sí...ah, ah...no preguntes...algo tan obvio...ah...no sé...que me pasa...necesito...que me frotes...ah...-

-Me temo que el ungüento lleva algún ingrediente afrodisíaco...- frunzo el ceño cuando le miro y él me mira de forma inocente. -¡no lo he hecho aposta! Esa mujer es curandera experta en desamores ¡por eso sus ungüentos son famosos! -

-Ah...te mataré...te juro que...pagarás por eso...- le fulmino con una frialdad que le traspasa y veo como su mirada se oscurece tanto que me pone el vello de punta cuando me alza las piernas por encima de sus hombros y posa sus brazos a ambos lados de mi cabeza mirándome tan fijamente que me siento engullido por su tonalidad rojiza.

-Mmm......- no puedo evitar echar la cabeza hacia atrás ronroneando cuando noto como su polla vuelve a adentrarse en mi interior, haciendo que mi ano se apriete contra su pene haciendo que Ren resople con la mirada velada ahora mismo. Los dos jadeamos, lentamente, al ritmo de sus balanceos, haciéndome cerrar los ojos por el placer tan delicioso que vuelve a hacer arder mi vientre e incluso endurecer mis pezones. Lo está haciendo tan lento, que la tortura es tan delirante que jadeo contra sus labios, mientras él inspira fuerte por la nariz sin llegar a besarnos.

SAYONARA, RENJI (Saga Sayonara II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora