3-Olvido

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3-Olvido

**Byakuya**

La noche está en calma, la última batalla ha terminado. Aún escucho a Rukia conversar con el shinigami sustituto, Kurosaki Ichigo, tras habernos enfrentado al ejército de arrancars de Aizen Sousuke y dar caza por fin a éste último, condenándole a un confinamiento eterno en el Seiretei. No podemos bajar la guardia del todo, pero incluso yo, que me debo a la Sociedad de Almas, reconozco que algo de paz no viene mal...aunque eso sea un sinónimo de soledad...

-Oé Rukia, no pongas esa cara, tarde o temprano volveremos a tener que batallar con algún enemigo nuevo seguramente-

-Ya lo sé baka ¿crees que me preocupa despedirnos? Anda y tómate unas vacaciones-

-Ju, lo mismo digo. Renji y tú podéis veniros un día al mundo humano y nos reuniremos con los demás. Pasaremos un buen rato todos juntos-

-Dalo por hecho. Será como en los viejos tiempos ¿no? - puedo sentir hasta donde estoy al otro lado de mi dojo, el halo de tristeza de Rukia al despedirse de ese joven. Siempre he sospechado que entre ellos podía haber algo más que una simple amistad, incluso sabiendo que Kurosaki es muy similar físicamente a Shiba Kaien, pero...no creo que esa relación vaya a más...

-Despídeme de Byakuya. Conociéndole, no se rebajará a despedirme jeje-

Maldito mocoso, que manía con llamarme por mi nombre. Intento contener mi reiatsu mientras le veo usar el shunpo para alejarse de mis dominios y bajo la mirada cuando me encuentro a Rukia a mi lado mirándome preocupada.

- ¿Nii-sama? ¿estás bien? - asiento levemente viendo como sonríe tímidamente. –Ichigo ya se ha ido y Rangiku-san y otros tenientes van a hacer una fiesta para celebrar la victoria en la última guerra ¿quieres venir con nosotros, nii-sama? -

-Ve y diviértete tú, te lo mereces- Rukia abre los ojos haciéndome suspirar. –Pero antes, ven conmigo-

Rukia me sigue nerviosa hasta que entramos en la habitación que solía usar Hisana para guardar sus cosas y abro un armario para sacar un yukata sencillo de flores que le muestro a Rukia viendo como abre los ojos de par en par.

-Nii-sama, es...precioso...-

-Llévalo para la fiesta- ella jadea sorprendida y le insto a que coja el traje viendo cómo se sonroja emocionada.

-Gracias, nii-sama...lo cuidaré mucho...-

Espero en el porche a que Rukia salga ya vestida y trago grueso sin poder evitarlo al verla vestida con el yukata que le vi por última vez a Hisana puesto antes de caer enferma y no poder moverse de la cama. Rukia aún tiene ese bonito rubor en su rostro y sus ojos azules oscuros brillan en la penumbra de las velas que tengo repartidas por el dojo.

-Volveré pronto, nii-sama ¡gracias de nuevo! - Rukia me hace una nerviosa reverencia antes de salir corriendo del dojo dejando su estela al pasar. Yo entrecierro los ojos y suspiro, recordando la sonrisa de Hisana mientras vestía ese yukata, una prenda que yo mismo retiré de su cuerpo antes de....

Abro los ojos cuando siento un fogonazo oscuro en mi mente que me hace gruñir llevándome una mano a mi frente sudorosa. Dioses...cada recuerdo que tengo de Hisana parece empañarse con un momento turbio...pero tan volátil que no consigo verlo ni entender porque mi cerebro reacciona así...

Camino algo acelerado hacia el altar donde tengo la foto de mi difunta esposa y la observo durante largo rato sin quitarme aún la sensación de malestar en mi pecho. ¿Por qué no desaparece esta presión? ¿será que aún tengo el temor de casi haber perdido a su hermana en la batalla con los espada? Rukia casi muere a manos de ese imitador que se hacía pasar por Shiba Kaien, el espada Aaroniero, si no hubiera llegado a tiempo....

SAYONARA, RENJI (Saga Sayonara II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora