Dejarte ir ⚘ 𝗳𝗳𝟳

XV. Llanto emergente

Día quince

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Cloud lo siente antes de que la acción se registre por completo en su cerebro. El conocido ardor de los ojos, el rastro caliente que deja la lágrima tras de si, quemando la piel mientras se desliza silenciosa y solitaria.

La garganta se le cierra y el pecho se le oprime. De repente, es como si le sacaran el aire de un golpe. De pronto, es como si le quitaran algo importante de las manos.

Se le escapa.

Se le escapa, con la visión de Aerith alejándose de él.

Cloud parpadea cuando ella lo llama, volteándose al darse cuenta de que no le siguió el paso. El rubio tiene solo un segundo para salir del shock al realizar lo que le pasó, y girar medianamente su torso para evitar ser descubierto por ella, en el momento que se acerca a él. Aerith se inclina hacia su espacio, preocupada, pero no es lo suficientemente rápida. Cloud la esquiva y huye de su imagen a la par que se apresura por avanzar.

Quiere borrar de su mente los segundos anteriores, el dolor en la cabeza y aquel inexplicable en su ser. El hecho de que por un segundo se sintiera por completo desolado. El hecho de que haya llorado...

¿Por qué lloró?

¿Cuál fue el motivo? Todas esas emociones repentinas, la pérdida, el miedo, la ansiedad... lo ahogan, lo asfixian... ¿Qué hubo detrás de todo eso?

Sin embargo, Cloud muy bien sabe que la razón de ello está detrás de él, siguiéndolo a un paso ligero y con un tarareo que cubre bien su emoción de rebeldía. Hasta él puede entender que todo eso lo desencadenó Aerith.

¿Pero por qué?

Por qué, por qué, por qué. Por qué ella, por qué siempre ella...

Cloud sacude ligeramente su cabeza, confundido y abrumado por todos sus pensamientos. Tiene todo hecho un lío, lo sabe, pero intenta con todas sus fuerzas aparentar normalidad mientras sigue el camino, aguantando esas ganas de su mano por levantarse y secarse las huellas casi inexistentes de sus lágrimas.

Él está bien.