Capítulo 10

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Un perrito

La bicolor habría sus ojos perezosamente, sobre la mesita vió el reloj que marcaba las 5AM.

Era todavía temprano, miró sobre la cama y ahí descansaba plácidamente su amiga.

El día anterior la japonesa había llegado de visita.

Cómo todavía era temprano y tenía sueño, cerró sus ojos para poder descansar un rato más.

La bicolor abrió sus ojos perezosamente, miró el reloj y eran...

Perú: Las doce!! Maldita sea.

Se levantó de un salto alarmando a la japonesa que aún seguía dormida.

Cogió las cosas necesarias y sin decir nada más se fue al baño, necesitaba darse un baño con agua helada para despertase completamente.

Japón: Perúú!, Pasa algo? –dijo desde el otro lado de la puerta mientras bostezaba–

Perú: La reunión es hoy! Y voy a llegar tarde!

Japón: Verdad!, Voy a poner agua para desa- –miró el reloj– almorzar–

Bajó la primer piso, se sujetó todo el cabello alborotado que tenía, abrió el grifo y empapó toda su cara.

Japón: Listo!










Perú salió del bañó se peinó y se puso una blusa blanca con un pantalón azul oscuro y unos tacos no tan altos. No iba a hacer el ridículo frente a todos, saldría en todos los noticieros como.

"La reconocida chef llamada Perú se torció el pie al ponerse tacos excesivamente altos"

Perú bajó apurada, agarró su tablet donde tenía ahí todos los platillos y bocaditos que podía ofrecer al cliente.

Vió una taza con café y se lo tomó de un sorbo pero botándolo en un instante.

Japón: Perú, me olvidé decirte que no le eché...... azúcar.

Perú: Está bien, me tengo que ir.

Japón: Y el auto?

Perú: Lo tenía que recoger hoy, pero voy atrasada, tu crees que podrías..

Japón: Claro, ya ve, el tiempo no perdona, yo recojo el auto –habló mientras la llevaba a la salida–

Perú: Como no quererte, gracias –dijo antes de ponerse a correr–

Estaba en el auto, pero no iba a llegar a tiempo, había una cola de autos paralizados, tráfico.

Miró el reloj, faltaba menos de cinco minutos, como iba a dar una buena impresión si llegaba tarde.

El lugar donde se encontrarían quedaba a unas cuadras.

Perú: Menos mal que siempre llevo zapatillas.

Si, ella siempre llevaba un par de zapatos en su cartera si ocurría algún inconveniente.

Se puso las zapatillas salió del coche y como si se tratase de un maratón, salió corriendo a dirección a la cafetería.

Al estar cerca del establecimiento se quitó zapatos y de nuevo se puso sus tacos.

Avanzó a paso apresurado mientras trataba de acomodar un poco su cabello alborotado y su ropa.

Al estar frente al lugar donde se encontrarían quedó muy sorprendida, para nada parecía una cafetería.

El local media casi media cuadra y tenía segundo piso, a su parecer, era muy grande para ser una cafetería y muy elegante.

"After all, would you forgive me?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora