El ascenso de los magos -COMPLETO-

¿Capítulo 8: Qué es la familia?

El duodécimo de julio vio a Harry poniéndose una capa sobre su camiseta y jeans y apareciendo en Diagon Alley.

Era un sábado y Harry acababa de terminar su régimen matutino. Se había aburrido de pasar el rato por las mismas calles y tiendas alrededor de su vecindario y estaba buscando un cambio de escena.

Habiendo aparecido en Diagon Alley, inmediatamente activó su collar antes de partir. Mientras caminaba por las calles, notó una ligera diferencia en el callejón. Por lo que Harry pudo reunir del Profeta, Voldemort aún no había atacado desde que su regreso fue anunciado por el Ministerio y esto había puesto a todos al límite.

Además de esa inquietud, se sumaron los intentos desesperados de Fudge de mantenerse en el poder. Harry pensó que Fudge saldría pronto si las historias fueran algo para pasar. El público estaba buscando la sangre del ministro incompetente y un voto de desconfianza era inminente. Lo único que mantenía a Fudge en el cargo en este momento era que su reemplazo aún no había sido elegido. Hasta ahora era un vínculo entre Amelia Bones y Rufus Scrimgeour, aunque se especuló que eso cambiaría muy pronto. Esto, suponía Harry, era la razón de la tensión subyacente que podía sentir en la multitud de compradores en el callejón.

Recogió algunos textos introductorios sobre Runes y Arithmancy en Florecer y Blotts para ver si le gustaba. Quizás si fuera bueno en eso, o lo encontrara lo suficientemente interesante, podría pensar en tomar el curso OWL cuando regresara a la escuela. Sabía que probablemente terminaría sentado con terceros años, pero eso realmente no lo molestó.

Harry también compró un libro sobre algunos hechizos domésticos. Recientemente había descubierto que su ropa comenzaba a ponerse un poco pequeña ya que había llenado un poco. Mientras que sus elfos estaban más que felices de solucionar ese problema, todavía estaba intrigado por lo que un encanto que alteraba la ropa podía hacer. Podría ser útil en un duelo hacer que su oponente tropiece con túnicas de gran tamaño. Quién lo sabía; podría haber otros hechizos que valga la pena usar allí también.

Cuando salió de la librería, notó una figura. La cara del hombre era indescriptible y normalmente no podrías verlo entre una multitud, pero algo en su comportamiento llamó la atención de Harry. Asegurándose de que los encantos de su collar estuvieran activos, siguió al hombre, con cuidado de mantener su distancia.

Al ver que su marca se deslizaba en Knockturn Alley, Harry volteó la capucha de su capa con la esperanza de que no pareciera demasiado sospechoso y prometió en silencio llevar su capa de invisibilidad a donde quiera que fuera. No sabía cómo conocía a esa persona o por qué lo estaba siguiendo, pero algo sobre su postura y la forma en que caminaba le parecía extrañamente familiar a Harry.

El hombre se detuvo en un pequeño pub de aspecto sórdido con la cabeza de un cuervo en su signo. Harry golpeó rápida y silenciosamente al hombre con un Encanto Escalofriante justo cuando estaba a punto de entrar. Sabía que seguir al hombre al pub podría no ser una buena idea, ya que un desliz podría revelar la ropa muggle debajo de su capa y eso seguramente se notaría como todo los clientes lo estarían mirando en el momento en que abrió esa puerta.

Harry salió de la calle principal y casualmente se apoyó contra la pared del pub para escuchar la conversación inminente, concentrándose en mantener el encanto.

'Qué noticias tienes para mí Worm?' gruñó una voz profunda y grava.

'T-el Maestro tiene una tarea para usted, el Sr. Greyback' respondió el primer hombre con una voz chirriante tratando y sin sonar seguro. Harry casi perdió la concentración al reconocer esa voz; ¡era Wormtail! El cabrón llorón que había traicionado a sus padres enmarcó a su padrino y finalmente usó a Harry para resucitar a Voldemort. Con gran dificultad, Harry logró controlar su primer instinto para apresurarse a capturar al traidor. Ahora no era el momento de ir corriendo de cabeza a las cosas. Volvió su atención a mantener el encanto y escuchar la conversación.