El ascenso de los magos -COMPLETO-

Capítulo 24: Decepciones

Harry se fue a la sala común después de su baño a la mañana siguiente, sintiendo una mezcla de intensidad y temor. La revelación que vino de ver la memoria había levantado un velo de sus ojos que él no sabía que estaba allí para empezar. Todo parecía mucho más claro ahora. Para matar a Voldemort, primero tendría que destruir los Horrocruxes que el Señor Oscuro había creado. Y de los seis que el malvado mago había creado (sabiendo), dos habían sido destruidos, dos estaban en posesión de Harry (por pura suerte tonta) y uno estaba a poca distancia de la ubicación actual de Harry. Todo lo que Harry tendría que hacer era ir a la Sala de Requisitos, encontrar y tomar la Diadema de Ravenclaw, y luego destruirla y los Horrocruxes restantes. Eso haría a Voldemort vulnerable.

Por supuesto, matar a Voldemort sería un problema en sí mismo ... sin embargo, al mismo tiempo Harry había ha estado haciendo mucho trabajo duro para entrenar su magia. Cuando no estaba practicando con Neville, se enfrentó a lo mejor que The Room podía lanzarle, lo que incluía tácticas duelo que el castillo había observado durante los mil años de su existencia.

Cómo una pieza de arquitectura artificial logró observar y corresponder estrategias de duelo se explicó después de que Harry leyó los diarios de Slytherin. Después de conocer a Godric, Salazar se dedicó a enseñarle al hombre más joven los aspectos más finos de la magia, manteniendo ciertos secretos para él y sus herederos. En el transcurso de los próximos años, finalmente conocieron a Rowena Ravenclaw y Helga Hufflepuff. Ravenclaw fue descrita como una mujer inteligente y talentosa, aunque tenía la cabeza enterrada en sus libros y teorías demasiadas veces y tendía a sonar en tangentes. Helga Hufflepuff fue descrita como la mujer de un hombre. Nacida de padres vikingos que se habían establecido en Gales, la bruja rubia alta de seis pies y cuatro pulgadas mostraba muchos rasgos de los nórdicos. Elevando unas buenas cuatro pulgadas sobre Slytherin, tenía bíceps que rivalizaban con Godric's músculos voluminosos (algo que el aprendiz de Salazar encontró más que intimidante). Sin embargo, era sorprendentemente gentil y amable con una habilidad especial para hacer buena comida con magia, una habilidad que pocos poseían. Ella también era, para gran molestia de Salazar, ferozmente leal a su amiga, Rowena Ravenclaw.

Los tres compañeros de Salazar habían visitado su nuevo castillo en el Reino de Alba (Harry de repente notó que los nombres habían comenzado a aparecer en los volúmenes posteriores, algo que hizo una nota para volver más tarde y comprobar para ver dónde había comenzado). Rowena había echado un vistazo al enorme castillo que se estaba construyendo y había presentado la idea de tener una escuela de magia para enseñar a todos y cada uno de los niños mágicos en las Islas Británicas. Los magos todavía recordaban el apogeo del reinado de Uther y Arthur que había unido a Gran Bretaña durante dos siglos gloriosos. Algo que los muggles habían olvidado hace mucho tiempo. Entonces, aunque reconocieron los diferentes reinos muggles de la época, todavía lo consideraron como Gran Bretaña, el reino de Arturo.

Habiendo experimentado los beneficios de una universidad de magia, Salazar estuvo de acuerdo, por lo que los cuatro cambiaron algunos aspectos del castillo para parecerse mejor a una escuela. Habían decidido nombrarlo Hogwarts.

Las almas atrapadas y esclavizadas que formaron la defensa de primera línea en forma de grandes estatuas hechas de metal y piedra, combinadas con la gran cantidad de encantamientos y magia concentrada dentro del castillo, había hecho que la estructura cobrara vida cuando la sensibilidad de las almas sangró en el edificio. Reconociéndolo por lo que era, Salazar llevó el castillo al talón, haciéndolo subordinado a los cuatro fundadores y a cualquiera que designaran y deteniendo el desarrollo de cualquier verdadera inteligencia. También, desconocido para los demás, le había dado a él y a su línea de sangre prioridad sobre el resto. Después de todo, lo fue suyo propiedad y suyo castillo.