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Capitulo 3: Fiasco del Mt. Moon

En la oscuridad de la cueva, la mirada de Genki se fijó en el chico que se acercaba. Aunque era solo un niño, su aura rivalizaba con la del mismísimo Atlas. Una sensación de alarma recorrió la columna de Genki, quien con determinación sacó la pokébola de su cinturón. En respuesta, el chico liberó con tranquilidad a un Charmeleon de su pokébola.

"Tu..." Genki intentó iniciar un diálogo, pero el silencio absorbente del niño lo detuvo. Reconoció esa mirada y le molestaba profundamente: el chico no lo veía como un oponente, sino como un estorbo.

Una sensación anormal de odio y aversión recorría el cuerpo de Genki, causada solamente por el entrenador frente a él. Detrás de ellos, un joven de camisa y lentes yacía en el suelo, cubierto de suciedad, observando la escena con escepticismo.

En su oficina de la base de Ciudad Celeste, Petrel miraba fijamente a los cuatro reclutas que se encontraban frente a él. Pasó la mirada de los expedientes de información a las personas de las que hablaba, mientras su mente divagaba hacia la serie de reportes de Atlas.

"Las cosas serán un poco diferentes aquí en Kanto de lo que fueron en la Isla Inta...", finalmente, tras un incómodo silencio, Petrel se dignó a hablar. "Empezando, participarán en una misión algo difícil para novatos, pero con la asistencia de los reclutas y el alto rango a cargo de la misión, estoy seguro de que podrán lograrlo sin mayores percances."

Petrel señaló hacia el techo con la mano, indicando la dirección a la que se dirigirían por la misión una vez salieran de la base.

"Al este de esta ciudad, encontrarán la entrada de una cueva donde se reunirán con el recluta de alto rango Frank y otros Rockets de mayor experiencia. Ellos explicarán a profundidad la misión, pero para resumir, deben limpiar la cueva de todo lo valioso que puedan encontrar. Está prohibido quedarse con cualquier cosa que encuentren para ustedes mismos."

La mirada de Petrel se dirigió a Cenit con severidad, quien no se dio por aludida mientras sonreía. El grupo asintió con una variedad de expresiones en la cara, desde una expresión orgullosa de Andra, otra nerviosa de Raco, y terminando con la expresión más seria que podrías ver en la cara de Genki. Petrel suspiró con resignación y dio permiso para que se fueran, casi echándolos.

"Recluta Genki", le habló Petrel por un momento. "Respecto a tu Sentret... Olvídalo, ya vete a la misión. No quieres que te dejen atrás."

Petrel exhaló con algo de vergüenza. Casi perdió su orgullo y preguntaba cómo había logrado evolucionar a su Sentret en Furret en una isla con un nivel de Pokémon salvajes tan bajo. Sabiendo que no era algo importante, se detuvo de terminar la pregunta, para disgusto de los guardaespaldas que aún deseaban saber.

"Pídanles un autógrafo si quieren la próxima vez que los vean. Me importa un carajo lo que quieran o hagan siempre que cumplan", dijo Petrel frustrado por la falta de profesionalismo de sus guardaespaldas.

Ya en la entrada del Monte Moon, Andra, Raco y Cenit se sentaron en unas rocas con el resto de Rockets en el lugar, mientras escuchaban al malhumorado recluta de Alto Rango Frank explicar cuál sería el plan de contingencia para completar la misión a pesar de los percances. Fue entonces que la llegada de una persona alteró los ánimos ya caldeados en la habitación.

"Tienes bastante descaro para presentarte tan tarde y en estas condiciones...", el alto rango Frank se acercó al recién llegado, que el trío de la Isla Inta reconoció al instante.

Genki estaba parado en la entrada, cubierto en su totalidad de polvo, barro y tierra. Tras un leve tosido causado por el polvo en el ambiente, el callado recluta se excusó.