Lentamente, las puertas del ascensor se cerraron frente a mí. Ajusté el chaleco del nuevo uniforme en un intento por disipar la sensación de extrañeza que me invadía. Estaba nerviosa. Miré a mi compañero a mi lado y quizás fue solo mi imaginación, pero creí ver una sutil sonrisa en el rostro de Genki. Era comprensible sentirse ansiosa en esta situación; estábamos a punto de conocer al líder de la organización para la que trabajábamos.
Genki a mi lado permanecía tan inexpresivo como siempre. No pude evitar preguntarme cómo lograba mantener esa compostura incluso en las situaciones más caóticas en las que nos habíamos visto envueltos. Desde que nos unimos al Equipo Rocket, habíamos terminado envueltos en cada desastre ocurrido.
"¿Cómo llegamos hasta aquí?" pregunté en voz alta, aunque Genki me miró con una leve confusión en el rostro. Reí levemente y volví a mis pensamientos, recordando cómo habíamos llegado hasta este punto.
Antes de unirme al Equipo Rocket, solía ser una chica común y corriente de Ciudad Carmín, con un Pidgey adorable, una familia compuesta por dos padres y dos hermanas, de las cuales una era mi hermana mayor quien estaba comprometida y la otra una chica menor, pero muy mimada. Una vida normal de inicio a fin.
Sin embargo, la relación con mis hermanas era tensa constantemente. Incluso si intentaba superar las situaciones de la forma más pacífica que podia, un día la leve paz que lograba mantener se quebró.
Un día mi hermana menor se metió a mi habitación mientras yo me tomaba una ducha, y cometió un acto imperdonable. Enojada hasta el limite la confronté, llegando rápidamente a un punto de no retorno, debido a que mi hermana mayor intentaba culparme y mis padres intentaban quitarle importancia a las acciones de mi hermana menor. Cuando ese incidente finalizo con la opinión familiar como yo la única culpable, salí de casa harta de la situación, sin tener seguridad de que era lo que quería.
Sin Pokemones para defenderme, sin dinero para alimentarme, con demasiado orgullo como para volver a casa, terminé uniéndome al reclutamiento del Equipo Rocket.
"Esto también servirá para mis objetivos", pensé al hacerlo, intentando convencerme que esta era la opción correcta. "Con tal nivel de mediocridad como el equipo rocket... Destacaré como una flor en el pantano, seré reconocida y actuando como una heroína infiltrada en la organización criminal podré abandonar al Equipo Rocket y comenzar mi verdadera vida".
No, ningún Oddish salió involucrado en las alucinaciones de la yo recién reclutada en el equipo rocket, por si preguntan.
En mi defensa, siempre había vivido en casa y sabía muy poco del mundo, apenas lo que había aprendido en la escuela, y precisamente no era de las que se dedican a estudiar. Mis fantasías no parecieron tan descabelladas al principio, siendo superior a casi todos en Isla Inta, incluso superé tanto a los compañeros novatos del Equipo Rocket como a los más experimentados que querían probarme. Solo dudando de la victoria ante Atlas.
Fue entonces cuando tuve mi primer golpe de realidad, y lastimosamente, no iba a ser el ultimo.
Este chico a mi lado Genki, a quien ahora considero uno de mis compañeros mas confiables, fue el único que logro superar las pruebas de los reclutas mas experimentados además de mi, lo que llevo a que Atlas nos hiciera combatir para demostrar nuestras capacidades una ultima vez.
"Sera fácil" Pensaba "Impresionare a Atlas y subiré rápidamente en la escala, quien sabe? Tal vez en una semana sea líder del equipo rocket~"
Solo duro hasta el final de la batalla, donde el zubat que había entrenado sin descanso en combates consecutivos fue derrotado de manera aplastante por el zubat de Genki. Sigo cuestionándome como lo hizo, si literalmente habíamos empezado en mismas condiciones.
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[Archivos Rocket]
Hayran KurguEl camino de un Recluta Rocket, no es para nada fácil, todos los que se unen lo saben, pero si se han unido es por algún motivo mayor, uno que la unica solucion era unirse a los rockets. Al menos, eso es lo usual, pero cada uno se une por sus deseos...