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Nota: Este capítulo abordará el tema del CD Drama sobre el Ennichi Festival, un contenido canon aparte del anime que muchos conocerán pero tal vez otros no.

El capítulo mantendrá ciertas cosas del contenido original pero con varios cambios, evidentemente la idea principal es la misma.

Disfruta la lectura.







Al final del último día de clases solamente había un tema del que se hablaba entre todos los alumnos: el Ennichi Festival.

Japón es conocido, entre muchas cosas, por ser un país lleno de festivales en los cuales se celebran diferentes eventos o se conmemora el cambio de estación, la cultura tradicional e incluso, acontecimientos históricos.

Casi todos los lugares cuentan con sus propios y únicos festivales con siglos de historia a sus espaldas, lo que lo convierte en una experiencia maravillosa.

He ahí la importancia que le dan las personas a este tipo de eventos. Y la clase 1-A no sería distinta.

La mayoría de alumnos entraron a su recinto con el fin de prepararse para el festival, la otra parte se mantenía indiferente pues, a su parecer, tenían mejores cosas que hacer.

Desde la perspectiva de cierta pelinegra no era muy interesante que digamos, más bien le preocupaba algún tipo de ataque o posible acto criminal durante la celebración debido a la cantidad de personas recurrentes.

Era su responsabilidad como estudiante de la UA y futura heroína profesional hacer acto de presencia en caso de emergencia.

Era su deber.

Sin embargo, podía oír las críticas y presiones de su madre como si estuviera a su lado. Aún recordaba cómo fue criada en un ambiente bastante frío, cosas como ir a festivales estaban mal vistas en su familia.

Casi que prohibidas.

Su progenitora siempre le hizo saber que los festivales eran inservibles, exclusivamente para perder el tiempo con la excusa de ser objeto de diversión.

Fue por dicha razón que su temor incrementó a medida que se acercaba al festival; los prejuicios y señalamientos de su madre seguían con ella. Era imposible ahuyentarlos, o al menos no sabía cómo hacerlo.

Lo único que podía más que sus sombras era su deseo de héroe, de asegurarse de que el lugar sea seguro. Por ello, se lo repitió incontables veces antes de entrar al festival.

Solo había un pequeño detalle, no contaba con la presencia de cierto bicolor junto a ella.

Todoroki, Shoto.

El chico que últimamente el universo no se cansaba de poner a su lado. Pero no tenía ningún reclamo, más bien cierto agradecimiento.

Disfrutaba su compañía.

-¿Yaoyorozu?-. Preguntó inicialmente, no sabía que se podía encontrar con su compañera en este lugar, a la cual sorprendió entre sus murmullos.

-T-Todoroki-san, ¿Qué hace aquí?-. Completó con dificultad debido al tartamudeo repentino, sus nervios con él salían a flote, a veces.

-¿Por qué preguntas? ¿No debería estar aquí?-. Cuestionaba a la par que inclinaba su cabeza en señal de confusión. ¿Acaso tenía que irse? La inocencia le jugó en contra.

Momo sólo pudo responder con continuas negaciones entre tartamudeos, no quería ser malinterpretada.

-Te queda bien-. Cortó repentinamente el contrario confundiendo a la cola de caballo.

SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora