Epílogo

34 3 2
                                    

Every breath you take (The Police)

Stella

4 años después

—¿Has estado pensando en Daemon? —pregunta mi terapista

Hace un año mi padre recomendó que visitara a un terapista, no porque lo necesitara, si no para sentirme mejor. Sorprendentemente no he estado tan mal, como pensé, pero aún asi comparto la idea de mi padre.

Niego débilmente con la cabeza, por más que se que es mentira.

—Stella, si quieres que te ayude necesito la verdad

Suspiro y asiento.

—Si, he estado pensando en él

—¿Lo extrañas?

—Claro —respondo

—¿Y por qué lo dejaste?

—Chiara me preguntas eso cada vez que vengo —dije

No contestó lo que tomé como modo de ignorarme y pedirme que siga.

—Lo deje porque no pude estar en una relación a distancia, no pude aguantar no tenerlo a mi lado, no besarle, so abrazarle, no hablar con el cara a cara, no pude

Chiara asintió con una sonrisa.

—Por fin me dices la verdad, en las anteriores citas solo respondas un efímero no se. Me alegra que estas citas te hayan ayudado a comprenderte

Le dedicó una media sonrisa y cuando la cita se termina, salgo de ahí, doy una larga caminata, recordando su olor, su mirada, su sonrisa. Desde que decidí terminar con Daemon —dos años atrás—, no volví a hablar con él por hologramas nunca más.

Pero aún recuerdo sus palabras.

Si... por alguna coincidencia de la vida, no estás con alguien y viceversa, y todavía sientes algo por mi, por más diminuto que sea, por favor vuelve a intentarlo, vuelve a amarme, solo... vuelve a elegirme

Tiemblo al recordar su voz destruida al decirme eso. Mis ojos cristalizados suplicaba por llorar, pero decidí no hacerlo... no ahora.

Decidí pasar por una heladería —tanto tiempo ha pasado pero los helados siguen de moda—. Pido uno de fresa y me siento en una de los banquitos hechos de oro puro. Suspiro y observo la preciosidad de este planeta. La Tierra supera a cualquier otro cuerpo celeste en el universo, es única, incomparable... es como...

Daemon

¿Daemon? Mi corazón para de sorpresa al observar de espalda a un chico igual a Daemon, con cabello negro, su altura, pero había algo que no me cuadraba, su postura. Daemon siempre tuvo una postura erguida, mostrando seguridad, pero este chico aunque su postura se mantenía erguida, la seguridad no era la misma... no podía ser Daemon.

Me acerco a él disimuladamente y para mi buena suerte el chico se giró, y tal como lo predije no era mi Daemon.

Mierda... casi muero

Me di la vuelta y cuando decidí volver al banco, escuché una voz más que familiar.

—¿Stella?

Volteé y ahí estaba el chico que amo, el chico que por más que intenté olvidar, no pude ni quise, el chico que ya me había prácticamente abandonado dos veces, el chico que probablemente ya tuviera otra persona a su lado, el chico que probablemente ya ni siquiera sintiera una pizca de amor por mi.

Constelación de amor ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora