🌟Extra 2🌟

30 2 0
                                    

La boda

Stella

17 de junio del 2231

Hoy el era el día de mi boda. Habiamos decidido casarnos en Kepler. Y no podía ocultar mis nervios. Ha pasado un año desde que nos recontramos con ese arrogante, y he estado más feliz que nunca. Incluso ya nació mi hija, Elenis. Es tam bonita como el padre. Es igualita a él.

Daemon me mostró una fotografía de su madre e increíblemente es igualita a ella también. Pelinegra, los mismos rasgos. Pero debo decir con orgullo que sus ojos tristes y sus mejillas sonrojadas salieron a mi madre. Así que estamos en empate.

Me encontraba defectos en todas partes. Alya y Brisa solo se reían y me decían que me miraba espectacular y que no tenía de que preocuparme.

—Anda Stella, eres preciosa naturalmente, no digamos en este momento —dijo Brisa.

—No tienes que estar nerviosa, él que debe estar nervioso es Daemon por esa noche de bodas —admitió Alya.

Sonreí y asentí. Tienen razón me veo bien. Mi vestido era estilo sirena con una cola larga y con mangas largas, mi pelo andaba suelto y en media cola.

—Me veo bien —susurré.

Las chicas me abrazaron y salieron del cuarto. La boda sería en un jardín flotante en las nubes, decidimos ese lugar porque en un lugar parecido a ese nos dimos nuestro casi primer beso. Las sillas tenían forma de nube, en resumen el lugar era perfecto ante mis ojos.

Mi padre entró a la habitación, suspiré.

—¿Te gusta? —interrogue.

—Te ves muy hermosa, hija. Me siento orgulloso y sé que tu madre también lo estaría.

—Gracias, papá.

Se acercó a mi y dijo.

—Todavía tenemos tiempo, digo si quieres escapar.

Me reí.

—Creo que si me quiero casar. —dije entre risas.

Me ofreció su mano y se la acepté, nerviosa. Salimos de la habitación, nos dirigimos a donde estaban todos y la ceremonia. Observé desde lejos a las personas. Eran pocas, pero eran las que Daemon y yo considerábamos las más importantes en nuestras vidas y en la de nuestra hija.

La música empezó, lo que tomé como modo de empezar nuestro camino pero estaba paralizada por lo que no me moví. Mi padre notó eso y fue él quien empezó a caminar lo que me obligó a seguir.

Segundos después llegamos al famoso pasillo, en donde ya podía observar a Daemon, a mi novio, al padre de mi hija y al que ahora sería mi esposo. Estaba irreal, demasiado guapo. Su traje era gris y su ahora cuerpo más definido resaltaba en este.

Me sonrió nervioso y noté como sus ojos empezaron a volverse cristalizados pero se aguantó. Al llegar mi padre me besó en la sien y se sentó en su lugar algunos pasos lejos de donde yo me encontraba. Daemon me sujetó de la mano y la besó cautelosamente.

—Eres muy preciosa, dulzura —dijo.

—Y tú muy guapo —respondí.

Nos sentamos en la silla en frente de Brisa. Que sí, ella nos casaría. Nos sonrió y dijo todo eso que se dice en las bodas. Sinceramente no escuché nada, estaba demasiado concentrada en no llorar, en no ponerme demasiado nerviosa, y en no ponerme demasia...

Constelación de amor ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora