SOLAMENTE SEXO

CAPÍTULO 2: JACKELIN- UN DÍA INESPERADO.

Las nueve de la mañana y aquí seguía estirada en mi cama entre mis sábanas, sintiendo la suavidad y el aroma del suavizante mezclado con el perfume de mi piel, me encanta no me levantaría de aquí hasta el lunes. Pero como toda mujer un día a la semana debe de consentirse o al menos intentarlo así que me voy a ir al salón de belleza de mi mejor amiga, hermana, compañera y prima.

A ella siempre le ha gustado el tema de la moda, peinados, maquillaje, etc.

En eso las dos estamos de acuerdo con la diferencia de que a ella le gusta hacerlo y a mí que me lo hagan. Y como cada sábado tengo mi sesión de masaje (que por cierto que manos tiene, su marido debe estar...) a ver que me desvío como siempre, pues a lo que iba, día de masajes, masaje capilar, (si, mi pelo también debe disfrutar, es muy importante, hace que crezca más rápido más fuerte y sano) limpieza de cutis, (no lo necesito, no porque la piel esté perfecta (que mis cositas tengo) pero me encanta que me mimen) depilación de todo el cuerpo y para terminar un bronceado de cuerpo. Aunque según me dijo mi prima que debía esperarme cuatro días para exponerme a cualquier rayo, soy blanca como el azúcar.

Y en pleno octubre poco sol puedo tomar, así que al menos tendrá que ser de este modo.

No me gusta mi color blanco pálido, es algo que sin duda cambiaría por un moreno, el blanco me hace parecer enferma por no decir que no combina con mis ojos ni mi pelo.

Soy blanca (color de piel de mi madre) con pelo castaño oscuro con algunas mechas rubias oscuras (supongo que una mezcla de tonos de mis padres) mis ojos de color azules claros (sacados de mi madre) y uno sesenta y cinco de altura, que también era de ella.

Y aunque ella era perfecta... no me gustaba el blanco de mi piel, tampoco es para tanto, sólo moldeas un poco la realidad con potingues y listo.

Estoy tan sumamente cansada y dormir es que tampoco lo haya hecho muy bien al decir verdad...

Entre las pocas horas y el.

Ayer cuando llegué a casa después de bajar del taxi con ese hombre, me fui directa a la ducha.

Necesitaba en ese momento una ducha por dos motivos, la primera tenía que entrar en calor y la segunda tenía que calmar mi yo interior y esa diva. Que por poco termina saliendo de dentro de mí para follarse a mi compañero de viaje.

Que la realidad está más lejos de la ficción que me creé en mi cabeza.

Pues después de entrar en calor y calmar mis ansias de sexo, me acosté en la cama e intenté dormirme. Pero no tenía forma de hacerlo.

No podía parar de recordar sus ojos mirándome como si quisiera entrar en mis pensamientos, sus labios carnosos e insinuantes y su voz (a que dios le quitaría ese placentero sonido) ¡ah! y sus manos...

<Seguro que se le daría bien usarlas... sobre todos los dedos y su boca>

El recuerdo de cuando acaricio mi muslo...su mano estaba ardiendo aun haciendo ese frío que se te calaba en los huesos como la lluvia.

Si seguía así tendría que darme otra ducha.

Pero esta vez bien fría, no sé cuánto tiempo estuve pensando en el (más bien en como lo haría) ni cuánto tiempo dormí, pero lo que sí sé que como no me dé prisa en arreglarme, no llegare a mi sesión de belleza y mi prima no es la típica persona que no le importa que llegues tarde.

Sería capaz de venir a por mí aun estando sola en el salón.

Después de vestirme lo más cómoda posible con unos vaqueros elásticos, una camisetilla de media manga y las deportivas... salí de casa avisando a mi prima que iba de camino.