Capítulo #8

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Al llegar a la torre, cada quien fue a su habitación, incluyéndome, tenía todo el día para mi sola, ya no tenía ganas de salir. Tenía pensado estar en mi habitación acompañada de palomitas y películas, tal vez también tendría libros y música a la mano. Me dirigí a la cocina, de la alacena saqué un paquete de palomitas, el cual metí al microondas, en un vaso me serví refresco con hielos.

Voy a mi habitación.

Dejó la comida en el buro que está a la derecha de mi cama, enciendo la televisión y busco una película que sea de mi agrado. Elijo una película que se llama Psycho , si aquella película de Alfred Hitchcock, la cual data del año 1960, creo que es una buena elección, me mantendrá entretenida.

La escena en la que Marion muere, está cerca, la cortina se abre y...mi puerta es azotada y entra Clint quien se tira sobre mi cama, yo grito del susto que me ha pegado, el carcajea por mi reacción.

-Me asustaste -dije recobrando mi respiración, ésta estaba muy agitada.

-Lo siento -dijo entre risas.

-Pude haber muerto de un paro cardiaco -exageré.

-Ya, lo siento -dijo riendo -¿Qué haces?.

-Estaba viendo una película -dije mientras me metía tres palomitas a la boca.

-¿Cuál es? -dijo Clint.

-Psycho -dije.

-No tengo nada que hacer, me quedaré a ver la película -dijo.

Barton se acomodó a mi lado, tomó el tazón de palomitas y nos enfocamos en la película. Cada que algo emocionante en la película está a punto de pasar, Clint se cubre la cara para no ver.

La película terminó, Clint había terminado dormido abrazado del tazón de las palomitas, se veía sumamente gracioso, digno de una foto. Alcé mi mano hacia mi buro en busca de mi celular, lo tomé y le saqué dos fotos, las dos de distintos ángulos. No decidí despertarlo, salí de mi habitación dispuesta a dirigirme a la terraza de la torre.

Mi celular empezó a sonar, era una llamada, ésta tenía el nombre de "mamá". Sin dudar contesté.

-¿Hija? -se escuchó la voz de mi madre al otro lado del celular.

-Mamá -no pude contenerme, las lágrimas salieron a flote.

-No llores, marqué para saber como te encuentras -dijo, me limpié las lágrimas.

-Muy bien, tengo demasiadas citas, ayudo a los pacientes -mentí, mi madre es muy sobreprotectora, no se que haría si supiera que soy parte de los Vengadores.

-Me alegro hija ¿Vendrás estas vacaciones? -la sonrisa se borró de mi rostro.

-Si -volví a mentir -haré lo posible -las lágrimas volvieron a brotar -¿Y papá cómo se encuentra de salud?

Mi padre tiene Alzheimer, poco a poco se le va deteriorando la memoria, cuando cumplí 25 años la enfermedad llegó, avanza con rapidez.

-... -no contestó.

-Contesta -dije mientras lloraba con fuerza.

-Mal, hay veces que ni a mi me reconoce, la semana pasada salió a comprar pan y se perdió, estaba en la jefatura de policía -contestó apenada.

-¿Podría hablar con el? -dije disimulando mi llanto.

-Por supuesto.

Hubo un silencio, después una voz masculina y suave lo cortó.

-¿____? ¿Eres tu? -dijo mi padre emocionado.

-Si soy yo ¿Cómo está el mejor padre del mundo? -dije escondiendo mi tristeza.

The new avengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora