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Capítulo Dieciocho

Zhan

Miré por encima del hombro hacia las escaleras cuando sentí
una sensación de malestar en la boca del estómago.

-¿Cuánto tiempo se tarda en ir al baño? ¿No deberían estar de vuelta ahora?

-Lele, -dijo Chong. -Míralos.

-Enseguida, señor. -Lele se alejó mientras Jackson se quedó
con nosotros.

Todavía tenía una sensación de inquietud.
Doblé mi servilleta y la tiré sobre la mesa.

-Voy a ir a ver cómo están.

-Estoy seguro de que están bien, Zhan -dijo Wuxian. -Tienen
a Wenhan para que les cuide las espaldas.

-Sí, pero ¿quién está cuidando la espalda de Wenhan?

Los ojos de Chong se entrecerraron y su espalda se puso recta como una regla.

-No crees...

Salté y corrí hacia las escaleras, Chong justo detrás de mí. Como
solo éramos nosotros dos, asumí que Wuxian se quedó atrás con
Wangji y Jackson. Odiaba dividirnos así, especialmente si había un problema, pero significaba menos gente en la línea de fuego, por así decirlo.

Cuando llegué al baño, Lele estaba junto a la puerta. No había
señales de Wenhan, Hongyi o Yibo.

-Lele, ¿dónde...? -Apreté los labios cuando el hombre
levantó la mano.

Señaló su oreja y luego la puerta cerrada.

Caminé hacia el otro lado de él y giré un poco la cabeza para que
mi oído estuviera más cerca de la puerta. Escuché voces, pero me
tomó un momento darme cuenta de que la acalorada conversación
era entre el hombre que amaba y la mujer que odiaba.

-Esa es mi madre, -le dije a Lele.

Lele asintió.

-¿Dónde está Wenhan?

La preocupación nubló los ojos de Lele por un breve momento
mientras negaba con la cabeza.

Hice un gesto a Chong.

-Ve a buscar a Wenhan.

Chong asintió y empezó a abrir y cerrar puertas más allá del
pasillo. Abrió una puerta al final del pasillo y se detuvo. Se quedó
mirando por un momento antes de chasquear los dedos y luego
entrar en la habitación.

Corrí hacia él y luego jadeé cuando vi a Wenhan tirado en el suelo,
con las manos atadas a la espalda. Estaba inconsciente, pero había
un ingenioso dardo rojo en su muslo.

-¿Está él vivo?

-Está respirando-. Chong lo sacó y me lo mostró. -Enséñale
esto a Lele. Él sabrá qué hacer.

Agarré el dardo y corrí hacia Lele.
-Wenhan está ahí atrás inconsciente y atado-. Le mostré el dardo. -Esto estaba en su muslo.

Los labios de Lele se curvaron hacia atrás en un gruñido
cuando me lo arrebató de la mano. Avanzó un poco más por el
pasillo y sacó su teléfono. En un tono muy duro pero bajo, ladró un
montón de órdenes.

Cuando Lele regresó, tenía su arma en la mano.

-Ve a ponerte de pie con el señor Chong.

-No. -Yibo estaba dentro de ese baño. No me alejaría hasta que él estuviera de vuelta en mis brazos.

Lele gruñó.
-¿Puedes disparar un arma?

Mi cabeza se echó hacia atrás.
-Por supuesto que puedo disparar un arma.

billionaire playboy (Libro 3 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora