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Capítulo Trece

Zhan

Un miedo puro invadió cada fibra de mi ser mientras veía al Agente Wilson presionar el cañón de su arma contra la sien de Yibo, con el otro brazo alrededor de su cuello.

Creo que nunca en mi vida había estado tan asustado. Sentí como si un elefante empujara mi pecho hacia abajo, haciéndome casi
imposible respirar.

Podía escuchar al Agente Hall gimiendo en el suelo, así que sabía
que estaba vivo, pero el Agente Wilson no lo estaría cuando
terminara con él. Primero necesitaba salvar a Yibo.

Puede que no sea tan fácil.

Todo el mundo estaba gritando. El agente Clark había sacado su
arma y apuntaba a Wilson y Yibo.

Wuxian le estaba gritando a
Wilson que bajara el arma. Chong estaba arrodillado en el suelo,
tratando de detener el flujo de sangre de la herida del agente Hall.

Lele y Wenhan estaban tratando de crear un muro entre nosotros y
el loco con una pistola. Jackson estaba de pie en el fondo hablando
rápidamente por su teléfono celular.

Todo lo que podía ver era el miedo profundo en los ojos marrones
de Yibo.

Me llevé los dedos a los labios y solté un silbido ensordecedor.

La habitación quedó en silencio.

-Retrocedan, -solté. -Denle algo de espacio. -No quería
hacer nada que pudiera hacer estallar a este tipo. -Yibo,
¿estás bien ahí?

Mis ojos se posaron en los suyos.

-Quiero un aumento.

Sonreí a pesar de la aprensión que se anudaba en mi estómago.
El miedo estaba vivo y coleando en los ojos de Yibo, pero su voz era firme como una roca.

-Veré lo que puedo hacer.

Miré al hombre detrás de él, el objeto de mi creciente rabia.

-Mantengamos la calma y no hagamos nada estúpido.

-Ya has hecho algo estúpido, -gruñó Wilson. -Y ahora tengo
que hacer las cosas bien o es mi cabeza.

-Mira, si tan solo nos dices lo que quieres...

-¿Qué quiero? ¿Qué quiero? Quiero que mueras como se
suponía que debías. Eso es lo que quiero.

Entonces, ¿se suponía que moriría?
Odiaba tener razón.

-Bien, entonces llévame a mí en lugar de Yibo. Entonces
puedes hacer lo que quieras.

-Oh, no. -Wilson negó con la cabeza. -Mi jefe los quiere a los
dos.

Entrecerré mis ojos.
-¿Tu jefe?

¿Este idiota estaba trabajando para otra persona?

Wilson apartó el cañón de la pistola de la cabeza de Yibo y lo
usó para señalarme.

-Ven aquí. Manos donde pueda verlas.

Tragué con fuerza mientras levantaba las manos a los lados. Vi
un destello de movimiento detrás de Wilson y rápidamente dirigí toda mi atención al agente, si es que era un agente. No veía que la Agencia Nacional contratara a un asesino, pero podría estar
equivocado.

-¿Por qué estás haciendo esto? -Yo pregunté.

-Porque me pagaron mucho dinero.

Por supuesto. Siempre se trató del dinero. A veces, odiaba el
hecho de tener tanto dinero. Fue agradable tenerlo, y ciertamente
me hizo la vida más fácil, pero últimamente parecía una maldición.
No me traía más que miseria.

billionaire playboy (Libro 3 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora