All for you | Draco Malfoy

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CLASES DE HERBOLARIA
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All for you

SE DESPERTÓ MUY temprano emocionada para ir a su primera clase. Pansy y Daphne se miraban al espejo buscando imperfecciones para arreglar.

—Están preciosas chicas.

—¡Eres un amor Elle! —se tiró a abrazarla Pansy mientras Daphne se reía por el ataque de amor y verla dándole besos por todo su rostro.

—Dejen de sus tonterías, tenemos que ir a desayunar.

—¿Millicent ya se fue? —pregunto mirando la cama vacía de su compañera.

—Seguro que si.

—A Drogon le gusta jugar con el gato de Millie. Son muy amigos.

Fueron hasta el gran comedor para desayunar. Se sentaron con sus amigos.

—Hola Crabbe y Goyle. Tengan les hice unos cupcakes. —les dio los cupcake mientras Draco los miraba fijamente. Sus amigos parecieron emocionados y los aceptaron.

—Gracias Elle.

—Habíamos extrañado que nos alimentaras.

Sonrió. Mientras sentía los brazos de Blaise rodear sus hombros sacudiéndola.

—¿A quien le haremos una broma este año?

—Ya te dije que lo de las bromas se lo dejemos a los Weasley.

—¡Que aburrida eres! —hizo un berrinche.

—Aquí tiene su horario señorita Potter. —la voz seca y profunda del profesor Snape los sobresalto.

—Gracias profesor favorito.

Severus la miró alzando sus cejas por su sonrisa de inocente pero se dio vuelta y se fue a su aula para su próxima clase.

—No entiendo como puedes vacilar como si nada al profesor Snape.

—Él me ama, estoy segura. Soy su alumna favorita.

—Ese soy yo. —negó Draco. Empezando una pelea entre ambos por quien era el favorito de Snape mientras sus amigos veían como los ojos de Michelle brillaron en verde y los de Draco en dorado.

—Soy la favorita de Snape.

—Tu eres la favorita de Snape. —afirmó pero después la miró ofendido. —¡Usaste la hipnosis conmigo!

—¡Lo admitiste! —se burló mientras lo escuchaba volver a quejarse.

—¿Que tenemos primero?

—Herbolaria con Gryffindor.

—Día de competir con Hermione. Que buena mañana. —dijo divertida Michelle golpeando el hombro de Draco que se rió.

Ambos odiaban a Hermione por distintas razones. La de Draco era la más estúpida: porque era hija de muggles. Y Elle la odiaba porque pasaba todo el tiempo con su hermano y hasta lo alejaba de ella cuando quería hablarle.

Seguramente hablaba mal de ella con sus otros amigos –si es que tenía– ya lo iba a saber comprobar con Daphne y Pansy. Conocían el método de un papel y un lápiz.

Fueron al invernadero para su primera clase con Sprout.

—¡Buenos días, todos!

—¡Buenos días, profesor Sprout!

—Bienvenidos al Invernadero 3, alumnos de segundo año. Júntense todos. —se acercó a la mesa con un montón de macetas. —Hoy vamos a replantar mandrágoras. ¿Alguien puede decirme las propiedades de la raíz de mandrágora? ¿Si señorita Granger?

—La mandrágora o mandágula.. se utiliza para regresar a los petrificados a su estado original.

—También son muy peligrosas. —habló Michelle con una sonrisa orgullosa. —El llanto y gritó de la madrágora mata al que lo oye. —terminó dándole una mirada de suficiencia a Granger que rodó los ojos.

—¡Excelente! 10 puntos para Gryffindor y 10 para Slytherin.

—Como nuestras mandrágoras son aún pequeñas sus gritos todavía no matan. Pero los pueden noquear, así que les he dado unas orejeras de protección. Así que pónganselas de inmediato. ¡Rápidamente!

Estaba en medio de Crabbe y Draco, mientras el rubio estaba en medio de ella y Goyle. Le agradeció a Crabbe con una sonrisa por pasarle sus orejeras y se las puso.

—Ajústenlas bien y obsérvenme. —agarró una maceta. —Agarran firmemente a su mandrágora y la jalan duro, desenterrándola de la maceta. —El gritó de la mandrágora hizo que todos se agarren bien las orejeras por el llanto tan fuerte. —¿Entienden? Y.. ahora la meten en otra maceta y le echan un poco de tierra para calentarla. —dijo ubicando la planta en la maceta y ponerle tierra para cubrirla.

Hasta que Neville se desmayo.
Sprout suspiró mientras Michelle hacía una mueca.

—Parece que Longbottom no se pudo bien sus orejeras. —Draco, Crabbe y Goyle se rieron por lo bajo recibiendo una mala mirada de su amiga.

—No, maestra. Nada más se desmayó.

—Bueno, déjenlo dormir. ¡Continuemos! Hay macetas para todos. Agarren a su mandrágora y jálenla.

Todo lo hicieron a la vez con fuerza provocando un montón de llantos y gritos en las mandrágoras. Michelle tranquilamente la puso en otra maceta y empezó a tirarle tierra para después reírse de la cara de Draco cuando la mandrágora le mordió el dedo.
La puso bruscamente en la otra maceta mientras su amiga seguía riéndose de él.

—Parece que alguien va a ser un poco amante de las mandrágoras. —se burló Theodore. Escuchando todavía las risas de la Potter que seguía poniendo tierra en la maceta hasta llenarla por completo.

—Es que eres idiota, Draco. No es un bebé.

—Si lo fuera seria uno muy horrible. —dijo de malhumor.