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Juli estaba tratando de concentrarse en estudiar pero no podía, el asunto de Enzo lo estaba consumiendo poco a poco llevándolo a la depresión. Se regañaba a si mismo por tener ese tipo de reacción, el no tenía que sentir nada.
Después de estar concentrado mirando el apunto como si mágicamente iba a saber todo la puerta sonó de un golpe haciéndolo asustar, seguro era alguno de sus hermanos ya que recién habían llegado del trabajo (había escuchado cuando llegaron con la camión).
— ¿Quien es? — dice desde su asiento para luego levantarse y abrir la puerta — ¿Desde cuándo no contestan ustedes? — dijo sin mirar quien era hasta mirar que es Enzo.
— Hola Ju — habló Enzo se veía muy triste — ¿Puedo pasar?
Juli no dijo nada pero se movió a un lado para dejarlo pasar y luego cerrar la puerta.
— ¿Necesitabas algo Enzo? — preguntó Juli juntando sus apuntes de la mesa.
— Si, hablar con vos — Enzo mira a Juli rogando que lo mire.
— Te escucho — dijo Juli mientras se sentaba enfrente suyo.
— Yo... —
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— Che ¿ustedes dicen que mañana alguien va a estar enojado conmigo en la carnicería? —
— Y capaz Enzo —
— No creo, le muestro las tetas y ya cae —
— Capaz se enojen porque faltaste —
— Ay Joaquín eso es fácil, le digo que me robaron en la calle y tuve que hacer todos los tramites urgente, la verdad que averiarle la moto a Enzo fue lo mejor —
— ¿Por? —
— ¿Cómo por? Si hubiese tenido la moto Enzo se hubiese ido a lo de Julián, pensa un poco Lucas —
— Pero bueno si el plan ya está nos vamos —
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— Juli, yo tengo que explicarte muchas cosas — dijo Enzo
— Bueno Enzo, acá estoy, a espera no me tenés que explicar nada ya que como les dijiste no somos novios — habló Juli mientras no arrugaba en nada, quería estamparle la cabeza contra la mesa.
— Ju por favor, ¿Viste el día que te quedaste en casa? Yo en ningún momento use mi celular ese día más que para hacerte videollamada, después desapareció pero no me di cuenta ya que al otro día nos levantamos con tu alarma, cuando salgo del trabajo ese día se me rompe la moto, llegué a casa, me bañe, me acosté y me dormi y no me levanté hasta hoy, que hoy llegué tardísimo a la carnicería y me vengo a enterar lo que subió la otra mongolica, así que enseguida le pedí prestado el celular a Ale y le cambié todas las contraseñas a mis redes y denuncie las tarjetas — habló Enzo explicándole todo mientras lo miraba.
