05| El era un hombre adulto

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Luego de que la mujer los invitara a pasar para luego retirarse el rubio y el sátiro se disculparon para luego entrar detrás de la mujer, dejando a ambas chicas solas

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Luego de que la mujer los invitara a pasar para luego retirarse el rubio y el sátiro se disculparon para luego entrar detrás de la mujer, dejando a ambas chicas solas.

— Realmente lo siento. — Habló la pelirroja disculpándose por adelantado mientras observaba a su amiga.

— ¡Cass!— Bufo la morena dolida, su mejor amiga conocía la historia de su madre y al igual sabía que ella estaría de su lado sin importar que.

— Annie, se lo que paso entre Medusa y tu madre pero no somos como ellas, no somos nuestros padres y eso lo sabes bien. Nos está ofreciendo comida decente después de tiempo y perdón pero prefiero estar ahí a morir por esa cosa.— Terminó la pelirroja mientras señalaba a la criatura la cual lentamente comenzaba a levantar su mirada.

Al ver que la de trenzas se mantuvo con la mirada baja decidió comenzar a caminar a pasos lentos hacía la casa, ¿No la estaba traicionando, verdad? Sabía que Annabeth se negaría a pasar desde un inicio, después de todo su madre era Atenea, pero tal vez la mujer no era tan mala como la relataban, siempre había creído que había más de una versión y eso seguiría. Luego de llegar a la entrada se volteó una ultima vez para observar a su amiga.

—¿Estás bien? — Pregunto el rubio tocando el hombro de la chica, sorprendiéndola de nuevo luego de su pequeño viaje mental.

— ¿Ah? Oh, si, no te preocupes.— Habló la pelirroja con una sonrisa la cual a pesar de todo era algo fingida.

— Claro.. cualquier cosa puedes decírmelo, ¿lo sabes, no?— Término el pelirrojo observando a la pelirroja para luego rozar levemente sus meñiques con los de la chica.

— ¿Te pones sentimental muy fácilmente, no ojitos? — Pregunto con una sonrisa burlona mientras ocultaba su leve sonrojo.

— ¿Ojitos?— Pregunto esta vez el pelirrojo con intentando escuchar su sonrisa, por más raros que fueran estaría cien por ciento dispuesto a soportar cualquier apodo que la pelirroja le pusiera, aceptaría todo por ella.

Si, tienes lindos ojos.— Terminó la pelirroja para luego irse junto al sátiro y el pelirrojo mientras dejaba al rubio con un fuerte color carmesí en las mejillas, ¿En que momento comenzó a hablarle de esa manera? Hace unos minutos lo insultó y golpeo y ahora le daba un cumplido.

— Deben tener hambre, deje unos bocadillos en la mesa mientras preparo algo como corresponde.— Habló la mujer desde la cocina en cuanto estaban los cuatro ahí dejando a la pelirroja boca abierta, realmente era un verdadero banquete, había variados dulces por doquier, cup cakes, caramelos, chocolates, etc.

— ¿Crees que será seguro comer esto? — Pregunto el rubio en voz baja hacía el sátiro conteniéndose, realmente todo se veía exquisito.

MIRRORBALL - PJO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora