06| Rubio tonto

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—¿Que carajos pasa?— Pregunto la oji-azul en un susurro, confundida, mientras veía como las escaleras por las que habían bajado estaban ardiendo en llamas por los bordes

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—¿Que carajos pasa?— Pregunto la oji-azul en un susurro, confundida, mientras veía como las escaleras por las que habían bajado estaban ardiendo en llamas por los bordes.

El rubio soltó un pequeño quejido ante el repentino susto que le ocasionó una estatua de otra criatura parada a sus espaldas.

Los otros cuatro niños voltearon a ver al rubio, observando como adelante de este se veían variadas estatuas de diferentes criaturas, pero se vieron interrumpidos cuando escucharon la puerta abrirse.

—Vamos.—Exclamó el rubio en un susurro, mientras tomaba la mano de la pelirroja y la guiaba hacía unas cajas, con el resto atrás de ellos.

La oji-azul sintió un pequeño escalofrío en su espina dorsal ante el repentino tacto del rubio, si había algo que no podía evitar notar era que el tacto de las manos del rubio la hacían sentir nerviosa en todo momento, pero en su cabeza invadía la pregunta del por que se sentía nerviosa con el.

La pelirroja tuvo un golpe de realidad cuando se dió cuenta de la situación en la que estaban, observo a su al rededor las variadas estatuas por las que pasaban y no podía evitar centrarse en sus rostros, todos lucían asustados.

—Somos cinco y ella una, si nos separamos, no podrá vernos a la vez.—Explicó el rubio aún tomando la mano de la pelirroja, intentando no concentrarse en lo nervioso que se sentía al tener el mínimo contacto con ella.

—No creo que sea así de simple.—Dijo la de trenzas siendo interrumpida por el sátiro.

—Tal vez lo sea, escuchen.—Dijo el sátiro para luego hacer una pausa y seguir hablando.—Este es el plan, me elevaré en el aire, así llamare su atención y en cuando me oigan decir "Maia" ustedes comienzan a...¡Ay no!—Dijo el sátiro al darse cuenta del error que cometió mientras comenzaba a elevarse.

—Dios mio, ¿Esto en serio esta pasando?.—Dijo la pelirroja para si misma en un susurro, con notable frustración en su voz.

—Necesitaremos un nuevo plan.—Afirmo la pelirroja al ver como el sátiro desaparecía de su campo de visión.

—No somos nuestros padres, hasta que elegimos serlos.—Dijo la mujer bajando por las escaleras, a lo que rápidamente el grupo se observo y optaron por esconderse.

—La hija de una madre con pretensiones de superioridad moral que elige la arrogancia para ella misma.—Dijo la mujer mientras se escuchaban sus tacones pisar en el piso, una y otra vez.—Y tú.. tú podrías haberle demostrado a tu padre lo que significa defender a quien amas.—Dijo la mujer haciendo una clara referencia al rubio, por lo que la pelirroja volteó a verlo, pero este solo evitaba su mirada.

—Pudiste elegir salvar a tu madre en lugar de hacer la voluntad de tu padre.—Dijo la mayor haciendo una pausa.—Y tú, Cassiopeia, pudiste cambiar todo lo que te esperaba por delante, pudiste evitar todo lo que te pasara en consecuencia a no unirte a mi, es extraño que no lo hagas, dado a que hemos pasado por lo mismo. Si ninguno de ustedes me ayudará a enseñar estas lecciones, quizás ustedes deberían ser las lecciones.—Dijo la mujer, ahora era el rubio quien observaba a la pelirroja y ella evitaba su mirada, ella no quería que nadie supiera su pasado.

MIRRORBALL - PJO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora