Cuidado Con Lo Que Haces .

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"¿Hasta dónde podemos llegar los seres humanos por obtener lo que queremos?"










6:00 a.m

Me encontraba tomando un trago, pensando en lo difícil que sería a tenerla  a las reglas. Ella estaba ahí, muy tranquila, hasta que despertó.

Me levanté con un dolor punzante en la cabeza, espalda y cuello. Cuando observe mi dedo, estaba  hinchado, morado con sangre seca a su alrededor. Ahogué un grito; no aguantaba el dolor. Intenté levantarme hasta que lo miré. Joder ¿Por qué siempre tiene que estar acechando?

—Luzverda, ¿cómo amaneciste? —pregunto con ninguna expresión evidente en su rostro.

—¡¿Qué?! —mis palabras eran desconcertadas—. ¿Cómo puedes decirme eso? ¡Mírame! Estoy encerrada aquí con un psicópata, alejada de mí y de mi familia.

No aguanté más.

Empecé a llorar como loca. Se acercó a mí  para abrazarme, mencionó que los alimentos ya estaba servidos  y que iba a salir; cuando regresara, me traería un regalo. Pero antes de irse sus labios se acercaron a mi oído.

—Cuidado con lo que haces.—sus ojos eran como los de un lobo.

Deduje que ya habían pasado más de  quince minutos decidí levantarme. Me dolía hasta el alma.

—¿Qué rayos está pasando? ¿De verdad creí que era un sueño? Mis padres, ¿cómo estarán? Sentía como mis ojos se cristalizaron. Mi madre, ¿cómo estará? —limpie las lágrimas que caían de mis ojos —. Debo mantener la  la mente fría; así que primero debo alimentarme . Él es muy fuerte para mí; necesito fuerza.



****



—¡Joder! ¡Joder! No hay nada en este lugar que pueda usar. Caí al piso desconsolada; estaba cansada, mi espalda ardía como nunca —. Será mejor que me relaje.

La quería solo para mí; ella es mía. No soportaba  la idea de que otro la viera con los mismos ojos—. Ella me pertenece.

—Señor, no creo que esto sea buena idea. El padre de esa pobre criatura es amigo del alcalde.—insistio Bladimir mi chofer

Lo miré enojado.

—Vamos Bladimir la verdadera amenaza soy yo —mencioné dejando ver una sonrisa—. Nadie más y si alguien protestara en mi contra haré que se corte la lengua, además tú solo eres el lacayo inútil de la familia atente a no meterte en las ordenes de tu jefe.

Él solo siguió conduciendo mientras tenía en mis manos las fotos de Karol tomando una ducha, la idea de jamás dejarla ir se quedaba plasmada en mi mente.

Miré hacia afuera; había reporteros y policías buscando a la pequeña "mi Luzverda". La madre estaba en llanto mientras el padre daba un discurso a los medios. Me acerque a ellos acomodando mi traje.  

—¿Qué hace un tipo tan prestigioso como él aquí?

—He escuchado que es un hombre muy influyente y siempre se destaca en cualquier lugar al que va. Es sorprendente que haya venido.

Karol Jamás Te Irás De Mi Lado©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora