En el candor de nuestros cuerpos,
las horas pasan ignotas.
Ahora los sueños son nuestra identidad.
Tú me tienes y yo te tengo,
eso es todo lo que importa.
En esta comunión,
en este estado sublime,
tus caricias son como nubes
y tus besos, el ansiado resplandor.
Sé que tú serás el camino
para llegar al éxtasis que intuía,
pero que no aseguraba que existía.
En los brazos atraparemos el momento
y lo veneraremos para siempre.
Será nuestro fuego eterno,
la raíz de todos los placeres,
el candil que nos arrulle
cuando ardan las tormentas.
Quédate ahora en este camino.
no mires hacia atrás.
¿Cuál es el final? ¿Adónde iremos?
Sólo lo sabe el capricho del destino
que tuerce los deseos en formas impredecibles.
Pero seguiremos,
seguiremos contra el muro de las lágrimas,
contra el lamento del viento,
seguiremos sorteando las heridas,
y todo lo que nos avienten las penas.
Y no te preocupes;
más adelante, te lo aseguro,
las piedras agotan su hostigamiento,
y un halo de luz saluda a los peregrinos
que han llegado tan lejos.
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POEMAS QUE NO SE CALLAN
PoesiaAmo tus ojos, esmeraldas de algodón. Amo tu mirada perdida en un horizonte que solo tú puedes ver. Yo me conformo con observar tus ojos enormes, brillantes y húmedos clavados en ese punto impreciso. Tu estado meditativo es mi éxtasis. Veo tu pecho o...