Parte 9

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Beomgyu comenzó a despertarse con la típica sensación que le daban las pastillas y tenía ganas de ir a mear. Lentamente, se levantó y miró a su alrededor somnoliento. No reconocía dónde se encontraba, pero la ligera luz que emanaba de la puerta entreabierta y se reflejaba contra la pared le permitió deducir dónde se encontraba el cuarto de baño. Beomgyu se bajó de la cama lentamente y con cuidado, estiró la espalda y luego colocó las dos manos sobre su cadera, como si intentara ayudarla de alguna forma. Estaba un poco dolorido, pero la pastilla había cumplido su función.

Logró caminar la corta distancia hacia el baño sin problemas y orinó. Mientras se lavaba las manos, se miró a sí mismo en el espejo y como por lo general, después de un calambre, estaba pálido y con enormes ojeras púrpuras debajo de los ojos. Bajó la cabeza para beber del grifo y secó sus manos con una toalla, aún no era capaz de determinar dónde se encontraba.

Caminando con mayor facilidad, regresó a la cama y se deslizó debajo de las sábanas, temblando ligeramente cuando el aire frío tocó su piel desnuda. La cama se sentía cálida y se acomodó hacia el centro. Se sorprendió cuando su mano tocó piel desnuda y se sentó inmediatamente, el corazón le latía aceleradamente.

En la luz de la madrugada que se colaba por las ventanas, pudo reconocer que estaba en la cama con Yeonjun. ¿Qué había ocurrido anoche? ¿Por qué estaba en la cama con el fotógrafo? Inmediatamente movió los músculos de su ano, pero no le dolió por lo que concluyó que no habían follado y que tampoco había sido azotado.

Se acomodó debajo de las sábanas. Sentía frío y asumió, ya que no podía recordar lo que pasó la noche anterior, que Yeonjun se había acostado con él y por tanto no sorprendería al hombre mayor encontrarlo ahí.

Mientras se acercaba al otro hombre, se dio cuenta de que Yeonjun estaba desnudo. No había visto al otro hombre así antes y Beomgyu no pudo resistirlo. Levantó las sábanas y su pene se endureció inmediatamente.

—Mierda —dijo. Su ojo de escultor se había emocionado al ver que el cuerpo de Yeonjun era completamente masculino, músculos poderosos y no tenía ni un gramo de grasa. Cada ángulo estaba elegantemente esculpido, cada parte era extremadamente viril, los músculos abdominales parecían tallados, al igual que los pectorales y los firmes muslos, todo era mucho mejor que sus más increíbles sueños. Para un hombre mayor que él (de treinta y dos) Yeonjun estaba en muy buena forma.

Cautelosamente, Beomgyu tocó los ligeros vellos que cubrían el pecho de Yeonjun, se sentía distinto de su pecho lampiño y le gustaba. Pasó un dedo por un pezón, maravillado al sentir que se endureció en respuesta. Pasó un dedo por el centro del cuerpo del hombre mayor, esquivó los rizos de su entrepierna y pasó por la pronunciada línea del torso hacia el muslo, acariciando los tendones.

Levantó la mirada para toparse con los ojos abiertos de Yeonjun, que lo observaban mientras exploraba.

—Es tan hermoso —susurró Beomgyu, incapaz de detener las palabras, pero inseguro de si su comportamiento era el adecuado.

—Gracias —dijo Yeonjun en voz baja—. ¿Cómo te sientes?

—Un poco dolorido, pero bien —respondió Beomgyu, quitando su mano.

—¿Quieres tocarme? —preguntó Yeonjun sin moverse.

—Oh, sí —susurró Beomgyu.

—Adelante.

Beomgyu se acercó emocionado, no era un orden, más bien una petición. Apenas podía creer que le estaba dando la oportunidad de explorar su cuerpo.

Inhaló profundamente, oliendo el jabón y el aroma natural del otro hombre, había algo de la esencia de Yeonjun que lo hacía sentir seguro. Lo primero que quería hacer era lamer la hendidura de su cuello, le había fascinado desde que lo contrató. Después exploró el pecho del fotógrafo con sus labios y lengua, delineando cada pectoral.

Good Behavior (Yeongyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora