Años en guerra, Parte 1: Guerra de los tres magos -COMPLETO-

Capítulo 10: La Política de Ser Campeón

Capítulo 10

La Política de Ser Campeón

A pesar de los éxitos disfrutados por los cuatro campeones durante la primera tarea del torneo, las cosas habían estado en un hervor lento dentro de Hogwarts, y Gryffindor específicamente. Los Ravenclaws vieron a Luna como un traidor a su casa por haber aceptado a Harry en su oferta e hizo que su vida se sintiera incómoda siempre que fuera posible, especialmente en clases donde Harry y otros no estaban cerca. Aunque lo soportó con el mismo estoicismo que siempre tuvo, la palabra había viajado de regreso a Harry, quien estaba, en una palabra: Enojado.

Añadiendo combustible al fuego metafórico estaba Ron, quien efectivamente le había dado la espalda a todos en Gryffindor para pasar tiempo con sus nuevos amigos en Slytherin. Aunque no se dijo en voz alta, los chismes juzgaron a Harry culpable y Hermione culpable por asociación, al igual que el más joven de los Weaselys y los gemelos. Había habido más de unos pocos argumentos, algunas palabras duras y en varias ocasiones varitas dibujadas. Harry prometió en silencio que no iría más lejos que eso.

Hermione no estaba en oposición directa a la solución, a pesar de que había llevado a una discusión – la primera como pareja, pero el desacuerdo, alguien había dicho una vez, no es lo mismo que deslealtad. Aunque las cosas estaban un poco frías entre los dos, no eran frías. Hermione le había estado haciendo a Dobby una serie de preguntas sobre los Elfos de la Casa. Como sucedió, muchos elfos domésticos estaban muy contentos con su suerte en la vida y no querían que las cosas cambiaran. Dobby parecía, realmente era el bicho raro en su raza, "Incluso Winky fue capaz de encontrar trabajo en Hogwarts, señorita!" dijo Dobby.

"Winky?" dijo Harry. "Ella también está aquí?"

"Sí, señor, sí!" dijo Dobby, "Le gustaría al señor ver a Winky?"

Esa mañana, acompañado por su novia y Neville que tenían el período de la mañana libre, siguieron al elfo hiperactivo de la casa a las cocinas. Hermione bogped en su gran número. Al menos cien, tal vez hasta doscientos se movieron, se pusieron de lado, caminaron, corrieron y parecían aparecer a su alrededor. Con Dobby liderando el camino, pasaron entre cuatro largas mesas de madera que Harry adivinó colocadas exactamente debajo de las cuatro mesas de la casa en el Gran Salón directamente sobre ellas. Muchos de los elfos de la casa se detuvieron en la tarea media para sonreír, inclinarse o curtsy. Todos los elfos estaban vestidos con un uniforme similar de un paño de cocina que llevaba la cresta de Hogwarts usada como una toga.

La inmensidad de las cocinas era asombrosa, aparentemente extendiéndose para siempre hasta la distancia hasta que finalmente se detuvieron frente a una de las muchas chimeneas de ladrillo repartidas por la habitación, "¡Winky! Señor!" dijo el elfo de la casa.

Se sentó en un taburete junto al fuego, encorvada. Su falda y blusa coincidían con el sombrero azul que tenía agujeros en ella para sus orejas. Donde el conjunto no coincidente de Dobby estaba limpio y presionado como los de los otros elfos de la casa, la ropa de Winky estaba rasgada, manchada y, en general, desordenada, "Hola, Winky", dijo Harry.

Los labios del elfo temblaron y luego estalló en lágrimas que salpicaron su frente. Los dos adolescentes que habían estado en la copa mundial de Quidditch recordaron las lágrimas que el desafortunado elfo había derramado: "Oh ... cariño", dijo Hermione, "Winky, no llores, por favor no..." Sus palabras solo tuvieron el efecto contrario, ya que lloró más fuerte que nunca.

"Le gustaría a Harry Potter una taza de té?" preguntó Dobby

"Er, sí, está bien", dijo Harry. Al instante, unos seis elfos de la casa llegaron trotando detrás de él, con una gran bandeja de plata cargada con una tetera, tazas para Harry, Hermione y Neville, una jarra de leche, y un gran plato de galletas.