Años en guerra, Parte 1: Guerra de los tres magos -COMPLETO-

Capítulo 9: La Primera Tarea

Capítulo 9

La Primera Tarea

Estaban en las gradas cuando Hermione subió las escaleras y se desplomó al final de la fila. Se dio cuenta de que los cuatro jueces estaban en un stand propio, ubicado en el borde de una cantera arrastrada al campo de Quidditch. Podía reconocer a los cuatro jueces y al invitado de honor en nombre del Ministerio. Madame Maxine era inconfundible, al igual que Dumbledore sentado a su lado. El director de Durmstrang, Igor Karkaroff, se sentó en el otro extremo, lo más lejos posible de los demás.

En Londres, dos noches antes, un mago mágicamente débil pero políticamente poderoso caminaba en la oficina del Ministro de Magia británico. Cornelius Fudge estaba llegando rápidamente al final de su cuerda. El torneo había sido originalmente una excelente idea y una oportunidad para reforzar su posición después de la Copa Mundial de Quidditch. Luego, la "Situación de Quibbler" con Harry Potter chocó con la "Situación Negra", y las cosas se habían salido de control. Dumbledore, el ministro había concluido que parecía estar perdiendo el control de su colección mágica.

La subsecretaria principal del Ministro de Magia Dolores Umbridge debía reemplazar a Barty Crouch enfermo y ausente. Fue una maniobra política de control de daños, y nada más. Percy Weasely solo tendría que lidiar con eso. Así fue precisamente como la Subsecretaria se encontró sentada en el extremo izquierdo, y más cercana a la acción, con Griphook, quien se deleitó mucho en darle una sonrisa sin dientes a Umbridge cada vez que intentaba mirar al duende.

Luna llevó a Hermione a un abrazo, "Cómo está Harry?"

Ella se rió, "Él fue quien me aseguró que todo iba a estar bien!" Todos se rieron de eso, pero los nervios eran visibles para todos los que sabían dónde mirar. Luna no era su yo soñador normal, ya que su pie vibraba como una liebre con esteroides. Ginny se había puesto un poco pálida, un marcado contraste con Colin, que era un interesante tono verde. Los Mellizos todavía se reían y bromeaban, promocionando las diferentes piezas de productos caseros de bromistas, pero sus sonrisas eran apretadas. Sentada más cerca de la adolescente de pelo tupido, Luna sintió que se ponía rígida cuando la primera fue arremetida en parte y transportada en parte al recinto, "Fuck me!" ella susurró.

El Sweedish Short-snout, era enorme, al menos del tamaño de un par de rinocerontes con sobrepeso, alado con garras y colmillos viciosos en lugar de cuerno. Agregue a eso, la capacidad de respirar fuego y parecía que la peor pesadilla de Hermione estaba a punto de hacerse realidad, "Los campeones tienen que enfrentar eso?"

Ginny asintió, "Uno cada uno... y si la suerte de Harry se mantiene..." Todos sabían que significaba que obtendría el dragón más grande, más desagradable y más malo de toda la existencia.

"Eso sería un Silverback argentino, pero esos están extintos", pensó Hermione, "Espero!"

Sus escamas eran de color azul plateado y estaba claro que el dragón no apreciaba su situación, siguiendo a Cedric de un lado a otro. Una explosión de llama de color zafiro se desató. Se zambulló a cubierto. La parte superior de su afloramiento rocoso ahora era escoria fundida.

Afortunadamente, los dragones no pueden respirar una corriente continua de fuego durante más de diez o quince segundos, al menos las madres que anidan no conservarán su fuerza. Sobre los constantes rugidos del dragón, solo podían atrapar fragmentos del comentario de Ludo Bagman, "...Oooh, estrecha señorita allí, muy estrecha..." Esquivando de un afloramiento rocoso a otro, Cedric dio vueltas y más o menos donde quería estar, a diez pies del puñado de huevos. Agitando su varita en un patrón complicado, transfiguró una roca a un perro y la envió a luchar con el dragón. El Yorkshire terrier es el más pequeño de su raza, pero no tiene falta de coraje, ya que se encargó de enfrentarse a su enemigo que tenía más de cien veces la ventaja de tamaño.