𝗦𝗶, 𝗽𝗼𝗱𝗿𝗶́𝗮 𝗮𝗰𝗲𝗽𝘁𝗮𝗿 𝘂𝗻 𝘁𝗿𝗮𝗴𝗼.

1.1K 94 38
                                    

— Fue así que una vez que acabado tu turno saliste del trabajo, habías acordado una cena con tu nuevo jefe, Alastor, querías verte elegante pues el lugar donde te cito parecía elegante, sobre todo costoso. Llegaste a tu casa, escogiste algo de tú agrado, tú madre siempre te había dicho en estado de sobriedad que en cualquier lado tú terminabas siendo causante de algo. "Como si fuera un problema", pensaste, te miraste al espejo con aquel traje que escogiste, no dudo tú instinto narcisista en aparecer con una sonrisa plasmada en tú rostro.

/Escoje de tú elección./

— Sabías de qué era capaz Alastor, así que decidiste ir prevenida con armas blancas, los acomodaste por tu muslo gracias a una liga, por tus zapatos, medias, incluso bajo la manga, te veías bien a decir verdad pero eso no salvaría tú vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Sabías de qué era capaz Alastor, así que decidiste ir prevenida con armas blancas, los acomodaste por tu muslo gracias a una liga, por tus zapatos, medias, incluso bajo la manga, te veías bien a decir verdad pero eso no salvaría tú vida. Una vez que terminaste de arreglarte fuiste al lugar acordado puntualmente, esperaste fuera del bar fue así que llegó el locutor arreglado con un traje rojo, al parecer era su color favorito, para su suerte tú vestimenta combinaba perfectamente con la de él, no le tomaste importancia y lo saludaste con la mano, para finalmente estrecharla con la de él. Mucho antes de estrechar sus manos se te quedó viendo, no era raro en él pero si era extraño que su sonrisa cambiará a una más ¿amplia? Debido a la delicadeza con la que te habias arreglado, para el fue un chiste, pues solo te veía como una mosca que precisamente desaparecería hoy.

Narra Alastor:

— Llegue al lugar acordado, antes de salir de mi sitio calcule todo, tenía pensando dormirla con unos "polvos mágicos" que mi pequeña amiga Niffty me consiguió, todo resultaba tan bien, nada podría salir mal, al llegar al sitio no pude calmar mi curiosidad, ¿Será que Y/N se arreglo? No me puedo esperar nada de ella, después de todo es un caos en persona. Al llegar me quede impresionado, pues mis pensamientos eran erróneos, me causó gracia lo bien que se había vestido y aun más que esta noche seria la última para ella pensaba Alastor, estrecho su mano con la de Y/N por mera educación, abrió la puerta dejándola pasar primero y al final el.

Alastor: Vaya querida, que magnífica te ves hoy. -Menciono a espaldas de la contraria.-

Y/N: Gracias, me gusta vestir apropiada para la ocasión. -Sin ninguna reacción contesto.-

— Una vez que Alastor guió a la chica donde se sentarian ambos tomaron asiento, el lugar donde se encontraban era un sitio privado como la última vez, estaban ambos de acuerdo que esta conversación era privada una vez más.

Alastor: Y bien, ambos sabemos que no venimos a comer, si no a platicar de lo que verdaderamente nos importa. -Su tono de voz sonaba dominante, ya no era ese tono de voz burlesco pues el momento ya no lo ameritaba.-

— Hubo minutos de silencio, sabias lo que pasaba, quería "silenciarte", fue así que cruzaste las piernas y reíste en voz alta.

-  𝐌𝐢𝐬𝐬 𝐶𝒉𝑎𝑜𝑡𝑖𝑐.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora