𝗕𝘂𝗲𝗻𝗮 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗮𝗻̃𝗶́𝗮.

1.1K 86 114
                                    


— Era un día nuevo para ti, abriste los ojos gracias a la claridad que provenía de la ventana, una vez recordaste todo lo que sucedió el día de ayer una vez más te sorprendiste porque estabas en la casa de Alastor que no solamente fue un sueño. Aquellos aromas amaderados te hicieron aquella mañana maravillosa, te levantaste de la cama, te arreglaste para salir de la habitación, no querías que Alastor te viera desarreglada, no sabías el porqué te esmerabas tanto en estar presentable para él, siquiera lo pensaste mucho solo lo hiciste. Una vez que concluiste el acomodar la habitación donde te hospedaste, abriste la puerta, provenía de la cocina un aroma delicioso, dulce, a mantequilla y miel, fuiste llamada por esos aromas combinados que deleitarán tu nariz, lo que viste no lo pudiste creer, era Alastor con un mandil, tan tierno, sereno, parecía que no le hacía daño a nadie, pues estaba batallando para ponerle la miel a los Hot cakes, ¿pueden creerlo? Se esmeró tanto en hacer un desayuno decente para ambos. Sin duda parecía la mañana perfecta, aquella vista que contemplabas era simplemente perfecta, aparentaban una pareja normal con una mañana normal, ignorando que ambos asesinaron la noche anterior. Te acercaste, no pudiste evitar tener la atención del pelinegro, sonrió ante tú presencia, antes tenía un gesto serio debido a la concentración, te acercaste, saludaste.

Alastor: Oh, buenos días, querida, ven, siéntate hice el desayuno, ya casi están. – Se encontraba sirviendo aquello que cocino, solo faltaba la mantequilla.–

Y/N: Hola, buenos días para ti también, ¿Puedo ayudar en algo? Me siento mal el no ayudar. – Sostenías el plato que Alastor tenía en sus manos, haciendo que tuviesen cierto roce en sus dedos. Ambos se sorprendieron debido a que cada quien tenía sus problemas, lo curioso es que en vez de ponerse a la defensiva nos avergonzamos así sonriendo los dos.– Lo siento; solo quiero ayudar.

Alastor: Descuida, mi madre me enseñó a ser caballeroso y atento con mis invitados. – La sonrisa que siempre llevaba cambio a una diminuta que mostraba nervios, vergüenza; presión. Entendiste lo que quería decir, suponías que estaba incómodo por el tacto y el espacio personal por lo que obedeciste y te sentaste.–

Narra Alastor:

— Nunca me encontré nervioso hacia una visita, pero está en especial sí, quería hacer todo perfecto para que no se sintiera incómoda, supongo que es por lo que pasó anoche, jamás me había visto de esa manera, quizás tema por qué me tenga miedo, cuando la vi salir de mi habitación aprecie un poco su belleza cuando no está enojada, sinceramente no me confiaba aún de ella en su totalidad, pero al verla así, aparentabamos una pareja tranquila; tan perfecta que a simple vista pensarían que somos esposos en una cabaña de vacaciones. Simplemente, quería darle una cálida bienvenida con mis desayunos estrellas.

Y/N: Esto realmente se ve delicioso Alastor creí que solo te dedicabas a mat...–Tu gran sarcasmo había arruinado el momento, siquiera pudiste terminar la frase.–

Alastor: Descuida dilo, no me molesta para nada, somos socios así que supongo que debes saber lo que realmente hago y soy. – Sonaba tan sereno, alegre mientras servía ambos platos en la mesa, te miró con una sonrisa tan cálida. Tomó asiento con su taza de café.–

–

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-  𝐌𝐢𝐬𝐬 𝐶𝒉𝑎𝑜𝑡𝑖𝑐.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora