GIRLFRIEND || Tsireya

006

KAYA SULLY

AL SIGUIENTE DÍA me desperté más temprano de lo normal. Me encontraba demasiado ansiosa, ya quería que fuera hora de reunirnos con los Metkayinas.

-Kaya, por el amor a Eywa, ya cálmate. -Kiri tomó mis hombros y me empujó para sentarme en el suelo.

-Cielo, estás demasiado hiperactiva, desayuna y podrás ir con los hijos de Tonowari. -Mamá dejó un plato de frutas en frente mío.

-《Pergón.》 -hable con la boca llena.

-¿Por qué tanta energía? -preguntó Papá sentado aún lado de mamá colándose su muñequera.

Ellos al igual que nosotros iban a aprender sobre la cultura Metkayina.

-Solo quiero ir a explorar. -respondí encogiéndome de hombros.

-Uy si... -murmuró Lo'ak riéndose de mí.

Yo le di la mirada más fea que pude. Aún me dolía la nariz, y este ni cuenta se había dado.

-¿Ahora que hice? -preguntó confundido al percibir mi mirada.

-Ayer golpeaste a Kaya mientras dormías. -le respondió Neteyam por mi.

-¿Qué? No es cierto, yo no golpeó. -negó el canalla

-Si, lo haces. Desde el vientre. -apoyo mamá dándole de comer a Tuk.

-Me sangro la nariz -añadí con una sonrisa sarcástica

-A ti siempre te sangra. -excusó él encogiéndose de hombros.

-Pero no por golpes. -replique.

-Bueno, ya. Perdón. -alzó las manos rendido.

Sonreí satisfecha volviendo a comer.- perdonado.

Terminamos de comer y fuimos de directo hacia donde los Metkayinas.

TOME UNA BOCANADA DE AIRE Y SALTE. Abrí los ojos al sentir el agua cubriéndome de pies a cabeza, ya sumergida no podía creer lo que veía. Si de por sí la isla por fuera era hermosa, por dentro era mucho más.

Miré a Kiri, quien estaba hipnotizada por la flora y fauna del lugar. Siempre hubo una gran conexión de Kiri con la naturaleza, algo que era muy lindo. Mamá siempre decía que Kiri era un regalo de Eywa, yo estaba de acuerdo con ella.

Lo'ak toco mi hombro y señaló en frente. Tsireya, Aonung y Rotxo nos esperaban.

Empezaron a nadar con nosotros siguiéndoles detrás.

Tenía que admitir que era más difícil de lo que pensaba. Mis piernas eran fuertes gracias a que en el bosque pasábamos todas las tardes escalando árboles, pero con el peso del agua se me hacía más difícil.

Sentí un poco de agua entrando por mi nariz, asustada a que se me entrará más subí a la superficie llamando la atención de mis hermanos. Quienes también se iban quedando sin aire.