Capitulo 1: De camino a la Universidad

111 6 0
                                    

Me despierto por la mañana. Gracias alarma, por fin me despiertas (notesé la ironía). Me levanto de la cama y voy legañosa hasta el baño. Abro la puerta y...

-¡Harry! -exclamé nada más abrir la puerta y encontrármelo desnudo frente al espejo.

Menos mal que no mire hacia abajo. Si lo hubiese hecho, estaría traumatizada de por vida.

-Lo siento... Lo siento mucho, Lyna -se disculpó mientras se tapaba sus partes bajas con una toalla -Voy a vestirme a mi habitación... -dijo, muy avergonzado, mientras salía por la puerta.

-Si, mejor será... -dije apartando la mirada de él.

-Lo siento, hermanita -me dijo besando mi frente.

-No importa... -murmuré sonriendo.

Cierra la puerta y yo suspiro fuertemente mientras me siento en el retrete.

Creo que esto es uno de los muchos traumas que se lleva una al vivir a lo largo de su vida con 4 hermanos. Mi hermana Yolanda tiene 24 años, y afortunadamente, vive fuera. Esta a punto de casarse con el hombre perfecto: alto, castaño, de ojos verdes, inteligente, con varias carreras... Es la triunfadora de la familia.
Después esta Harry. Tiene 21 años y ahora mismo nos llevamos bastante bien. Cuando eramos mas pequeños nos odiabamos a muerte, supongo que serían cosas de hermanos adolescentes. Él tiene a su novia Sammy, muy guapa también. Creo que en mi familia todos son guapos menos yo. La tercera hija soy yo, después va Ian. Tiene 15 años. Esta en esa edad mala que le molesta todo. Contesta mal a casi todo pero mi madre dice que ya se le pasará, que son cosas de la edad. Le creo, yo hace 3 años era igual. La última hermana es Mía. Tiene 11 años, el mes que viene cumplirá 12. Es la niña más linda y adorable que puede existir sobre este planeta.

Salgo de mis pensamientos, me lavo la cara y voy hacia la cocina. Me encuentro a Ian y a Mía discutiendo.

-¡Eres una gorda de mierda! Tú te los comiste, ¿verdad?

-Si... Pero no fui solo yo.

-¡Mentirosa, no intentes echarle la culpa a otro! -gritó Ian.

-Lyna y yo los compartimos -dijo Mía asustada.

-¿Es eso verdad, Lyna?

No se de que están hablando... Ah, ya caigo. Hablan de los cereales de miel.

-Si, nos comimos los últimos cereales Mía y yo el viernes pasado.

-¿Y yo que? ¡Nunca pensáis en mi! ¡Sois unas egoístas y unas gordas de mierda! -dijo Ian enfadado a más no poder.

-Relájate hermano, que cuando tu te comiste mis Chips Ahoy yo no te dije nada.

-Si, pero eso era un caso aparte.... Estaba intentando ligar con una chica y queríamos algo rico que comer mientras veíamos una peli en mi habitación. No había palomitas, así que cogí tus galletas.

-Pues esto es lo mismo. Queríamos pasar una buena tarde de hermanas mientras comíamos algo.

-Comer mientras habláis de cosas estúpidas de chicas no es importante.

-¡¿Y tu que sabes?! -dijo Mía enfadada.

Mía se enfadaba a veces de una forma muy adorable. Es tan mona.

-¡Te callas niñata! -gritó Ian enfadado.

-No, perdona... Aquí el único niñato eres tú... -le contesto Mía.

-¡Ya parad! -pidió papá asomándose a la cocina.

Mi padre siempre ponía paz en casa. No se como lo hacía, tenía una especie de súperpoder para hacer desaparecer las discusiones familiares.

Por eso te amo (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora