Capítulo 1

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10:10, domingo; el momento del día y de la semana en que los ciclos se cierran y las oportunidades se abren, y esta vez no podía estar más acorde a esa creencia; los mellizos Umbría están de cumpleaños, oficialmente tienen dieciséis.

Ambos hermanos se sientan a la mesa; Ónix, con su corto y lacio cabello negro, piel amarillenta, rostro afilado, cuerpo atlético y penetrantes ojos azul oscuro porta un aura de misterio que se complementa con su gabardina negra, jeans ajustados al tono y camisa azul imperial. Myling por otro lado usa su vestido rojo de escote V, mangas ¾ y corte A, que delinea su figura esbelta, su cabello castaño cae en una trenza con dos mechones sueltos sobre su rostro suave y amarillento alumbrado con sus brillantes ojos azul claro.

Myling pone los codos sobre la mesa, junta sus manos y espera paciente, su hermano calienta sus manos con sus piernas sin apartar la vista de ella; entonces, de la cocina a su lado se escucha un grito de alegría; sus padres y abuelos salen cargando un par de cajas que dejan frente a ellos; la caja de Myling es más pequeña, cuadrada y de color amarillo con moño verde, la de Ónix es azul oscuro con lazo rojo.

Ambos hermanos dan una sonrisa calculadora, colocan los brazos cruzados sobre las cajas y asienten, sus padres inician la tradición:

—En este día tan especial,
Celebramos sin piedad,
Con risas que retumban,
Y secretos que deslumbran —entonan en un ritmo solemne y tenebroso; sus abuelos se unen.

—¡Feliz cumpleaños, en la oscuridad!
Donde el miedo es nuestra realidad,
Cuenta los años, pero también las víctimas,
En este festín de sombras infinitas.

Bajo la luna llena, cantamos con fervor,
Nuestro juramento, un rastro de terror,
En la noche, la familia se reúne,
Con susurros siniestros de los que nadie huye —.

Los adultos se detienen en su canto, los mellizos se levantan, se toman de las manos y las elevan al cielo para terminar.

—¡Feliz cumpleaños, en la penumbra!
Donde la muerte es nuestra bruma,
Cada vela encendida, una vida que se va,
En este baile macabro, la familia está.

Todas las manos se azotan en la mesa de golpe, la canción siniestra ha finalizado y afortunadamente, las cortinas oscuras han mantenido el anonimato.

Los Umbría, una antigua familia de asesinos seriales que había llegado a Villa Sombra junto con otra familia que eventualmente había desaparecido; ocultos bajo su fachada de pueblerinos ejemplares, aterrorizaban a la población con sus fechorías.

Conocidos por todo el pueblo como una familia grande, pero muy unida; humildes, nobles, atentos y trabajadores; dentro de su casa eran crueles, sádicos y oscuros, pero igualmente unidos. Su familia se componía de ocho integrantes:

Los abuelos Lilith y Burton, una pareja de ancianos sesenteros que trabajaba en la clínica del pueblo; ella, con sus vestidos sobrios en tonos azules y verdes trabajaba en la recepción y administración; él, con su traje de médico, era el cirujano local. Ella causaba “accidentes fortuitos”, él disfrutaba el dolor de las palabras “hice todo lo que pude”.

Los padres Rosemary e Igor, la mejor representación de un matrimonio ejemplar, ambos a finales de sus treintas; ella era la chef principal de la cocina local, él trabajaba en el taller mecánico. Ella hacía comidas con sabor a muerte, él tenía la fuerza necesaria para dejar sin aliento a cualquiera.

El tío Casper Mysterious, el hermano de la señora Rosemary, a mediados de sus treintas que se dedicaba a dar clases de artes en el colegio; era conocido por sus lecciones y métodos excéntricos, pero también por un talento innegable para crear obras y relatos sublimes que siempre tenían presencia de una distintiva tinta roja que el hombre obtenía de sus “cacerías” durante luna llena.

Asesinos tras el espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora