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Cuando Sukuna despertó tenía una notificación de un chat nuevo en WhatsApp, lo leyó y su estómago comenzó a sentirse extraño de nuevo como burbujeante y su pecho dolió como cuando le saco el corazón a Yuuji

—Ugh... —murmura apretándose el pecho y dejando su celular a un lado, trató de respirar hondo y poco a poco el malestar comenzó a desaparecer, volvió a leer el mensaje...era [T/N] que además de agradecerle lo invitaba a comer algo...apretó los dientes

—Hijo ve por tu hermano para que cene...—la voz de Kento se escuchó desde el primer piso y al rato Sukuna ve a Toya en el umbral de la puerta, el chico tenía el cabello rubio como Kento y una contextura musculosa...seria buen hechicero, pero él no estaba interesado en eso

—Vamos a cenar... —le dijo Toya sonriendo y luego notó que Sukuna se veía raro—¿Que pasó? — le preguntó preocupado sentándose en la cama—¿Es la semana donde tienes tu forma espacial? —le preguntó preocupado

—No...solo me duele el estómago —le dijo Sukuna

—Le diré a mamá... —le dijo Toya poniéndose de pie y bajando, corriendo las escaleras—Mamaaaaaaaa, Kuna esta enfermoooooo—Sukuna escuchó como Toya gritaba con su voz desafinada de puberto... Sukuna escondió su rostro en la almohada y de pronto sintió una mano delicada tocarle la cabellera

—¿Que pasó, cariño? —le preguntó la voz suave y delicada de su humana favorita

—No te preocupes...ya se me está pasando... —le dijo Sukuna tímidamente, su humana comenzó a acariciarle el cabello y la mejilla

—No tienes fiebre... —murmuro revisándole la frente—Tal vez te contagiaste con algo en la clínica... —agregó para si

—No sé —murmuró Sukuna cerrando los ojos a la caricia de su humana

—¿Que te duele? ¿Sigues con el malestar de la mañana? —le preguntó viéndolo atentamente

—Mmmm...sí... —murmura Sukuna haciendo una mueca

—Llamaré al médico—le dijo preocupada y Sukuna asintió en silencio...

—¿Que pasó? —pregunta Kento preocupado

—Sigue con las molestias de la mañana—le dijo su esposa mientras comenzaba a llamar al médico, Kento se sentó en el borde de la cama y con cuidado toco la frente de Sukuna para revisar si tenía fiebre

—No tienes fiebre—murmura Kento

—Sólo me duele el estómago y mi pecho—murmura Sukuna

—¿Usaste energía inversa? — le pregunto Kento y Sukuna asintió—Mmmm...tal vez estás terminando de ser maldición...—le dijo Kento preocupado

—Así dejaría de tener esa semana...—murmura Sukuna refiriéndose a la semana en donde toma su forma definitiva

—Listo, Yoshida-san vendrá pronto —dijo su humana favorita a la par que entraba a la habitación—Le prepararé una manzanilla—agregó viendo a su esposo quien asintió

—Vayan a comer...se les enfriará la comida...—les dijo Sukuna—Me iré a mi casa...—agrego

—Te acompañaremos...y te quedas acá al menos por esta noche—le dijo Kento serio

—¿Puedo preguntarte algo? —le pregunto Sukuna sentándose en la cama con un poco de trabajo

—Claro...—respondio Kento viéndolo atentamente

—Entiendo que mi humana se preocupe por mi...o incluso sus hijos...¿Pero por qué te preocupas por mí? —le preguntó Sukuna—Entiendo que lo hagas por Yuuji pero...¿Por mí? — le pregunto nuevamente viéndolo atentamente

—Eres nuestro hijo ¿no? —le pregunto Kento viéndolo con su ojo y al notar que Sukuna estaba sin entender siguió—Yuuji y tú son nuestros hijos, los adoptamos y los amamos...—le dijo Kento

—Pero éramos enemigos...—murmuro Sukuna aun sin entender...entendía que su humana favorita si lo quisiera porque se llevaban bien, también entendía que Sora, Toya y Hikaru se llevarán bien con él y se preocuparan por él ya que lo conocían de toda la vida y lo veían como un hermano...lo que no entendía como era que Kento, el ex-hechicero lo hubiera aceptado como hijo...entendía que hubiera aceptado a Yuuji porque finalmente había sido su pupilo y porque era un humano...pero él estaba en el proceso de convertirse en humano desde que Gojo y Megumi le entregaron ese cuerpo, entonces Kento le sonrió y le acaricio la cabeza

—Eso quedó en el pasado cuando me salvaste de morir...y aún más cuando te adoptamos...te quiero como mi hijo y me preocupo por ti porque eres mi hijo...nunca lo olvides, Sukuna—le dijo Kento y de pronto escucharon un sollozo apagado desde la puerta, ambos miran la puerta y con un tazón humeante en una mano estaba su humana favorita llorando

—Cielo, ¿Qué pasó? — le preguntó Kento a su esposa caminando hasta ella para tomar el tazón y evitar que se quemara

—Es que...no puede evitar oír su conversación y me dio mucha pena — solloza—Lo siento...no quería interrumpir—agregó y Sukuna niega con la cabeza con una sonrisa...las palabras de Kento hicieron que comenzara a sentir una calidez en su pecho y ligereza en su cuerpo pero también un nudo en su garganta...como maldición había hecho muchas cosas malas y dañó mucho a Yuuji, sin embargo ninguno de los hechiceros le guardaba rencor y eso hacía que se sintiera extraño por dentro

[T/N] por su parte despertó a eso de las 3 de la tarde y revisó su teléfono, no podía saber si habían leído el mensaje o no...pero no había respuesta así que habían dos opciones o Sukuna lo leyó y la ignoró por patética o aun no lo leía...con un suspiro pesado se sentó en su cama y decidió que el día de hoy haría aseo en su casa, se golpeó muchas veces pero sonrió satisfecha al ver el resultado: su casa estaba impecable y había instalado el kotatsu en la sala de estar para poder ver tv calentita ahora que ya estaba comenzando a nevar...y lo que era más importante su pie estaba deshinchado y ya no dolía...era como si por arte de magia se hubiera curado por completo.

Después de ordenar y asear su casa, se preparó el almuerzo y se hizo una ensalada de lechuga, tomate cherry, palmitos, camarones, aguacate y cilantro, además se preparó una sopa de calabaza y se sentó a almorzar metida en el kotatsu viendo un anime sobre los días libres de un villano que ama los pandas.

Estaba terminando de lavar la loza que usó para el almuerzo cuando de pronto el timbre comienza a sonar insistentemente. Secó sus manos y caminó hasta el recibidor y vio que era Taro...venía con una gran bolsa de compras

—Hey...—le sonrió [T/N] mientras salía a abrirle la puerta...había comenzado el invierno y ya estaba nevando

—¿Cómo sigue tu tobillo? —le preguntó Taro preocupado

—Bien...ya no me duele—le sonrió [T/N] mientras ambos entraban a la casa y se sacaban los zapatos para cambiárselos por zapatillas de levantarse

—Mmmm...eso es bueno...—le sonrió Taro. [T/N] lo miró y le sonrió Taro tenía dos años más que ella. Se habían conocido en la secundaria...él era el típico matón que se peleaba a golpes con todo el mundo y ella era la chica excluida por ser más gruesa que el resto de compañeras, una vez cuando [T/N] estaba escapando de unas compañeras que la molestaban se encontró a Taro en la azotea y él la defendió...de primera lo hizo para que se fueran y lo dejaran solo...pero luego de un rato en que [T/N] y él comenzaron a conversar se dio cuenta de que la chica gordita era buena persona así que dejó que se le acercara y continuaron charlando hasta que se hicieron buenos amigos—Traje los ingredientes para el sukiyaki— le dijo Taro animado mostrándole la bolsa reutilizable de compras

—Aaaaah, genial...hoy aproveché e instalé el kotatsu en la sala de estar...comamos ahí...—le ofreció y Taro asintió sonriendo



















Amor en florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora