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Sukuna le ofreció el brazo y en silencio [T/N] lo tomó para apoyarse en él y continuar el camino hacia la noria por el parque.

Luego de un rato caminando en un silencio cómodo mientras iban de camino a la rueda de la fortuna y se acercaban a una laguna con patos Sukuna de pronto se detuvo en seco cuando vio a dos adolescentes sentados en una banca del parque a punto de besarse
—Bastardo, le dijo a mamá que estaría estudiando....[T/N], dame un momento...tengo que enseñarle una lección a mi hermanito... —murmuro molesto y mal genio Sukuna, [T/N] entonces vio en la dirección que Sukuna estaba viendo y vio a dos adolescentes un chico de cabello rubio y una chica de cabello blanco sentados mientras lentamente se acercaban para darse lo que parecía un beso en los labios

—¿Her...hermanito? —preguntó [T/N] soltando la mano de Sukuna un poco nerviosa

—¡Oye, Toya!—gritó furioso Sukuna sobresaltando a los dos adolescentes caminando directamente hasta los dos chicos—Que bien estudias trigonometría...¿no?—le preguntó con una sonrisa molesta Sukuna, mientras [T/N] escuchaba todo desde una distancia razonable

—Ay, Sukuna, no le digas a mis papas...—le pidió la chica del pelo blanco

—Hermano, no seas así...—le dijo el adolescente de cabello rubio poniéndose de pie e interponiéndose entre Sukuna y la chica, [T/N] comenzó a observarlo bien, tenía el cabello más que rubio como castaño muy claro, era alto, pero no tanto como Sukuna y se veía fornido, mientras que la chica de cabello blanco se veía muy linda, tenía las mejillas sonrojadas y los ojos azules

—Le diré a Gojo...—les amenazó Sukuna y la chica puso sus ojos en blanco—No...mejor le diré a tu mamá, mocosa...para que sepa que andas metida con este otro mocoso...—le dijo con una sonrisa triunfal Sukuna sacando su teléfono del bolsillo y viendo que la chica se ponía nerviosa

—No, se enojará...mamá está muy estricta últimamente...no seas así...—le pidió la chica haciendo un puchero realmente nerviosa por cómo reaccionaría su mamá

—Vamos, hermano...no le digas a la tía...te daré todas las barritas de limón de la tienda...—le dijo el chico

—Uh, y yo puedo conseguirme de las naranjas confitadas que te gustan, esas que hace mamá...—le ofreció la chica sonriendo, poniendo cara de cachorrito, entonces Toya ve a [T/N] detrás de Sukuna y miró a su hermano mayor con cara de sospecha

—¿Y ella quien es?—le preguntó Toya frunciendo el ceño

—Ella es...una amiga...—le dice Sukuna un poco nervioso, entonces Kumiko sonrió maliciosamente

—Hola, me llamo Gojo Kumiko, ¿cómo te llamas tú? —le preguntó la chica de cabello blanco a [T/N] quien miró un poco nerviosa a Sukuna al darse cuenta de que este estaba un poco molesto

—Uhm...[T/A T/N], un gusto...—le dijo [T/N]

—¿Y de donde conoces a mi hermano?—le preguntó Toya frunciendo el ceño, realmente era muy raro ver que Sukuna saliera con gente que no fuera la de siempre (sus tios, sus hermanos, los de la academia y sus padres)

—Oye, mocoso, eso no te importa...—le gruño molesto Sukuna

—Es raro que Sukuna salga con gente...—comentó como si nada Kumiko sabiendo que Sukuna se enojaría más y se desconcentraría del tema principal que era ella y Toya queriendo darse un beso

—Suficiente...los iré a dejar a la casa de cada uno...—sentenció Sukuna molesto—Por cierto, ese es mi hermano, se llama Toya...—le presentó Sukuna a [T/N]

—Un...gusto...—le dijo [T/N] al adolescente

—Un gusto...—le dijo Toya

—[T/N], ¿no te molesta si vamos a dejarlos a sus respectivas casas y luego continuamos en lo que estábamos?—le pregunta Sukuna un poco nervioso y avergonzado de ver que los dos adolecentes lo miraban como queriendo reírse de él por salir con alguien

—No....claro que no...—le dijo [T/N]—Uhm...si quieres...vas a mi casa luego...—murmuró pensando en que Sukuna fuera a dejar a los chicos a sus casas mientras ella se iba sola a la suya y lo esperaba para cenar o ver una película juntos y entonces los dos chicos los quedaron mirando boquiabiertos

—Uuuuuuuyyyyyy—soltó Kumiko divertida mirando a Sukuna como si lo hubiera descubierto haciendo algo como comprar pantaletas usadas en las máquinas expendedoras de Shibuya

—Callate—espetó Sukuna mirando feo a Kumiko—No, vamos a dejarlos a sus casas y luego...te voy a dejar a la tuya...—le dijo un Sukuna nervioso y rojo de la vergüenza a una [T/N] que estaba MUY avergonzada deseando que cayera un meteorito o que los aliens bajaran para abducirla

—O-ok...—murmuró roja de vergüenza [T/N] y entonces Sukuna la tomo de la mano para caminar al auto

—La tomó de la mano...—le dijo detrás de ellos Toya a Kumiko

—Si...ya se toman de la mano...—le secundó Kumiko divertida

—Callense...—les ordenó molesto Sukuna mientras pasaba un brazo por sobre los hombros de [T/N]—No les hagas caso...—le dijo Sukuna a [T/N] y ésta asintió

—Ni lis higuis quisi...—le remedó Toya copiando el gesto de Sukuna de pasar su brazo por sobre los hombros de Kumiko y ésta solo se rio divertida al ver que habían logrado molestar a Sukuna lo suficiente para que se olvidara de que estuvieron a punto de besarse

—Sólo espera a que lleguemos a casa de los papas y verás lo que es bueno...—le dijo Sukuna sonriendo deteniéndose en el semáforo en rojo para cruzar la calle y Toya se quedo en silencio

—¿Podemos pasar a mi casa antes? Quiero devolver la ropa que tu mamá amablemente me presto esa vez que fuimos a la clínica...—le preguntó [T/N] mientras Sukuna le abría la puerta del auto para que se subiera en el asiento del pasajero atrás del conductor

—Claro, pasaremos después de dejar a la mocosa en su casa...—le dijo Sukuna viendo como Toya le abría la puerta del pasajero atrás del copiloto a Kumiko

—Gracias...—murmuró [T/N] y luego miró nerviosa a Kumiko quien le sonrió feliz

—No es nada contra ti...es que teníamos que hacer que se olvidara de acusarnos con nuestros papas...—le dijo en un susurro Kumiko a [T/N] y ésta se rio divertida un poco más relajada—Me gusta saber que Sukuna está abriéndose a mas gente...—agregó en un susurro mientras Sukuna y Toya se subían al auto y [T/N] asintió sin entender mucho a que se refería Kumiko

—Primero iremos a dejarte a ti, Kumiko...¿la tienda de tu mamá o la casa?—le preguntó Sukuna viendo a las dos chicas por el retrovisor

—A casa...—le dijo Kumiko sonriendo

—Ok...—le dijo Sukuna y comenzó a conducir a la casa de los Gojo 









Amor en florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora