• Manía •

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— Gojō-sama.— pronunciaba su nombre con la voz entrecortada, sujetando con fuerza la parte inferior del vestido que llevaba puesto.

— ¿Qué sucede? Yūji.— le mencionó cerca del rostro, sin dejar de embestirlo.

— M... más...— no pudo terminar su oración, Satoru aumentó el ritmo y la fuerza de sus embestidas, aprisionando con firmeza el pequeño cuerpo de su alumno.

~ Ahhh... ahhh.

Gemía descontroladamente.

— ¿Justo así?— cuestionaba con un tono infantil, observando detenidamente las expresiones que se formaban en el rostro del menor.

— Gojō-sensei... Ngh... ya no... ya no puedo.— sus palabras salían con dificultad.

No lograba recordar con exactitud cuantas rondas llevaban, tampoco sabía por qué aquella prenda le quedaba a la perfección. Todo había sucedido de forma tan inesperada.
Esa mañana se encontraba dando su paseo matutino por los jardines de la preparatoria, cuando un alegre albino se acercó a él ofreciéndole ir a su departamento para ver una película.
Un poco ingenuo y sin sospechar nada, Yūji aceptó.

— Ouh Yūji...— exclamó.— Tu amo aun no tiene suficiente.— sonreía.

Llevando su verga a lo más profundo de su ser.

~ Ngh... ngh

Soltaba por lo bajo, sintiendo como él semen del mayor se derramaba dentro suyo.

— Tu interior es tan cálido y estrecho, que se siente increíble.— dijo, percibiendo como se contraía alrededor de su pene.

~ Ah... Ahh.

No aguanto más, se corrió sobre la tela que cubría su erección, manchando sin cuidado.

Sus mejillas estaban tan rojas como un tomate, pequeñas lágrimas comenzaban a salir de sus brillantes ojos dorados, por la comisura de sus labios descendía un delgado hilo de saliva.
No podía pensar con claridad, todo su cuerpo cosquilleaba y sus piernas estaban a punto de flaquear.

Perdido por completo en el placer... siendo la primera vez que el peli blanco lo follaba de una forma tan salvaje.

En varias partes de su cuerpo ahora posaban múltiples marcas... hematomas y mordidas creadas por la boca de Satoru mientras besaba y lamía su tersa piel, quitando lentamente sus prendas.

Cada cierto tiempo se reunían a escondidas para saciar su libido, uniendo sus cuerpos en una danza prohibida mientras se disfrutaban plenamente.
Yūji estaba en esa etapa de su juventud donde buscaba vivir experiencias nuevas, a la vez que Satoru aprovechaba la oportunidad para poseer el hermoso cuerpo ajeno.

Aunque; en esa ocasión el peli rosa realmente creía que verían una película, ya que Satoru sabía que las adoraba.

~ Gojō-sama... Ahhh.

Entraba y salía de su papel... cumpliendo la fantasía del mayor.

Sin duda ambos se estaban divirtiendo.

— Di mi nombre Yūji.— quería escucharlo.

El menor tomó una gran bocanada de aire para conseguirlo.

~ Satoru... Ngh.

No controlaba los sonidos que escapaban de su boca.

Al escucharlo pronunciar no pudo evitar  sentirse más excitado, plantando su semilla de nuevo.

Dentro de aquella habitación, la única evidencia que había de sus aventuras era la cinta que guardaba una pequeña cámara escondida, misma que Satoru encendía cada vez que Yūji visitaba su casa.













🌸 " Manía "  [GoYuu] [UA] 🌸

✨ Parte única ✨

Paradise [GoYuu] [R+18] [One-shot's] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora