Capítulo 7

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Miles no aterrizo bien.

En muchos aspectos, eso no importaba. El mismo problema de tamaño/masa que tenía al ejercer su fuerza física también aplicaba aquí. Él literalmente no podía caer lo suficientemente fuerte como para causarse una grave lesión física sin que algo cambiara drásticamente su velocidad terminal.

En otros aspectos, eso importaba. Si bien él no se podía lastimar en una caída descontrolada de, una estimación aproximada, doscientos metros de altura, el conducto de aire en el que se encontraba era otra historia. Dos mechas pesados miraban a Miles con un aire de sorpresa mecánica.

Y el tercero levantó su mano para quitárselo de encima.

"¡Lo siento!" Miles giró en su sitio, golpeando con sus colas al mecha lo bastante fuerte como para arrancarle su ya abollada cabeza. "Pero no me puedo quedar."

Él saltó hacia la cavidad en el cuello del mecha mientras dos rayos eléctricos estallaban tras él, golpeando inofensivamente contra el chasis metálico antes de caer sobre los restos del conducto de ventilación, depositando al zorro en el suelo junto al segundo mecha pesado.

"¡Hola Señor Prow-!"

Miles se agachó entre los pies del robot, jalando de sus piernas para enviarlo de cara contra el piso. Cartuchos metálicos rebotaron en el suelo a medida que el último mecha abría fuego.

Ugh. Por esto es que él evitaba a estas cosas. Eran de gatillo fácil con sus desenfrenados ataques con gas. Ni siquiera podía reutilizar sus piezas, ya que siempre terminaban contaminando toda el área, y como era un gas inodoro, no tenía forma de saber si se habría disipado. Asumiendo que no llegaran más entretanto.

Chocando con la espalda del robot caído, Miles se lanzó hacia el tercero, saltando en un giro de alta velocidad con sus colas, apuntado contra su abdomen. Su mitad superior cayó al piso y un anillo sobresalía de su chasis, del lugar donde la maquina era presuntamente energizada.

Huh. No se había dado cuenta que en realidad tenían anillos. Él debería- Miles se cubrió la cara con una de sus mangas, su cabeza ya nublada. Como sea. Agarró el anillo y esperó un momento...

Cierto, sin espacio-bolsillo. Lo metió en el bolsillo de su sudadera mientras fruncía el ceño.

Hora de salir de aquí, y rápido. Pasillo unidireccional, sin habitaciones laterales. Inusual. El lugar parecía tener un diseño bastante modular, y esta tan abajo que habría esperado acabar de nuevo en el Almacén General.

Entonces...

Miles se detuvo. Una vez más, un garabato rosa se formo en el suelo, o más bien, una flecha, que apuntaba hacia una de las puertas. Varios signos de exclamación se empezaban a formar a su lado mientras observaba.

"... Muy bien, muy bien. Ya entendí."

Miles empezó a trotar. La puerta de delante se abrió para revelar otro pasillo, todo recto también, esta vez carente de robots. Solo una flecha. Aumentó la velocidad. Una intersección en forma de T. La flecha en la derecha. Otra encrucijada. ¿Todo recto?

Ni un solo robot.

Finalmente, después de una docena de giros y vueltas, Miles entró en otro gran pasillo, con gruesas cajas de metal apiladas hasta el espacioso techo.

"... ¿Aquí?"

Las luces parpadearon. Miles decidió tomarlo como un sí.

Solo que...

¿Dónde aquí?

No había más flechas, más instrucciones, sólo las cajas amontonadas, ya corroídas desde hace tiempo y, por sus primeras inspecciones, casi vacías. Ni siquiera podía ver más allá de ellas.

Eternal Tails: Mala SemillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora