🪶4. Anfitrión.🪶

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La reverencia no tardó más que un par de segundos, y por más que pareciera raro, sentí como si está parte de la escena la hubiera practicado una y otra vez hasta el punto de que le quedará perfecta.

Una perfecta escena de un perfecto desquiciado.

—Creo que esto salió mucho mejor de lo que esperaba —dijo regresando a su pose inicial alisando su larga gabardina y poniendo su bastón frente a su cuerpo reposando ambas manos sobre el —¡Todos ustedes son afortunados! —aclamó.

Nos respingamos ante su repentina reacción luego de un rato de silencio. Simplemente estaba loco.

—Ahora se preguntarán ¿Afortunados por qué? Y es una buena pregunta —empezo a caminar de un lado a otro como si no hubiera nadie más en este gran salón y estuviese dando el mejor monólogo de su miserable existencia. —Digamos que ustedes fueron elegidos para ayudarme en una especie de, cómo decirlo —dudo mientras encontraba las palabras adecuadas —¿Labor social? Si exactamente eso, son una labor social que sin duda servirá para que muchas personas se beneficien de cierta forma, ahora ¿Cuál es la labor social? Eso es confidencial, al menos para ustedes —nos señaló después de decir semejante atrocidad.

¿Labor social?¿Acaso este sujeto está loco?

Un escalofrío recorrió toda mi columna vertebral al sentir la frialdad e indolencia con que nos hablaba. Sentía que nos estaba tratando como objeto y no como personas, incluso, el simple hecho de estar aquí sin poder expresarnos cuando lo queremos así lo demuestra.

—Sin embargo como soy un anfitrión tan benevolente y misericordioso dejare que hagan "una pregunta por persona" —hizo una pausa para hacer énfasis en esa palabra mientras levantaba su dedo índice como muestra de la cantidad hablada.

Todos nos miramos confundidos y aturdidos por toda la información que apenas estamos digiriendo, no creo que nadie vaya a decir algo aunque estoy seguro que tenemos más de mil cosas que pasan por nuestra mente.

Jena y yo nos miramos libremente pero nuestras miradas estaban nubladas, algo impidió que pudiera saber lo que pasaba por su cabeza, lo cual le pasó a ella también.

—Vamos chicos, no sean tímidos, yo no muerdo —dijo el cómico.

Una mano temblorosa empezó a hacerse camino dejándose ver, la primera persona que reunía el valor para hacer su pregunta.

—¡Eureka! Tenemos a la primera valiente ¿Deberíamos poner algún sistema de puntaje? —hizo la pregunta al aire —Como sea, puedes hacerme tu pregunta chica pelirroja — no hizo ni siquiera un mínimo esfuerzo en recordar su nombre.

Beverly dudo muchísimo antes de hablar, el temor y la incertidumbre está invadiendo cada esquina de esta habitación provocando que cada bocanada de aire se sienta pesada, todo por el simple hecho de no saber que vaya a preguntar o en su defecto como vaya a reaccionar el pajarero.

Sin duda es alguien cuya personalidad es muy inestable.

—Se... señor, señor pajarero, ¿puede decirnos dónde estamos? Por favor —su voz se quebró un poco.

El sujeto de negro se quedó inmóvil como si procesará la información que se acababa de dar.

—¿Acaso no es obvio? Están en el mejor y más mejorado recinto con super tecnología que ni siquiera en sus más profundos sueños podrán ver —la arrogancia se hizo paso en su voz —¿Sorprendente? ¡Por su puesto! Solo una gran mente como la mía pudo diseñar algo tan imponente y magnífico como este gran recinto, pero —pauso su diálogo para dejarnos claro algo importante —de una manera más sencilla pueden llamarlo la jaula, lugar que será su estadía durante un largo tiempo —.

La jaula de los gorriones -Los juegos de libertad- [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora