† ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ғᴏᴜʀᴛʏ ᴏɴᴇ †

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— Tan solo treinta y cuatro años y ya me cuesta subir una ventana.

Más indignado que otra cosa, Dael logró entrar por la ventana hasta que casi cae de boca al piso por perder el equilibrio pero, por suerte, pudo recuperar su postura en cuanto pisó la oscura habitación.

Eran aproximadamente las dos de la madrugada y él estaba ahí, ya dentro de la habitación de Zael y listo para raptarlo como se lo había prometido, por eso se sentó en la cama y antes que nada, sonrió al ver lo tierno que se veía durmiendo.

Pensar que ese angelito sufría mucho lo hacía estar mal por igual, ya que él amaba a tal angelito y no podía solo verlo destrozado.

— Zael... Zaelly, despierta — Susurró — Vamos, príncipe, es hora de irnos.

De manera suave inició a acariciar las hebras de Zael mientras éste despertaba algo confundido y desorientado, haciéndose ver jodidamente adorable ante sus ojos.

— ¿Dael-Hyung...?

Todavía más confundido, se restregó los ojitos para despertar del todo y así captar que Dael se encontraba en su habitación con una bonita sonrisa.

— Te dije que esta noche raptaría al príncipe de su castillo — Murmuró — Así que ya es hora de irnos al paraíso.

Zael se mordió el labio con una sonrisa y empezando a sentir la adrenalina recorrer sus venas, se levantó de la cama en busca de hacer una pequeña maleta, pero antes de todo, se quitó la pijama y semidesnudo corrió al baño para ponerse ropa.

— Este niño, apenas son las dos de la madrugada y ya me está tentando — Dael murmuró — Pero para antojar sí es bueno el muñeco.

Terrible.

Mientras el menor se encontraba en el baño, él le buscó un bolso algo grande para dejarlo abierto sobre la cama y así ir a buscar algunas mudadas holgadas y cómodas.

— Ya estoy listo.

Zael de verdad que no pudo evitar chillar de la emoción cuando salió con uno gran suéter que más bien parecía vestido porque le llegaba más abajo de las rodillas, era holgado y muy afelpado mientras las botas café lo hacían verlo tan tierno que no parecía que debajo de eso había un cuerpo de infarto.

— ¿Me estás raptando? Mis hermanos se pondrán enojados.

— Ese es el chiste.

Sonriendo Dael lo tomó de la mano y luego de dejar un beso en ella, cargó el bolso en el hombro para ya dirigirlo hacia la ventana.

— Espera... Debo despedirme de Yoonie — Susurró — No puedo irme sin dejarle un besito de Ángel guardián.

— Vamos rápido.

Con una gran sonrisa arrastró a Dael por la habitación hasta abrir la puerta y salir silenciosamente por ahí, ignorando por completo el que habían un sin fin de cámaras por todo el pasillo y que, claramente, estaban gravando todo lo que estaban haciendo, eso lo llenaba de mucha más adrenalina, ya que le daba la sensación de que estaba huyendo y era justo lo que estaba haciendo, estaba a punto de huir con Dael sin decirle a nadie.

— Solo dame unos segundos.

Para darle privacidad y también para cuidar la entrada, Dael se quedó en la puerta mientras él entraba a la habitación de YoonGi y cuidadoso se sentó en la cama para dejarle un beso en la frente.

— No te preocupes por mí, Yoonie... Yo estaré bien.

Tras esa corta despedida, se levantó y corrió hacia Dael, quien con una sonrisa sujetó su mano para ya llevárselo de ahí.

ɪ ʟɪᴋᴇ ʙᴏʏs  「†」 YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora