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La primera vez que Chuuya abre los ojos lentamente contempla un techo con un diseño de luces cuadriculado, para nada similar a su departamento o a las instalaciones de la Port mafia.

Entonces, aquí surge la primera cuestión:

"¿En dónde carajos estoy?" Piensa mientras sus ojos analizan como un escáner lo que su vista periférica le permite abarcar.

Un par de cortinas grises, un pequeño póster en la pared izquierda que explicaba las propiedades y beneficios de la medicina; y arriba, en la otra pared, una especie de estante improvisado con algunos libros y frascos de píldoras.

Nada extravagante en realidad, incluso los colores eran bastante neutrales.

Desvió la mirada con pesar y oh, se encontró la penetrante mirada de Dazai, cerró los ojos otra vez.

Un momento.

Abrió los ojos de golpe, observando al castaño como si hubiera visto al mismo diablo. Entonces, aquí surge la segunda cuestión:

"¿Por qué, de todas las malditas personas, tenía que ser Dazai?" Se queja mientras su respiración se acelera.

Abrió la boca dispuesto a hablar cuando el de vendajes lo calla tapando su boca con las manos.

—No vayas a gritar— ordenó rápidamente—. ¿Entiendes?

Ante el lento parpadeó de Chuuya, lo tomó como una afirmación para retirar sus manos, finalmente se incorpora en la pequeña silla metálica en la que estaba encorvado. Se estiró haciendo una mueca y bostezó largamente.

Dazai esperaba que el pelirrojo reaccionara, pero parecía haber entrado en una especie de shock, lo miraba con esos enormes ojos azules, como si se tratara de un espanto, (lo cual, sería muy grosero y desconsiderado de su parte, siendo que él le había salvado la vida hace apenas unas horas).

—...¿Dazai?— el nombrado quiso reírse por el tono incrédulo que empleó el mafioso—. ¿Qué haces aquí? Dónde... ¿En dónde estoy?

Inconscientemente, Dazai volvió a encorvarse apoyando sus antebrazos en sus muslos, ladeó un poco la cabeza antes de sonreír.

—¿En dónde estás dices?— el tono divertido irrita a Chuuya—. Conmigo en la agencia, por supuesto.

El mafioso parpadea de nuevo—... ¿QUÉ?

—Siendo específico, estás en el consultorio de la Agencia Armada de Detectives, conmigo.

Con cada palabra que dice, la expresión horrorizada del pelirrojo se agrava, y Dazai lo disfruta tanto, adora molestarlo y sacarlo de sus casillas.

Al menos, así podía olvidar por un momento la angustiante sensación que le hizo desear la muerte con ganas después de lo que pasó.

—Deberias de dormir un poco más— dice de repente, haciendo que Chuuya dejara sus insultos a medias—. Después de todo, la corrupción te ha dejado bastante cansado, ¿No es así?

Chuuya quiere negarlo, pero ambos saben que esa sería una negación muy absurda. Así que solo resopla.

—No tengo sueño— apeló obstinado, el castaño negó reprimiendo una risa.

—Los analgésicos— señaló con un dedo el perchero de metal que sostenía una bolsa de suero—. Evitan que sientas dolor, pero también te darán sueño.

"Oh..." La revelación apaga los deseos de discutir con el detective.

No tiene tiempo para eso de todos modos, el sueño comienza a ganarle rápidamente, y antes de cerrar sus ojos completamente y quedarse dormido, escucha a Dazai murmurar:

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⏰ Última actualización: May 08 ⏰

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Corruption. | SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora