El solía decirme que yo era su bella y el una bestia, pero se olvido que un corazón como el mío puede guardar muchos secretos.
¿Como no caer en sus endulzantes palabras?
Si un rey del inframundo te entrega el mundo, es fácil sucumbir a la tentación...
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Observe el espacio abierto que le daba un toque relajado a la estructura de la Universidad me atrevería a decir que parecía no encajar con el resto de la decoración, di varios vistazos buscando a Nerea, pero me sería difícil encontrarla en un lugar con tantas personas. Mi estómago rugió en protesta, desde hacía ya más de veinticuatro horas que no comía nada estaba a nada de desmayarme por el hambre.
Me dirigí a la larga fila de estudiantes para tomar algo del bufet.
¡Hey! Chica nueva- Una voz femenina me hizo girar, aun cuando no estaba segura si era a mí a quien llamaban, observe a la rubia que sostenía una bandeja con comida. La reconocí al instante ella me había guiado hacia la oficina del director.
-Hola de nuevo- rio bajo al escuchar mi nefasto intento por socializar.
-No me dijiste tu nombre.
-No me diste la oportunidad- levante los hombros y acomode la bandeja en mis manos- Soy Neferet.- Me observo extrañada, y no pude evitar pensar que esperaba a que yo le dijera mi apellido. Pues sorpresa yo no tenia uno.
-Un gusto, mi nombre es Isabella Greco- su pecho se inflo al decir el apellido de su familia. - ¿tienes en donde sentarte? - negué, porque lo cierto era que había considerado comer en la esquina más apartada de todo- vendrás conmigo- informo para luego entrelazar nuestros brazos, guiándome hacia una mesa en donde había un grupo de estudiantes.
Espera- la detuve antes de llegar, mi mirada se fijó en la mesa a la que nos dirigíamos. – Quede con alguien para almorzar y no sería justo que la dejara sola- su ceño se frunció levemente- quizá otro día podamos almorzar juntas.
-Puede sentarse con nosotros- señalo con la cabeza al grupo de estudiantes que vestían de manera normal.
Antes de que pudiera decirle mi respuesta, Nerea se acercó a nosotras con el rostro preocupado, mientras a Isabela se le agrandaba la sonrisa al verla, por sus reacciones supuse que ellas ya se conocían- ¿Estas bien Nefert? - la voz de Nerea era temblorosa y su rostro se tiño de un rojo intenso, como si aquellas palabras que había dicho fueran algo malo.
- Estoy perfectamente bien- Le sonreí de forma tranquilizadora, soltándome del agarre de Isabela para acercarme a la castaña. Pero ella no reacciono a mi presencia, incluso se tensó aún más cuando llegue a su lado. Por su reacción no pude evitar pensar que estaba aterrada
-Neferet ¿ella es la amiga que esperabas? - Isabela levanto una de sus cejas con el rostro burlón.- No me agrado para nada la forma en la que la rubia observaba a Nerea. Me hizo recordar a Diana.
-Nos vemos luego Nefert- se marchó casi corriendo del lugar, la actitud de ambas me desconcertó y definitivamente era otro misterio a la larga lista.
Volví mi vista a Isabela que observaba fija la dirección por la que Nerea se había ido- Vamos Nefert- ella camino, pero al ver que no iba a su lado se detuvo para luego girarse- ¿Qué haces allí? ¡me muero de hambre! Vamos Nefert.- Hizo un puchero con la boca como si de una niña se tratara, quizá la comparación no estaba muy lejos de la realidad.