Ha lo largo de los años, la mera idea de abandonar su aldea se había vuelto inimaginable para Tsunade, Aquel lugar donde había crecido junto a su amado hermano y donde el destino la había unido al amor de su infancia, se había convertido en un ancla que la mantenía atada a un pasado que le lastimaba profundamente.
Las cicatrices de sus pérdidas le causaban heridas que parecían no sanar, infligidas en el mismo instante en que le arrebataron a quienes significaban el mundo para ella. Cada vez que pensaba en ellos, la nostalgia y el dolor le llenaban el corazón.
Para Tsunade, Nawaki y Dan habían sido su todo, y sus muertes habían dejado heridas imborrables en su alma. La culpa se había convertido en su compañera constante, alimentada por la creencia de que ella misma era responsable de sus muertes.
La admiración que alguna vez sintió por los héroes que sacrificaron sus vidas por la aldea se había desvanecido, reemplazada por la amarga realidad, peones sacrificados en un juego cruel. Habían sido víctimas de líderes que prometieron paz pero entregaron guerra. Era doloroso enfrentarse a la verdad de que aquellos a quienes admiraba habían sido utilizados como carne de cañón en una guerra que nunca debió haberse librado.
Cada sacrificio humano parecía haber sido en vano, y esos pensamientos pesaban para la rubia como una losa en su corazón.
La rabia y el dolor que antes la habían encadenado, ahora parecían convertirse en su fortaleza. La idea de no abandonar la aldea, una vez tan arraigada en su mente, se desvaneció ante la desgracia que impregnaba cada rincón de aquel lugar donde una vez fue feliz. Se sentía impulsada a escapar, a liberarse de los recuerdos amargos que la asediaban. Cada uno de sus pasos era un testimonio de su determinación por dejar atrás la aldea. Maldiciendo cada elección que la había llevado a convertirse en ninja, Tsunade sentía una necesidad intensa de huir de aquel tormento que se había convertido en una pesadilla interminable.
Los esfuerzos que había invertido para ser una de las mejores ninjas médicas parecían en vano ahora. Cada paso que daba estaba acompañado de lágrimas derramadas, cada avance era una gota de tristeza más en un río de angustia.
Aquel hogar que alguna vez atesoró con todo su ser se había transformado en una prisión de sus propios recuerdos. Ese día, mientras se acercaba a la gigantesca puerta que marcaba su salida, Tsunade sentía cómo su mirada se nublaba con cada lágrima.
Su vista se mantenía fija en aquella salida, a punto de dar los últimos pasos para salir de la aldea sus piernas parecían haberse vuelto ajenas a su deseo.
Como si sus extremidades se hubieran rebelado contra la voluntad de Tsunade, su incapacidad para moverlas la llenaba de desesperación con cada minuto que pasaba. Finalmente, sus piernas temblorosas cedieron, y cayó de rodillas, con la mirada perdida en ese objetivo que parecía alejarse cada vez más. En ese momento, lo único que pudo hacer fue dar un grito mientras su voz se quebraba con el peso de su dolor.
Aquella pesadilla la atormentaba sin piedad cada noche, privándola del sueño durante meses. Era un sueño recurrente, un recordatorio del sufrimiento y la pérdida que había experimentado a lo largo de los años.
Pero esa noche había sido diferente. Después de hacer todo lo que estaba a su alcance, había logrado sacar al hombre de las garras de la muerte.
Su cuerpo estaba exhausto, temblando por el desgaste que sufrió al agotar todas sus reservas de chakra. Cada fibra de su ser pedía desesperadamente un descanso.
Finalmente, cuando pudo sentarse, su cuerpo se desvaneció en un instante. El sueño la había envuelto sin previo aviso. Después de tantos años, había conseguido dormir profundamente, algo que le había eludido desde la muerte de su hermano.
La primera luz del día se escurrió por la ventana, rozando los párpados de Tsunade, que parmanecia durmiendo en aquella silla. la kunoichi en un reflejo voltio su cabeza para poder dormir un poco más, en un instante tsunade sedio ante el sueño y se quedó dormida de nuevo, mientras La primera luz del día se filtraba a través de las cortinas parecía iluminar el horizonte, bañando a la habitación con una tenue luz, iluminando el cabello rubio de la nija.
En ese momento, los ojos del Saiyajin se encontraron con el rostro de Tsunade, quien aún estaba dormida, la mirada del sayayin parecía perdida su mente no podía formular ningún pensamiento en equel instante que despertó, sus ojos apenas se podían habrían por la luz que le pegaba en su rostro, cuando por fin pudo mirar el lugar observo por todas partes en busca de aquel guerrero que había tentado en contra de la vida del sayayin, aun cuando ya la pelea había terminado su cuerpo todavía vibraba con la memoria de la desgarradora pelea.
La batalla que había tenido lugar antes de su llegada a este lugar continuaba siendo un misterio para él.
No recordaba las razones detrás del enfrentamiento ni qué había llevado a tal confrontación. Lo que lo desconcertaba aún más era que, al intentar remontarse más allá de esa pelea, los recuerdos parecían escaparse como arena entre sus dedos, dejándolo con una sensación de vacío y desesperación.
Recordar la sonrisa en el rostro de su oponente durante esa batalla provocaba en Goku una sensación de repulsión y inseguridad, hera confuso para el, cada parte de su cuerpo le temía a la figura del guerrero, pero aún así, el sabia que si pudiera por un momento volver a ese instante, su rabia sería lo suficientemente fuerte como para deshacerse de esa sensación.
Sin embargo, cualquier intento de recordar más allá de esa pelea provocaba un dolor intenso y profundo.
Lágrimas comenzaron a emerger de los ojos de Goku mientras las emociones lo abrumaban. Sus recuerdos eran solo fragmentos borrosos de momentos pasados, caras y lugares que no podía reconocer claramente.
Sin embargo, entre esos fragmentos, mientras observaba a Tsunade, una imagen se aclaró momentáneamente.
La imagen de una mujer bajo un árbol, hizo que sus ojos se centrarán en ella. Un susurro apenas audible escapó de sus labios de aquella mujer pelinegra.-"Goku, mira a nuestro hijo, está dando sus primeros pasos, ¿No te alegra, Goku-san?"
La figura de la mujer en su sueño se desvaneció, dejando a Goku con un grito silencioso mientras intentaba retener ese recuerdo efímero.
Fue entonces cuando una voz desconocida interrumpió sus pensamientos.
-"Oye tú, ¿tu nombre es Goku, verdad?"
Al no recibir respuesta Tsunade pregunto mientras chasqueaba los dedos tratando que el sujeto respondiera. -
-"Umm", Pareces estar aturdido, lo cual es normal, solo mantén la calma tardarás un poco en poner tus ideas en orden, después de todo despertar después de semejante golpiza debió de dejarte un fuerte dolor de cabeza. Aunque me sorprende, tu recuperación fue bastante rápida, teniendo en cuenta que caíste del cielo casi muerto, aún así te llevará tiempo recuperar completamente tus sentidos, ten paciencia, lo decía mientras se agachaba tratando de tomar un frasco que estaba en el suelo.
Goku parpadeó lentamente mientras intentaba procesar la situación.
Su cuerpo respondía con lentitud, y su mente seguía nublada, Finalmente pudo recobrar el control de su cuerpo y dirigió su mirada hacia el rostro de Tsunade.
La sorpresa de la kunoichi se reflejó en su rostro cuando sus miradas se cruzaron, Su sorpresa no sólo hera dirijida por el cruce repentina de la mirada de los dos, aquel sayayin que estaba cubierto de cicatrices la miraba fijamente, mientras todos sus pensamientos la inundaban, el sayayin interrumpió los pensamientos de Tsunade con una sonrisa.
Tsunade no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas.
Ha pesar de toda la confusión, la sonrisa de ese hombre la había echo recordar las personas que había perdido, la sonrisa que creía haber perdido para siempre se reflejaba en el rostro de ese hombre en la cama.
Con lágrimas en los ojos, Tsunade preguntó mientras trataba de limpiar las lágrimas de sua ojos,- "Tu nombre es Goku, ¿verdad?"
El Saiyajin la miró con una mezcla de confusión, respondió, tratando de confirmar ese nombre que le sonaba tan distante de el:
-"¿Mi nombre es Goku?
Fin del capítulo.
Notas del escritor: como ven voy a tratar de que el romance entre Tsunade y goku se sienta natural ya que esta muy quemado el cliché de goku sonríe y puff magia la waifu esta bien enamorada jaja, también trataré que sea lo menos cringe posible, bueno eso es todo lo que tengo que decir, comenten que les pareció el segundo episodio, soy todo oídos
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Goku x tsunade (caminos cruzados)
FanfictionGoku se encuentra peleando contra un enemigo con un poder capaz de rivalizar contra zeno-sama, goku al no tener opción se encuentra cara a cara contra aquel enemigo, al estar al borde de la muerte wish habré un portal hacia otro mundo, para que goku...