justicia por mí propia cuenta

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Estaba paseando tranquilamente por el bosque cuando logro visualizar al padre de Kyle el cual era mí profesor. Se me erizo la piel apenas lo vi, ese maldito le había echo la vida imposible a Kyle.

De repente, una rabia y furia me dominaron todo el cuerpo, sentí que la sangre le hervía de la rabia. Sentí una mezcla de emociones y pensamientos, y parecías no saber qué hacer con ellos.

Rápidamente me fijo como estaba vestida, traía un vestido rosa con escote, un collar de perlas en mí cuello, labial rojo que resaltaba mis labios. Me veía perfecta para intentar seducirlo y hacerle justicia a Kyle.

Así que sigilosamente me acercó por detrás de el y apoyo mí cuerpo sobre su espalda rodeando sus hombros con mis brazos.

Sabía que el era un mujeriego y notaba como me miraba siempre cuando iba a visitarlos así que era muy probable que caiga en la trampa.

-Disculpe señor Walker- digo con un tono inocente en mí voz.

Sentí como a el se sobresaltaba además de sonrrojarse con velocidad.

El señor Walker me mira y  dice

-No te preocupes, soy solo un profesor- Pero, aunque intenta conservar su compostura.

tú noté un leve temblor en su voz. A lo cual sonrío con malicia.

-Perdone que lo moleste a estas horas y en el bosque, pero tengo una duda sobre mí última calificación- digo mientras con un dedo enrollo un mechón de pelo y juego con el.

Vi como el tragaba saliva nervioso y se rascaba la nuca.

El profesor se aclara la garganta, parece nervioso pero responde.

-Claro, ¿dime qué te preocupa?- me pregunta con unas pequeña sonrisa nerviosa.

Me di cuenta que me miraba de arriba a abajo, eso era una buena señal para mí así que decido responder:

-No entiendo como tuve una mala calificación, me pasé toda la noche estudiando- seguía usando un tono inocente pero a la vez un poco juguetón.

Sentía que el estaba accediendo de a poco a mí coqueteo y eso era buena señal.

El profesor me mira con cierta suspicacia y dice:

-Yo recuerdo darte una revisión antes de la última calificación y parecías con buenas notas, ¿Qué te pasó en la evaluación?- pregunta mirándome fijamente.

-Bueno, creo que me puse muy nerviosa además de soy un poco tontita y torpe- respondí mientras me separaba de el pero a su vez le miraba levemente sugerente.

El profesor se ríe un poco y se aclara la garganta una vez más.

-Bueno, quizás tuviste un mal día. Pero no te preocupes, eso no es algo permanente- me dice con una sonrisa en sus labios.

-¿Por qué no me pides ayuda para estudiar? Podríamos hacerlo juntos- me  propone.

"Justo en el blanco" pensé para mis adentros.

Agarre las manos del profesor entrelazando las con las mías para luego decirle:

-Muchas gracias señor Walter, ¿Cuando puedo ir a visitarlo así estudiamos?- pregunto con una sonrisa ladina y seductora.

El profesor se ruboriza un poco pero trata de mantener una sonrisa cordial.

-Bueno, me parece bien. Tenemos oficinas de asesoría en el campus. Puedes venir en cualquier momento y te ayudaré con lo que necesites- me responde.

Me sorprendió bastante que mis tácticas estuvieran funcionando, sabía que lo tenía en la palma de mí mano.

-Bueno en ese caso nos vemos mañana- le respondo con una sonrisa y le dejo un beso en la mejilla.

Luego de eso me marchó y me voy a mí casa.

Al salir del bosque, me siento bien conmigo misma. Sentí que tenía control sobre la situación, y eso me dió una sensación de poder.

En el fondo sé que lo que he hecho es un poco inmoral, pero la verdad es que estoy convencida de que estoy haciendo lo correcto. Después de todo, solo es un poco de coqueteo inofensivo.

Es una estrategia para lograr mis  objetivos. No me importaba si estaba seduciendo a una persona que es más grande que yo. Alguien tiene que tomar justicia de todo lo malo que el hace.

Al día siguiente luego de una larga jornada de colegio me dirijo a la oficina del profesor así podía estudiar con el. Cuando estoy frente la puerta de su oficina tocó la puerta.

El profesor  me pide que  entre, y me ofrece una silla para sentarme. me mira a los ojos y pregunta:

-¿Vienes para estudiar el tema del último examen no?- yo asentí con la cabeza.

Traía el uniforme de la escuela el cual consistía en una camisa blanca con corbata, un saco azul, falda lisa y azul, medias blancas que lleguen hasta la rodilla y zapatos negros.

-Así es profesor- digo volviendo a usar ese tono inocente que use la otra vez.

-Bien, te preparé un mini  cuestionario con preguntas del examen, tienes 15 minutos para responderlo- me dice entregándome la hoja con las preguntas.

Yo asentí y empecé a responder las preguntas, una por una contesté todas absolutamente correctas excepto la última, no quería parecer demasiado inteligente, quizás eso lo haría  sospechar que había estudiado la respuesta.

Por lo tanto, decidí equivocarme en la respuesta y me di cuenta de que el profesor sonreía levemente. Me dijo:

-Muy bien, Rena, Parece que has estudiado el tema. Creo que estás lista para el examen, pero asegúrate de repasar las preguntas- dice con un tono serio.

Aproveché y me levanté poniendome a su lado hombro contra hombro.

-Profe no puede entender está pregunta, ¿me podría explicar?- le pregunto con voz suave y gentil.

Pude sentir como el se tensaba y ponía nervioso pero seguía intentando mantenerse firmé. Estaba claro que ya mordió el anzuelo.

El profesor me mira un poco atraído pero se obliga a sí mismo a no mostrar su nerviosismo.

-Claro, de ninguna manera quiero que te sientas confundida. ¿A cuál pregunta te refieres en específico?-pregunta, intentando fingir calma.

-Esa pregunta sobre el estudio de Fenomenología del Ego de Husserl, es que no entiendo mucho el texto ni el contexto en el que está escrito. ¿Puedes ayudarme?-
Me pregunto si estoy siendo un poco demasiado directa.

pero siento que estás haciendo lo correcto. Muy en el fondo lo sabía.

-Por supuesto, te puedo explicar más a detalle ese texto, y te responderé las dudas que tengas-me dice, aunque parece un poco incómodo.

-Pero, ¿estás segura de que no estás tratando de que distraerte y procrastinar?- me pregunta con una sonrisa ladina.

Nos pasamos dos horas más estudiando. Era evidente que caía un poco en mis coqueteos pero a su vez no. Tenía que buscar otra manera y sabía perfectamente cual sería.

Mientras terminaba mí sesión de estudio, le pregunto:

-Gracias por ayudarme, profe. Cuando crees que te deba un café, para agradecerte tu tiempo?- La pregunta parece sorprenderlo, y vez una expresión de incredulidad en su rostro.

-No hace falta, Rena, simplemente hago mí trabajo. Y no me hace falta un café a cambio-  Me responde con una sonrisa amable.

"Uhg maldito, te estás haciendo el difícil" pensé para mis adentros pero tuve que forzar una sonrisa amable.

-Esta bien profesor, muchas gracias por su tiempo- digo y me voy a mí casa.

Imperio caótico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora