Yo quería decirle a Meme que agradecía su gesto, de quererme como amiga, pero obviamente era mentira, si solo me quería como amiga, por que putas, me decía hermosa, por que trataba de siempre estar a mi lado, que clase de persona ligaba y luego, te decía que alguien mas le gustaba, eso no era lógico, no entendía nada, yo me sentía tan patética, no podía ser, que primero decía que lo odiaba y ahora mágicamente me gustaba, pero bueno que se puede esperar de una niña de once años, yo era todavía pequeña, yo a él lo veía muy grande y solo tenía trece años, simplemente patético.
Después de mi pensamiento suicida y demasiado estúpido, pensé en que si no íbamos a hacer nada más que amigos, tenía que disfrutar de su amistad, no me la iba a pasar, pensando en lo que podía o no pasar entre nosotros, eso era para personas raras y yo no soy de esas personas.
La clase era de matemáticas, aunque estaba pensando tengo la capacidad de poner atención en otras cosas no era muy fácil de lograr, pero bueno, algo muy extraño estaba pasando en mi, había dos tipos de personas en un sólo cuerpo y ése cuerpo era mio.
Salimos al recreo y fui por mi lonche, me lo llevaba una vecina, ella se llama Sonia, era muy linda conmigo desde que yo era pequeña, supongo me tenía tanto aprecio, por que ella quería mucho a mi abuelo, el había salvado a dos de sus hijos uno con asma y la otra tenía ataques epilépticos.
Cuando llegué a donde comía me senté entre Lupita y Jimena, enfrente de Dannia, Paulina y Mariana, las saludé y puede notar que ya tenían tema de conversación, así que la escuche con mucha atención tratando de agarrar el hilo rápido.
Desde mi lugar pude ver como una joven, muy flaca y bonita le llevaba de comer a Emmanuel, él estaba platicando con ella, mientras comía, era extraño que no comiera con alguien de la escuela; Me distraje un poco viéndolo asi que Dannia volteó hacía donde yo estaba viendo y dijo:
-¡Ahhh! Susan ya vi que te gusta Meme-.
-¡Uyyyyy!-. Grito Paulina, siguiendole la corriente a Dannia.
En eso llego Sandra, otra amiga, y dijo:
-¿De qué hablan?-.
-De nada-. dije.
Me siguieron haciendo burla todo el receso, yo les decía, les juraba y perjuraba que no, pero eran muy tercas.Terminó el receso y era hora de irnos al salón, vi como Meme se despedía de la chica que le había llevado de comer, seguí mi camino hacia el salón, Jimena me llevaba abrazada del cuello mientras recargaba todo su peso en mi, ella era una chica alta, así que me costaba caminar.
Cuando llegamos al salón, para seguirle el juego a Jimena, puse mi brazo en su cuello y me colgué de ella, ella grito divertida y ambas caímos al suelo, enseguida ya teníamos encima a Lupita, Dannia, Paulina, Sandra y la estúpida Diana Isabel, como ya no aguantaba el peso grite, pero fue en vano, todas estaban privadas por la risa y no ser podían mover.
Cuando por fin me liberaron, me pare aun tronada de la risa, pero mi alegría se acabó cuando recordé que la estúpida de Diana estaba con nosotras, no me gustaba ser discriminatoria, de hecho Sandra tenia una discapacidad y nunca la hicimos a un lado, solo que Diana era una perra maldita, hipócrita pero sobre todo fastidiosa. Le dije:
-¡Hey! Diana No mames, tu no estabas jugando-.
-¡Yo hago lo que quiero, cuando quiero!, ¿Cómo ves?-.Eso me hizo enfurecer y no me iba a quedar con las ganas, me acerqué a ella y le di una patada atrás de las rodillas para que cayera y quedara a mi altura, bueno, casi, quedaba a la altura de mi ombligo de rodillas, así que cuando la tenía enfrente de mi con cara de dolor le dije:
-¡Ten cuidado con lo que dices!-.
Le di un sape tan fuerte que me ardió la mano, pero no podía dejar que esa mierda me hablara asi, la deje asi tirada y me dirigí a mi asiento, cuando voltee hacía la puerta vi a Emmanuel y a la Brócoli, observándome, ellos estaban en shock, y quien no se quedaría asi después de ver como un enano azorrillo a una jirafa dientes chuecos, no hice caso a sus caras y saque mi libreta.Ella, Diana Isabel, era una jirafa horrible, dientes chuecos, habla de lo más culero y naco que pueda haber, era super fastidiosa pero lo peor de todo era que usaba corpiños en vez de un brassier, así que se le notaban los pezones y cuando brincaba se le movía todo... era asqueroso.
La Brócoli me dijo:
-¡Tenemos que hablar!-.La seguí hasta su escritorio y espere a que se sentará.
-¡¿Qué pasa contigo?!-.
-No lo sé-. Y enserio no lo sabía.
-¡¿Por qué le pegaste?!-.
-¡No quiero hablar de eso!-.
-¡SUSAN! ¿QUE TE PASA?-. Grito.
-¡Me estaba molestando! ¿Ok?-.No dije más y me senté en mi lugar, trate de sonreírle a Meme, pero él estaba agachado y volteando a otro lado, pasaron las horas y era hora de salir, cuando por fin me vio, le dije adiós, pero el dijo:
-¿Crees que deba hablarle a una persona tan repugnante como tú?-.
-¿Oye qué te pasa?-.
Se acercó tanto a mi, él sabía que eso me incomodaba.
-¿Qué me pasa?, Golpeaste a esa niña y no te hizo nada-.
-Claro que si, ella me estaba molestando-. dije con una voz tan baja.
-¡NO! Ella solo quería jugar-. Tomo una gran bocanada de aire y dijo:
-Susan, ya me di cuenta de que tu eliges a las personas, por eso me odias o me odiabas tanto-. No dijo más y se fue.Yo quede devastada, seguí mi camino hasta llegar a mi casa y me tumbé en mi cama.