¿Donde estoy?-. digo para mi.
Lo único que veo es un cielo azul muy brillante. Me levanto y puedo ver que llevo un vestido blanco muy hermoso, volteó a todos lados, me encuentro en un lindo pastizal, el pasto me llega hasta la cintura, comienzo a jugar corriendo por todos lados, siento la briza en mi cara y mi melena volando con el viento... Alguien susurra mi nombre... Volteó y no hay nada.-¡SUSAN!-. Gritan.
-¡MANDE!-. Grito. No hay respuesta alguna, cielos, me estoy volviendo loca. Sigo jugando, tratando de atrapar una mariposa... Cuando... Alguien me toma por la cintura y me susurra al oído -¡Hola Hermosa!-. Me giro bruscamente, estaba asustada evidentemente, para mi gran sorpresa no puedo girarme esos brazos si que eran fuertes, siento un pequeño beso en la mejilla, ahora lo entiendo todo, es Meme... Una parte de mi se sentía feliz y enamorada... pero otra parte no entiende que esta pasando...Me doy la vuelta la parte de mi que era tranquila y feliz rodea con los brazos a Emmanuel y le ofrece una gran sonrisa... ahora... es como su yo estuviera viendo una película, puedo ver a esos tórtolos....
Cuando de pronto.... ¡BUM! me despierto.
¡Vaya! ¡Que sueño!... La alarma me había despertado, eran las 7:30 am, tenia que levantarme para ir a la escuela. Me cambié lo más rápido posible... No me iba a llevar falda, eso estaba muy claro...
Cuando llegué a la escuela él ya estaba ahí, sentado, despreocupado como siempre, platicando con su nuevo amigo J.J, me senté sin saludar, la verdad no quería verlo, sentía mucha pena, sabía que el no sabía que yo había soñado con él, pero no podía evitarlo.
La maestra no había llegado, y bueno yo no era una de esas personas que llegan temprano a la escuela, definitivamente ella tenía un retraso... Pensar en eso me causó mucha gracia... la había llamado retrasada...
Después de cinco minutos sin moverme ni un centímetro, Emmanuel se me acercó y dijo: -¡Enserio Susan! Yo no te eh hecho nada ¿por qué me odias tanto?-. Vaya el me había sacado de mis pensamientos, pocas personas lo lograban.
-¡Hola! No te odio simplemente no me caes bien... -.
-¿Enserio? ¿Porqué?¿Qué te hice?-. Podía ver realmente una cara de preocupación, jamás pensé que la vería.Reí viendolo a la cara, el me miraba, ya no era una mirada preocupada más bien es una cara extrañada y divertida.
-¿Qué te causa gracia?-.dijo, con un tipo de puchero de reproche. No pude evitarlo y reí aún más.
Cuando pude dejar de reír, le dije:
-¡No te odio!... es sólo que no te he tratado-.
-¡Bueno! ¿Qué quieres saber de mi?-.
-Ok, ¿por qué me levantaste la falda?-. Con la pregunta pareció ponerse incómodo, no me importo.
-Yo... yo no... quise, lo siento-.
-¿Entonces?-. enserio quería una respuesta.
-Corrí, ¿Ok?-. Por alguna estúpida razón, no quería seguir irritandolo así que decidí cambiar de tema.
-¡Ok, ok! Bueno dime, ¿Cuántos años tienes?-. Él lo tomó por sorpresa.
-Tengo trece años-.
-¡Wow! ya estas viejo-. Reí.
-¿Tu?
-¿Yo? yo tengo once años. Sentí cómo la boca me quemaba, era muy joven para ligar, yo sabía que lo estábamos haciendo por dios, era obvio. De pronto de la nada me pregunto:
-¡¿Quién te gusta?!-.
-¡Tranquilo Galán! No me gusta nadie-. Agaché la cabeza y para pronto sentí la cara ardiendo, seguramente estaba roja como un tomate. Meme acercó su banca a la mía y dijo:
-Susan es obvio que alguien te tiene que gustar... ¿o qué eres lesbi?-. La pregunta me indigno un poco, no es que yo fuera lesbiana o algo asi solo que no me gustaba la gente que despreciaba a los gays.
-¡No, no lo soy! ¿pero si lo fuera que?-.
-¡No, no tiene nada de malo! Solo preguntaba-. Se veía un poco apenado. Reí para calmar un poco las cosas, le dije:
-¡Relajado, estoy jugando!-. Me saco la lengua en desaprobación a mi broma, yo hice lo mismo.
-¿Oye pero dime quien te gusta?-. dije mirando a mis uñas, tratando de parecer normal.
-Ohhh se llama Sheila-. Dijo.Ese nombre lo conocía, trate de buscar rápido la imagen de ella, y para pronto la encontré, era mi vecina, no le hablaba por que, cuando eramos niñas su hermano jugaba fut bol con mi primo Veni, yo iba a ver los partidos, mientras tanto Sheila y yo no agarrabamos de los mocos, osea nos peleábamos, no sabía por que razón, eso había sido hace tanto tanto tiempo que ya había olvidado; ella era una flacucha, alta, cara fea, hocico grande, pero se vestía con shorts tan pequeños, camisas tan apretadas que se veía buena y se maquillaba tanto que parecía bonita. Ella era un año mas grande que yo.
-¡Que bien dije!-. Trate de sonar pasiva, normal, cómo si no me hubiera importado, pero si, me había importado, no era que yo esperara que el dijera: "me gustas tu Susan" ni nada de eso, pero pensé que por lo medios iba a decir que no le gustaba nadie.
-¿Qué la conoces?-.
-¡Si! es mi vecina-.
-¿Te cae bien?-. Dios que le decía, no podría decirle que me cagaba esa vieja.
-Ahhhmm si...-. Era evidente que mentía.
-¿No verdad?-.
-¡Ok! si esto va a hacer una amistad, no puedo mentirte-. Así que le platique todo. Me puso mucha atención en mi narración, eso me causó, no se como explicarlo, simplemente ame que pusiera tanta atención.Cuando termine mi relato él antes de decir algo relacionado con lo que acababa de decir, me dijo:
-¡Amistad! ¿Quieres que seamos amigos?-. Mierda, no pensé lo que dije, le había dicho que íbamos a hacer amigos.
-Ammm si, ¿no es lo que buscas?-. Esta pregunta tenia muchos sentidos, por que le estaba diciendo que el me fastidiaba para ser su amiga o que me fastidiaba para demostrarme que yo le gustaba, pero no podía decir que yo le gustaba por que acababa de decir que le gustaba Sheila, eso había sido como... yo... le había echo jaque mate, le había ganado por primera vez, esta muy feliz.Tardó unos segundos en contestar, estaba mirando hacia la nada, él se había dado cuenta de lo que yo le había echo, tenía que admitirlo, era genial verlo pensando para ver que me contestaba. Por fin dijo:
-¡Si, yo quiero tu amistad!-. lo dijo con una hermosa sonrisa.Justo antes de que yo pudiera decirle algo llegó la estúpida brócoli y dijo:
-¡Disculpen por el retraso!-. Otra vez esa palabra, solté una risita burlona, Meme me volteó a ver y río conmigo. Separo su banca de la mía, mientras pasaba la brócoli enfrente de mi, con espantoso pans el cual nos mostraba asquerosamente sus labios.
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