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Paris, Francia1970

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Paris, Francia
1970

El viento era tan frío que al chocar contra su rostro hacia que sus mejillas y nariz se tiñeran en un tono rojizo, con pasos largos y poco apresurados se dirigía hacia uno de los museos más importantes en París, el museo de louvre, está era su oportunidad para demostrar que era capaz de conseguir el puesto al mejor historiador de arte en su universidad, quería demostrar que era capaz de escribir el mejor ensayo y ser publicado en l'humanité el mejor logro que podría tener como historiador y como escritor.

Tener que lidiar con las malas críticas de sus compañeros hacia sus ensayos, lo estaba agotando y estaba harto de que los demás lo juzgarán y opinaran sobre el como si lo conocieran.
Claro que para los profesores es un alumno con excelencia y todos los días le festejan su arduo trabajo sobre sus investigaciones sobre el arte.
Pero hoy estaba dispuesto a hacer lo que sea para llegar hasta donde tanto se había esforzado y conseguir el empleo de escritor en el periódico más popular de París.


Q

uería que su familia se sintiera orgullosa de él.

Chenle era el hermano mayor y el único hombre que quedaría después de su padre, la familia Zhong  no era tan grande, tan solo eran sus dos hermanas, Yu Qi dos años menor que el, y la pequeña Yizhuo que tan solo tenía diez años y la consentida de chenle,y luego estaban sus padres. Para chenle eran los mejores padres que podía haber tenido, siempre apoyando a sus hijos en todo lo que decidieran hacer, pero algo que a chenle siempre le molestó de ellos era lo estrictos que eran, por lo que chenle jamás salió a fiestas, jamás tuvo amigos cercanos que lo invitaran a salir a hacer cualquier cosa de adolescentes, tampoco habia probado una gota de alcohol que para su edad era bastante normal que los jóvenes lo tomaran, tampoco tuvo una novia, y todo esto y más se contuvo a tener para satisfacer a sus padres, y concentrarse en sus estudios era en lo único que podía pensar. Sus padres querían pretender ser una familia lo más perfecta posible y que las demás familias del pueblo los envidiaran deseando tener una familia perfecta como la de ellos.


Frente al museo se encontraba chenle y en su brazo cargaba su libreta de cuero en donde tenía sus todos sus apuntes e investigaciones.
Tenía que haber algo aquí que lo pueda inspirar en escribir algo realmente único y jamás visto.

Entró y se dedicó a observar cada escultura y cuadros que había ahí.
Había pasado dos horas recorriendo detalladamente y leyendo cada ficha de información de cada escultura, Se estaba comenzando a cansar de subir y bajar, recorriendo cada piso, cada escultura fue observada y analizada con detenimiento.
Pero cuando estaba por darse por vencido, vio una escultura que lo hizo detenerse y tener su atención completamente, y cuando el pelinegro se acercó vio detalladamente la escultura que se encontraba a unos pasos de él, los rasgos esculpidos de un hombre recostado boca abajo sobre un colchón de mármol, chenle se acercó a leer de quién se trataba:

Se trataba de el hermafrodito durmiente, hijo de Hermes y Afrodita, que se caracteriza por combinar atributos femeninos y masculinos creados por Gian Lorenzo Bernini

Chenle se quedó mirándolo por unos cuantos minutos y no paraba de mirarlo era como si lo hipnotizara, su belleza era inigualable, su rostro con rasgos detalladamente esculpidos parecía una persona real que en cualquier momento iba a parpadear, sobresalían los músculos de sus brazos y espalda, un cuerpo tan majestuoso que era de admirar, jamás se había topado con algo así en sus pocos años como historiador, tenía que escribir si o si sobre aquella magnífica escultura.

Pasaron los días y chenle a lo único que se dedicaba era a investigar todos los días sobre aquella escultura, salía de la facultad y se dirigía a la biblioteca o en ocasiones iba al museo, pero solo iba al museo más por la fascinación que sentía al mirar la escultura, era tan hechizante que por un instante se imagino como sería si ese hombre esculpido tan armoniozamente fuera humano, pero ese mismo pensamiento lo eliminó al instante.
Se estaba comenzando a preguntar, si era buena idea hacer su investigación parecía que iba a perder la cabeza con la belleza de ese hombre que ni siquiera existía.
Una de esas tardes en donde chenle no daba más, dejo sus libros de lado y se dejó caer en la silla de madera de su escritorio hechando su cabeza hacia atrás y con un suspiro y como todas esas veces en donde su mente no estaba ocupada en miles de palabras, divago recordando ese precioso rostro que no salía de su mente, no podía más necesitaba ir de nuevo al museo, necesitaba y deseaba verlo una y otra vez.
Así que rápidamente se colocó sus zapatos, tomando su abrigo negro (que cubría casi por completo su cuerpo) salió de su casa y tomo un taxi, mientras más rápido se encontrará en el museo mejor. Tan solo una mirada necesitaba para calmar su mente.

De nuevo estaba frente al hermafrodito durmiente, tan hermoso e inigualable admirando por largos minutos su belleza.
Y sin importarle se acercó lentamente hacia la figura de mármol,solo quería tocarlo, solo un toque y dejará toda esa rara obsesión atrás. levanto su mano y con su dedo índice se acercó, Y sucedió, un toque en la mejilla sintiendo lo frío del mármol sobre su dedo, pero lo que no se esperaba fue una corriente eléctrica sobre todo su cuerpo haciendo que chenle se despegará de un golpe casi cayendo hacia el suelo.
Dejando a chenle confundido y tratando de procesar lo que acababa de ocurrir, miro a su alrededor para ver si alguien había visto lo que había sucedido, pero no, era tarde y el museo estába por cerrar por lo que en el piso en el que estaba no había gente lo que era más raro aún.
Volvió a mirar la escultura y así como puso su mirada encima esta se comenzaba a quebrar,haciendo pequeñas grietas mientras  salían destellos blancos, como si fuera a explotar en cualquier momento, chenle lo único que hizo fue dar pasos hacia atrás no creyendo lo que estaba viendo, era irreal lo que estaba ocurriendo y en un parpadeo la escultura explotó, cayendo pequeños pedazos por el aire, chenle cubrió su cabeza con sus brazos y cerrando sus ojos, cuando los volvió a abrir se encontró con la escultura hecha pedazos, pero lo más sorprendente aún, era a un chico sentado en el suelo abrazando sus piernas y con la cabeza agachada claramente se encontraba desnudo, chenle estaba estático no sabía que hacer, se acercó lentamente al chico, y cuando esté escucha que alguien se acerca a él, levanta su cabeza dejando ver su rostro, dejando a chenle paralizado, era el hombre más hermoso que haya visto en toda su vida su cabello blanco como una perla cubría su frente y tenía unos ojos tan grandes que podías perderte de tan solo mirarlos, unos gruesos y  rosados labios se combinaban con un rostro pequeño que podías cubrir con tan solo una mano y una nariz recta y algo respingada, no sabía lo que estaba ocurriendo acaso ese hombre frente a él era aquel hermafrodito, estaba por acercarse hasta que un ruido hizo salirse de sus pensamientos, chenle sin pensarlo se quitó su abrigo con desesperación y levanto al chico de suelo poniendo el abrigo sobre él, afortunadamente había traído el abrigo que le llegaba por debajo de las rodillas, así que cubrió al chico con el abrigo y como pudo abrochó unos cuantos botones, hasta que vio como un guardia abría la puerta, chenle tomo la muñeca del chico y corrió hacia la puerta que daba hacia otra habitación, era mejor salir de ahí lo antes posible, corrió hacia la salida de emergencia que estaba a tan solo unos pasos, quería salir lo más desapercibidos posibles, hasta que salieron a la fría calle cuando salieron unas cuantas personas les dirigieron la mirada lo que alteró más a chenle,estába por anochecer así que comenzaba a bajar más la temperatura, paro un taxi y metió al chico dentro siguiéndolo detrás.
Todo ese transcurso de camino a casa, chenle solo pensaba que estaba en un sueño y que todo lo que acaba de ocurrir era solo una alucinación.

The Most Beautiful Thing - Chenji Donde viven las historias. Descúbrelo ahora