Hija De Adam|Adam x Lute

El jardín

Resumen:
A medida que esas primeras semanas tentativas se convierten en meses, Lyra crece un poco y Adam comienza a ver brillar su personalidad. Convertirse en padre también parece haberlo hecho un poco más introspectivo mientras reflexiona sobre su tiempo en el Jardín del Edén mientras disfruta de un poco de paz y tranquilidad por una vez.

Dicen que el tiempo vuela cuando te diviertes... o cuando enfrentas las responsabilidades de ser padre. Esas primeras semanas de incertidumbre para Adam pronto se convirtieron en meses más seguros y Lyra estaba pasando de ser una frágil recién nacida a una niña revoltosa. Con sólo seis meses de edad, ya estaba ansiosa por explorar el mundo que la rodeaba, lo que significaba que Adam se mantenía alerta más que nunca.

"Uh, ¿Lute...? ¡ Lute! ¡ ¿Un poco de ayuda aquí?!" Adam estaba mirando frenéticamente alrededor de la habitación de Lyra, revisando debajo de la cuna, detrás de la cómoda e incluso en el armario. No había señales de Lyra por ninguna parte. "No hay manera de que un bebé entero desaparezca en el aire, ¿qué carajo está pasando? ¡Lyra! ¿Dónde estás, pequeña dama? ¡Sal, antes de que a tu papá le dé un ataque al corazón, por favor!"

"¿Qué pasa esta vez, Adam?" Lute entró para ver a Adam perdiendo la cabeza y parpadeó un par de veces al verlo agachado en el suelo, mirando debajo de la cuna y alrededor de los muebles. "... ¿Está todo bien?"

"¡Oh, todo es jodidamente genial ! Echa un vistazo a tu alrededor, ¿qué falta en esta imagen, eh?" Adam grita, sus alas se abren con ira.

Lute miró alrededor de la habitación y luego entrecerró los ojos. "La perdiste, ¿no?" Su voz era plana, habría sido un tono irónico si Adam no se hubiera puesto de pie y se hubiera girado para clavarle una mirada fulminante. "¡No estaba tratando de perderla! ¡Pero aparentemente ella tiene la habilidad de teletransportarse o se arrastró a algún lugar donde no puedo encontrarla! ¡Vamos, Lyra! ¡Tienes que estar aquí en alguna parte!" Volvió a buscar mientras Lute suspiraba, una vez más pellizcándose el puente de la nariz con exasperación. "¿Ella tiene cuánto, seis meses ahora? No puede haber llegado tan lejos". Con cuidado se dejó caer en el suelo para ayudar a Adam en su búsqueda, escuchando cualquier señal del pequeño. "Ella no puede salir exactamente de esta habitación, así que tiene que estar aquí. ¿A menos que hayas dejado la puerta abierta?"

Adam estaba muy agradecido de no estar frente a Lute en ese momento porque su rostro se puso de un fantástico tono rojo. "... Puede que haya dejado la puerta abierta cuando le iba a buscar otra botella". Hubo una risa ligeramente nerviosa en sus palabras ya que esta vez fue Lute quien comenzó a hervir. "Así que dejaste la puerta de la guardería abierta, y ella tiene la edad suficiente para estar gateando... ¡Maldita sea , Adam! ¡Realmente podría estar en cualquier lugar!" Rápidamente se levantó y salió furiosa al pasillo. "Voy a mirar por aquí, ¡Dios te ayude si logró entrar a nuestra habitación!"

"¿Qué quieres de mí? ¡Soy sólo un chico! ¡Rrgh!" Adam golpeó el suelo con el puño con frustración, haciendo una pequeña mueca cuando sus nudillos entraron en contacto con la madera dura. "Realmente estoy haciendo lo mejor que puedo aquí..." Suspiró y cerró los ojos por un momento, sintiéndose tan estúpido que dejó la puerta de la habitación de Lyra abierta. Puso en peligro a su pequeña sin siquiera pensarlo. ¡Sólo Dios sabe en qué podría meterse, cómo podría lastimarse! Sin embargo, mientras estaba en medio de su autocompasión, escuchó un ruido familiar que aguzó sus oídos. Una risita suave que él conocía muy bien.

"¡ Oh-ho! Conozco ese sonido. Lyra, ¿dónde estás escondiendo, pequeño monstruo?" Mientras hablaba, las risas se hicieron más fuertes, casi como si ella estuviera jugando con él. Una vez más hizo una búsqueda en la habitación, mirando debajo de la cuna, detrás de la cómoda y alrededor del respaldo de la silla grande y cómoda que había instalado recientemente allí (sentarse en el suelo todo el tiempo se estaba volviendo bastante incómodo). No hay señales de Lyra...